Colaboración de José Martínez Ramírez
Después
de la tormenta,
las
últimas gotas de lluvia
de
esta dura primavera
resbalan
por mi balcón.
Donde
cada vez se acercan
las
golondrinas con más excusas.
No
entienden mi silencio,
ni
estas manos con pañuelo,
ni
a tus ojos de aceituna.
El
triste brillo de la lluvia
me
lleva por estos largos
días
de viento y de ausencia.
Impío
puente de plata
tendió
tu mano al decir adiós.
Aún
siento su eco en mis sienes,
porque
es excesiva mi intimidad
recordando,
aquellas sombras inertes
que
jamás volverán.
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