Colaboración de Paco Pérez
Capítulo I
VIAJANDO EN “EL TREN DEL RECUERDO”
Me
ha gustado mucho la expresión de José
Carlos, “A la antigua usanza”…
¿Por qué?
Porque
quienes tenemos algunos años sabemos bien que las cosas del pasado son las que
mejor recordamos y también porque, como es lógico, en estas fechas tan señaladas
para la cristiandad añoramos muchos aquellas vivencias. Ocurre así al recordar a
nuestros familiares desaparecidos porque vivimos con ellos, en estos días,
bastantes momentos inolvidables con las cosas tan sencillas que nos hacían en
aquellas celebraciones caseras de nuestros años infantiles pero que, a pesar de
ser así, nos dejaron un recuerdo amable.
Entonces
deseábamos mucho que llegara Navidad
porque no había como ahora, de todo y una fiesta cada día. Ésta, además, se
celebraba con unas particularidades que nos hacía vivir los días que duraba de
manera diferente y con intensidad el espíritu religioso, el ambiente familiar más
alegre y, cómo no, dándonos unas buenas “panzás”
de todo lo que nos ponían en casa delante: comida,
algún trago que otro de vino, mantecados, borrachuelos y, finalmente, calentábamos bien el cuerpo para cuando
saliéramos por las calles a cantar, tomando algunas copichuelas de anís seco los mayores o dulce los no
habituales, los peques y las damas.
Entonces
se tenía la costumbre de comer y beber todo lo que les apetecía. Lo hacían sin
medida ni temor porque nadie sabía si tenía “azúcar” o “colesterol”,
porque estar llenitos era señal de salud y porque no les preocupaba tener que
montarse después de la fiesta en el coche para retornar a casa si se ponían
pasados de rosca. Cuando alguien pillaba un buen colocón con el alpiste y no
podía dar paso pues los otros colegas de juerga sacaban el burro y lo llevaban
a su casa, así quedaba el tema resuelto entonces.
Con
este ambiente, en la noche del 24, las calles de nuestro pueblo estaban muy
transitadas por los grupos de jóvenes, o de familias, que iban de casa en casa
cantando “villancicos” y tocando los
instrumentos que nos fabricábamos:
las panderetas se hacían con trozos
de madera dentados y con las tapas metálicas de las botellas de cerveza
aplastadas y clavadas con puntas sobre el lomo opuesto a la zona dentada y
las “zambombas”, éstas se hacían con
carrizos adornados con papeles de
colores hechos moñas o tiras, tiestos
usados de macetas y pieles de
animales o las vejigas de los cerdos
que se mataban en las matanzas unos días antes. También se acompañaban con almireces metálicas y el rasgueado de
los cuchillos y cucharas sobre las botellas de anís ya vacías.
Recordemos
algunos “villancicos” populares que
el “CORO PARROQUIAL” interpreta en estos días en nuestro templo
y que me regalaron el año pasado:
EL CHIQUIRRITÍN
Ay
del chiquirritín, chiquirriquitín,
que
ha nacido entre pajas.
Ay del chiquirritín, chiquirriquitín,
queridí, queridito del alma.
Ay del chiquirritín, chiquirriquitín,
queridí, queridito del alma.
-
Entre el buey y la mula Dios ha nacido
y en un pobre pesebre lo han recogido.
y en un pobre pesebre lo han recogido.
Ay
del chiquirritín, chiquirriquitín
que
ha nacido entre pajas.
Ay del chiquirritín, chiquirriquitín
queridí, queridito del alma.
Ay del chiquirritín, chiquirriquitín
queridí, queridito del alma.
-
Todos llevan al Niño ricos presentes,
yo
le llevo mi alma que se caliente.
Ay
del chiquirritín, chiquirriquitín
que
ha nacido entre pajas.
Ay del chiquirritín, chiquirriquitín,
queridí, queridito del alma.
Ay del chiquirritín, chiquirriquitín,
queridí, queridito del alma.
-
Por debajo del arco, del portalito,
se descubre a María, José y al Niño.
se descubre a María, José y al Niño.
Ay
del chiquirritín, chiquirriquitín,
que
ha nacido entre pajas.
Ay del chiquirritín, chiquirriquitín
queridí, queridito del alma.
Ay del chiquirritín, chiquirriquitín
queridí, queridito del alma.
DIME NIÑO
Dime
Niño, de quién eres,
todo vestidito de blanco.
Soy de la Virgen María
y del Espíritu Santo.
Resuenen con alegría
los cánticos de mi tierra
y viva el Niño de Dios
que nació en la Nochebuena.
La Nochebuena se viene, tururú,
la Nochebuena se va.
Y nosotros nos iremos, tururú,
y no volveremos más.
Dime Niño, de quien eres,
y si te llamas Jesús.
Soy amor en el pesebre
y sufrimiento en la cruz.
Resuenen con alegría
los cánticos de mi tierra
y viva el Niño de Dios
que nació en la Nochebuena.
todo vestidito de blanco.
Soy de la Virgen María
y del Espíritu Santo.
Resuenen con alegría
los cánticos de mi tierra
y viva el Niño de Dios
que nació en la Nochebuena.
La Nochebuena se viene, tururú,
la Nochebuena se va.
Y nosotros nos iremos, tururú,
y no volveremos más.
Dime Niño, de quien eres,
y si te llamas Jesús.
Soy amor en el pesebre
y sufrimiento en la cruz.
Resuenen con alegría
los cánticos de mi tierra
y viva el Niño de Dios
que nació en la Nochebuena.
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