Colaboración de Paco Pérez
PROCLAMAR LA VERDAD Y RECLAMAR CON FE LA JUSTICIA
ES EL CAMINO
Es
normal que las personas pasen por situaciones desconocidas en las que
experimentan vivencias nuevas que los llevan a temer por algo que les puede
hacer daño, sin saber realmente qué es ese algo.
En
la Biblia se nos muestran escenas en las que el miedo está presente y los discípulos de Jesús lo
experimentaron. Lo sintieron en momentos concretos:
-
El día que Jesús les habló de los peligros que padecerían cuando comenzaran su
misión evangelizadora les anticipó que éstos se los ocasionarían las autoridades religiosas y civiles.
Han
pasado muchos los años y siguen vigentes sus palabras porque se comprueba que el poder, en cualquier modelo social y
época, siempre se enfrenta con quienes defienden la verdad y la justicia, sean
seguidores de Jesús o personas de corazón limpio y mente lúcida. Este actuar irresponsable
está presente en quienes ambicionan u ostentan el poder, la gloria o la riqueza
y, para no perder la situación personal que han logrado, no toleraran que haya
personas que tengan un comportamiento ejemplar que muestre a los demás el buen
camino del Reino de Dios, que
denuncie sus desmanes y que otros los sigan.
Los
cristianos podemos tener la tentación
inevitable de ocultar el mensaje verdadero por temor, y, en su lugar, hablar sólo de las cosas que no molestan al
poder o a la masa social. Quienes actúen así serán esclavos del miedo pero deberán saber que por la difusión del
mensaje nos podrán matar el cuerpo pero no el espíritu.
Venezuela es, estos
momentos, un ejemplo vivo del mensaje evangélico expuesto. Un pueblo oprimido
por un régimen totalitario sale a la calle sin temor a la represión y valorando
más el logro del bien social colectivo. Lo hacen para pedir “PAN y JUSTICIA” y para recuperar la LIBERTAD
que le robaron hace años con la ley de
las armas… ¿Es justo denunciar esas atrocidades en pleno S. XXI y perder la
vida en ese empeño?
¿Somos
los cristianos valientes? ¿Denunciamos, a nivel interno y público, lo que no es
cristiano ni bíblico?
-
En otro momento los discípulos tuvieron que subirse a una barca para abandonar
el lugar donde estaban y, cuando estaban navegando solos, fueron sorprendidos por
un fuerte oleaje, se sintieron amenazados y se asustaron. Estaban en esa
situación y se les apareció Jesús
andando sobre las aguas pero no lo reconocieron porque creyeron que era un
fantasma, cuando lo vieron acercarse se asustaron porque la fe que tenían en
ese momento era todavía muy frágil y la respuesta temerosa que le dieron se
debió a que no superaron la prueba del miedo que sufrieron al verlo.
–
Jesús iba a Jerusalén porque su final estaba cerca y les anunció durante el
viaje que lo hacía para sufrir allí su pasión y muerte, ellos no lo
comprendieron en ese momento y sintieron miedo… ¿Por qué?
Porque
mientras Jesús sufría por lo que le
esperaba dentro de unos días ellos se enzarzaban en una disputa interna sobre
quién de ellos era el más importante para Él y quién debería ser el primero a
su lado. Al no comprender sus palabras temieron perder el estatus terrenal al
que aspiraban.
–
Cuando resucitó Jesús los discípulos volvieron a sentir miedo. Comenzaron
teniéndolo de los dirigentes judíos porque si a Él lo habían asesinado después
también lo harían con ellos y para evitarlo cerraron las puertas y ventanas de
la casa donde estaban reunidos. Como se sentían ya seguros allí la inesperada aparición
de Jesús en medio de ellos también les ocasionó ese sentimiento porque lo volvieron
confundir con un fantasma.
Tener
miedo no es un problema pero sí lo es el hecho de dejarnos arrastrar por las
circunstancias que nos lo ocasionan. Cuando nos ocurre esto permitimos que sea
él, y no la fe, la que alumbre a los hombres sus comportamientos.
Los
discípulos entonces y la mayoría de los cristianos de nuestros días nos dejamos
arrastrar por nuestras circunstancias y los tiempos para temer por todo,
sentirnos abandonados por Dios por una ausencia de fe, nos refugiamos en lo tangible
que nuestra religión propicia y no nos agarramos a la verdad… ¡¡¡El amor a Dios y al prójimo!!!
Los
venezolanos tienen fe en que dando la cara lograrán el bien buscado, lo
lograrán porque Dios siempre está al lado de quienes luchan por el hombre dando
su vida… ¡¡¡Señor, una palabra tuya
bastará para salvarlos!!!
Jeremías
nos muestra el eterno problema de quienes comunican a los demás lo que deben
hacer para no sufrir, entonces también sufrían el rechazo y se exponían a ser
tratados mal.
Quienes
conocen esa realidad deben saber que si tienen fe y confianza en Dios
siempre recibirán solución para sus problemas.
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