Colaboración de José Martínez Ramírez
El
viento que ayer enfrió mi cara
se
aleja, el tiempo pasa. Alicia,
la
vida da pocas caricias
y
los entierros nos abrasan.
Los
muchos que te quieren en tu casa
miran
alrededor, pasando por la mía.
Por
los que tus manos sostenían
hoy
pido compasión para tu alma.
Y
antes de que la marea que pasa,
sobre
la arena, borre impía
tus
sueños, te dire lo que te daría
ahora
que la resaca es tan larga:
El
aire de una tormenta temprana,
las
nubes que te mecen con alegría
y
los pájaros que, cantando, solían
despertarte
muy de mañana.
Perfume
de azahar en tu ventana,
una
gentil alondra por alegrías,
la
canción más hermosa de tu vida.
Un
verso y la mejor manzana.
Los
mares sólo para las damas,
un
colegio de niños te daría
sin
lecciones de geometría.
Una
barca de dulce pa mi paisana.
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