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sábado, 8 de julio de 2017

JESÚS HABLABA DE MANERA ENTENDIBLE A LOS SENCILLOS

Colaboración de Paco Pérez
SEGUIRLE… ¿COMPLICADO O FÁCIL?
Opino que Dios no creó al hombre para después ponerle trabas y que éstas le complicaran la vida por eso entiendo que las cosas que nos suceden son fruto del COMPORTAMIENTO INADECUADO que venimos manteniendo desde el comienzo de los tiempos, de la LIBERTAD que Él nos regaló, de la INTERPRETACIÓN que en cada momento hacemos de su mensaje y de la ACOMODACIÓN que cada uno hacemos para alcanzar nuestras conveniencias… ¿Es así o preferimos maquillar esta realidad?

La comprensión del hecho religioso ha ido experimentando con el tiempo una evolución positiva pero, a mi entender, no es la adecuada y mucho menos la definitiva… La religión debe ayudarnos a comprender la verdad; a despertarnos el deseo de abrazarla; a regalarnos por todo ello la virtud de la fe, esa que es capaz de mover montañas y a empujarnos a participar, de manera activa, dentro de nuestras comunidades parroquiales a dar testimonio de nuestra  creencia. Este es el camino que practicó Jesús porque la mayoría eran gentes sencillas e incultas, ahora también debe seguirse esa línea y por las mismas razones.
El judaísmo y el cristianismo no han seguido esa línea y ese proceder desvía al creyente de ese camino… ¿Por qué?
Porque hay que estar muy bien amueblado para separar la verdad de la paja, con su ejemplo Jesús orientó al JUDAÍSMO en múltiples ocasiones pero en nuestros días todavía no queremos ver que la realidad de lo que hizo es extrapolable a cualquier otra religión. 
Los JUDIOS, en aquello tiempos, cumplían con los Diez Mandamientos y, además, tenían 613 preceptos (365 eran prohibiciones -una por cada día del año- y 248 eran mandamientos positivos –uno por cada parte del cuerpo humano, según los conocimientos médicos de entonces).
Con esta propuesta no era fácil ser una persona religiosa como Dios desea porque se necesitaba cultura y tiempo para estudiar las Escrituras y los preceptos. Eso facilitaba que no fuera para todos pero sí para los doctores de la ley y los laicos cultos pues el pueblo sencillo era inculto, no entendía esa propuesta de cumplimientos, no tenía tiempo nada más que para trabajar y por eso se apartaba de Dios cada vez más. Otro inconveniente se lo ponía su libro sagrado porque estaba escrito en lengua hebrea y el pueblo hablaba el arameo, además, la gran mayoría no sabía leer.
Partiendo de esas realidades Jesús vino a enseñarnos otro camino y nos demostró con sus ejemplos que seguirlo era fácil:
1.- El hombre, por egoísmo, destruye lo que otros han hecho para imponer su estilo. Él no procedió así, respetó la religión judía pero actuando les enseñó qué se debía hacer primero y qué debía tener espera. Ejemplo: En Mateo 12,11 Él les dijo: [¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si cayere ésta en una fosa en sábado, no le eche mano, y la levante?].
Todo lo hacían demasiado complicado y muy estricto, no aceptaban respuestas como ésta de Jesús y con el exceso de preceptos, leyes y reglas se lo impedían.
Por la incomprensión de los poderes fácticos de su tiempo Jesús fue condenado, martirizado y crucificado.
Pasan los años y hoy, en el cristianismo, también tenemos los Mandamientos de la Ley de Dios… ¿Los mismos que los del Sinaí?  Además tenemos los de la Iglesia; normas para el ayuno, la abstinencia y la penitencia cuaresmal; decretos de la Santa Sede, de las Sagradas Congregaciones romanas, de las Conferencias Episcopales... En un pasado no muy lejano se nos aconsejaba sobre cuántos hijos debíamos tener; cómo vestir, ajustados a la moral y la decencia; qué hacer en cada momento... No se autorizaba leer la Biblia que, además, estaba escrita en latín y la misa se oficiaba en el mismo idioma.
Queda claro que los cristianos-católicos también lo teníamos, y tenemos, todo perfectamente regulado. Por eso, igual que antes ocurrió al judío, nosotros estamos también muy confundidos.
A quienes Jesús dejó el encargo de cuidar de la Iglesia siguen sin marcar una línea sencilla, valiente y revolucionaria, como hacía Él.
Hay gente muy comprometida con la esencia del mensaje pero también estamos un montón que hemos sido instruidos en principios que, a mi entender, no son cristianos.
Jesús no temió ser perseguido pero en nuestros días nadie se atreve a meterle mano al tema de “LAS IMÁGENES”, prefieren que estén las plazas llenas y no radicalizar el mensaje para simplificarlo como Él hizo cuando proclamó: [Amaos como Yo os he amado].
Como es lógico, seguir esa línea en sustitución de lo que no es evangélico tendría que tener un desarrollo práctico.  
Ante estas realidades del hecho religioso, en el pasado y en nuestros días, a los cristianos se nos presentan dos opciones al caminar: Mantenernos firmes en la FE y creer con criterio propio  orientados en la Biblia o pasar del hecho religioso.
¿Somos conscientes de que serlo nos obliga a seguir a Jesús en la línea que Él nos enseñó?
Que cada cual se analice y después se trace el camino que le haga mejorar la línea que sigue… ¡¡¡Nunca debemos sentirnos satisfechos con lo que hacemos!!!
Hemos comprobado que el judaísmo, en tiempos de Jesús y el cristianismo de nuestros tiempos mantienen puntos de encuentro equivocados: “Los preceptos establecidos por los hombres y las tradiciones, los esclavizaban y nos esclavizan, alejándonos de lo que Dios espera de nosotros, “atender las necesidades del prójimo”.
Ante estas situaciones podemos recordar las enseñanzas de las lecturas de hoy:
1.- El anuncio de Zacarías es la consecuencia del estado de sumisión en que estaba el pueblo de Dios, ante ella él miraba al futuro y soñaba con el día en el que vendría el liberador de su pueblo y les comunicaba que cuándo se presentara ante ellos lo haría en un pollino. La humildad con que se manifestó a sus gentes es símbolo de cómo quiere Dios que traten a las personas quienes dirigen sus destinos.
2.- Pablo nos habla del poder del Espíritu de Dios que resucitó a Jesús y que por Él, quienes no estén apegados a la carne, estarán cumpliendo con lo que Dios espera de nosotros y alcanzarán el premio.
Ajustados a estos ejemplos de vida, y apartados de las rutinas, cuidaremos nuestra fe y haremos cosas buenas por el prójimo… ¡¡¡El deseo de Jesús!!!


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