Colaboración de Paco Pérez
Una
vez más tengo que arrancar mirando al pasado y entonces compruebo que estamos
anclados en él por mucho que presumamos de avances. Lo afirmo porque es
tangible que sigue habiendo opresores
sociales que causan DOLOR al ser
humano y esto hace que la sociedad siga estando fracturada en dos bloques: Los RICOS y los POBRES… ¿No lo denunció
Jesús?
Aunque
estemos muy contentos con nuestros móviles de última generación, de haber
pasado unas vacaciones plácidas en un crucero o de vivir en una mansión…
Seremos unos zotes si al quedarnos solos en nuestra habitación y sin auditorio
que escuche nuestras insensateces si no comprendemos que la realidad que nos
rodea es muy distinta porque ese superávit
de bienestar del que hemos
presumido solo lo disfrutan unos pocos y
que éste se origina porque hay otras muchas más personas que no tiene qué comer o dónde dormir.
Dios planificó
para los hombres un mundo ideal y en él había de todo para todos, así podrían vivir
felices y sin diferencias. Un tiempo después la condición humana hizo que el orden nacido de ese deseo se rompiera, el desorden se instaló entre los hombres y por eso se originó el desequilibrio que disfrutamos en
nuestros días.
Desde
entonces ese desorden ha pasado por
múltiples modelos de elementos
perturbadores del equilibrio ideal
que nos regaló Dios. Si viajamos hasta Palestina y fisgoneamos en los acontecimientos que
ocurrieron en los días en que vivió Jesús
veremos que hay poca diferencia entre
la condición humana de aquellos hombres y la de nuestros días pues podemos ver que
sigue habiendo dolorosas guerras, aunque
sean diferentes los medios que se usan; que
se sigue saqueando al débil,
antes le quitaban los animales y las cosechas con brusquedad pero ahora lo
empobrecen con procedimientos muy refinados; que los impuestos les llovían
entonces desde los distintos poderes y ahora ocurre igual… Donde más
coincidencia hay es en que, antes y ahora, los de arriba nunca miran hacia abajo
y por eso los pisan con su caminar egoísta. Con este comportamiento los que más
tienen se apropian de las propiedades de los pobres y por eso aquellos son cada
vez más poderosos y éstos son cada vez más pobres.
En
el AT el profeta Amós ya rechazaba
la forma de vida suntuosa de quienes lo tenían todo pues, con su actitud
egoísta, llevaban una vida placentera y cometían todo tipo de abusos. Él
proclamaba que no era correcto lo que hacían y que se les juzgaría por ello en
su momento.
En
la parábola, Jesús plasma la
realidad social de su tiempo, y en ella se comprueba que los ricos seguían teniendo de todo lo
necesario, derrochaban y, mientras tanto, los pobres como Lázaro sólo tenían
enfermedades que les ocasionaban dolor, por ellas eran rechazados por la sociedad,
no tenían que llevarse a la boca y quienes derrochaban sólo les regalaban su
indiferencia. Ella me ha enseñado que las personas, cuando morimos, nos igualamos
pues nos marchamos con las manos vacías, igual que cuando nacimos, y que donde
no nos igualamos es en la acogida que se nos dará al final de nuestros días en
el Reino de Dios, allí cada cual será
alojado en el lugar que se gana aquí con su comportamiento.
Pablo proclamó que
el camino del hombre está en la práctica de la justicia, el amor, la piedad, la
paciencia, el cultivo de la fe… La fe es, para él, el motor de nuestra
actuación pues con ella todo debe ponerse en marcha y, además, hacerlo sin
pausa porque así estaremos preparados para cuando llegue el día en el que la
grandeza del Padre se manifieste
ante los hombres.
Si
en el mundo actual no hubiera tanto egoísmo habría alimentos para todos los
hombres pero esta realidad hace que la excesiva riqueza de unos pocos ocasione
que a muchos les falte lo que a ellos les sobra… ¿Estará Dios de acuerdo con esta situación?
Jesús se puso
siempre al lado del pobre y Dios es
su Padre.
La
convivencia pacífica entre los hombres está cada día más difícil, cuando
debería ser al revés. Todos los días los hombres poderosos hablan mucho del tema
pero lo hacen para quedar bien, sobre todo si están delante los medios o si hay
elecciones. Al día siguiente de haber realizado esas promesas, cuando tienen
que convertirlas en realidad, se comprueba que todo sigue igual porque se
diluyen las huellas de los compromisos adquiridos. Ocurre así porque, si se
plasmaron en unas hojas de papel, unos días después ellos mismos propician que
se mojen y queden inservibles o que se las lleve el viento, si no se firmaron,
porque quedaron flotando en el aire las buenas intenciones y, como siempre,
quedan reducidas sus palabras a eso… ¿Eran
buenas intenciones o mentiras?
Después
de tantos años se sigue hablando de esta problemática social-religiosa y manteniendo la buena intención de cambiar el
comportamiento de las personas pero la realidad es que nunca se hace nada para
extirpar el origen de los males que
nos azotan.
REFLEXIONES FINALES
1.-
La riqueza y el poder anulan la conciencia
de las personas y los empuja, por egoísmo, a realizar acciones injustas.
2.-
Al rico le sobra el dinero pero le falta
el cariño de las personas.
3.- El
comportamiento egoísta impide al hombre ver la luz que se desprende de las
acciones generosas
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