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domingo, 8 de enero de 2017

EL BAUTISMO

Colaboración de Paco Pérez
¿ASÍ LO QUERÍA DIOS?
Todo acontecimiento hay que verlo desde una doble perspectiva, lo que se hacía antes “de” y lo que se hace después “de”. Hoy hay que recordar la figura de Juan El Bautista” porque con su predicación sencilla sobre la necesidad de cambio personal y social propugnaba el “bautismo de inmersión” en las aguas del Jordán, como inicio de ese cambio.

Entonces la injusticia imperante agobiaba a las personas y esta situación tenía que ser cambiada por los hombres, Juan lo denunciaba, siendo su predicación el comienzo de una época nueva que prometía llevarlos hasta el Mesías, anunciado y esperado por el pueblo. Jesús, como era hombre y formaba parte de ese pueblo, también acudió a él para escuchar su mensaje, lo recibió y se bautizó, así nos hizo ver qué debíamos hacer más adelante.
Este rito religioso ha evolucionado y se ha apartado, a mi entender, de su origen. Opino así porque si lo recibían de mayores es porque la decisión era personal y no delegada en otro; porque implicaba un compromiso de cambio personal y con el entorno social y porque la forma era por inmersión.
Tomemos como referencia el ejemplo que nos dio Jesús al recibirlo. Él, como verdadero hombre que era, después de ser bautizado comenzó a mostrarnos el compromiso de su predicación y ejemplo de vida; lo hizo de manera sencilla y con total normalidad. Para Él, ayudar a las personas necesitadas era su práctica diaria y me temo que nosotros todavía no hemos logrado darle la orientación que Él pretendió inculcarnos con su actuar diario.
Los cristianos entendemos el Bautismo como un acto necesario para nuestra salvación, de ahí que se nos bautice de pequeños para evitar que una muerte prematura nos prive de recibirlo y, consecuentemente, de alcanzarla.
¿Le damos verdadero sentido o todo ha quedado en una fiesta familiar?
Considero que debería bautizarse cuando la persona estuviera preparada y entonces, con total libertad, que ella lo pidiera o no. A la edad que ahora se recibe considero que es un error el darlo porque nadie es consciente de lo que recibe a esa edad temprana, muy pocos padrinos cumplimos con el compromiso que adquirimos ese día ante Dios y, como consecuencia de lo anterior, después sólo nos quedarán los recuerdos del día y las fotos del acto en la iglesia y en el restaurante.
Si la parroquia y las familias no hacen un frente común para abordar la problemática educativa de los hijos en un ambiente cristiano sin imposiciones y de folklore la Iglesia de Cristo no caminará por donde Él nos enseñó.
Ahora que cada uno diga y haga lo que quiera pero considero que no estaremos en la línea del Reino.

REFLEXIÓN FINAL
1.- La inmersión… ¿Podría ser entendida como un acto en el que tomaban conciencia de los problemas que afectaban a la sociedad de su tiempo y se mentían dentro de ellos para encontrarles respuestas?
2.- Jesús manifestó a Juan, ante su sorpresa, el deseo de recibirlo para cumplir así lo que Dios quiere que hagamos.
3.- ¿Querrá Dios que celebremos el CIRCO de ahora?

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