Páginas

jueves, 19 de abril de 2018

EL CINE EN VILLARGORDO


Colaboración de Paco Pérez
Capítulo I
RECUERDOS DEL PASADO
Todo tiene su historia y, si rascamos en el pasado, tal vez logremos encontrar sus huellas para, partiendo de ellas, intentar aproximarnos a lo que ocurrió escuchando de algunas personas que vivieron en esos tiempos los hechos noticiables que nos interesan o escucharon de los mayores lo que rodeo al tema porque lo presenciaron. Siguiendo esa línea he recopilado alguna información sobre la trayectoria que tuvo esta rama del arte en nuestro pueblo y os lo voy a mostrar en capítulos.

El objetivo de estas publicaciones no es profundizar en los aspectos técnicos, esa línea queda reservada para las personas doctas y las publicaciones especializadas, sólo intentaré que no se pierdan las huellas que esta rama del arte aportó a la historia de Villargordo (Jaén): Los cines que hubo, personajes que estuvieron unidos a ellos, anécdotas que se generaron durante los años que estuvieron abriendo sus puertas a los villargordeños y mostrarles algunos ejemplares inolvidables de la colección de “CARTELES”, AFICHES” y “FOTOGRAMAS” que logró reunir Tomás Lendínez García, de diferentes cines, durante sus años de juventud. Con éstos nos podremos aproximar al diferente tratamiento que se le fue dando en el pasado a la publicidad de las películas cuando se estrenaban éstas en ellos.
Al mostrarles estas huellas del pasado reciente de nuestro pueblo, entrarán en contacto con recuerdos imborrables de lo que se hacía entonces; también, para quienes ya tenemos algunos años de más, éstos serán un retorno a los años jóvenes del lector; una sorpresa para quienes nunca tuvieron noticias de ellos y tendrán, tal vez, poca o ninguna relevancia para quienes todavía son jóvenes. Opino así porque éstos viven el cine inmersos en el modelo de su tiempo, en él ya no se publicitan los estrenos cinematográficos con la técnica de entonces y porque descargarse una “peli” de Internet es mucho más cómodo y barato que visitar una sala de cine, pueden verla cuando estén aburridos en casa sin gastar un euro tantas veces como deseen.
He de resaltar que estos recuerdos van a ver la luz gracias a la labor de coleccionista que, desde hace muchos años, viene haciendo Tomás Lendínez García. Quienes lo conocemos bien sabemos que a él siempre le gustó coleccionar cosas por placer, sin pensar que con el paso del tiempo se ganarían el calificativo de antiguas pues para él lo más importante era poder saborear la cultura que se atesoraba en ellas.
Cuando me habló de sus colecciones cinematográficas acordamos que me las llevaría a casa para escanearlas, publicarlas después y evitar así que se perdieran las huellas que esta rama del arte, gracias a su labor silenciosa y anónima, nos legó para la “Historia del cine local”. Cuando me las llevó, mientras las pasábamos por la máquina, hablamos del tema y decidimos acompañar esos ejemplares con los recuerdos de los hechos que se protagonizaron en nuestros cines durante el tiempo que estuvieron abiertos; los personajes locales que formaron parte de ellos y las anécdotas de diferente índole que sucedieron mientras estuvieron ofreciendo al público las películas del momento.
Los progenitores de Tomás eran de Villargordo pero vivieron en Torreblascopedro porque su padre ejercía allí la medicina y esa circunstancia le hacía, por la proximidad, ir con cierta frecuencia a Linares; también solía venir a Villargordo en épocas puntuales para visitar a la familia y, como nos ocurría a todos, de vez en cuando también viajaba a Jaén para ir de compras con sus padres. En aquellos años la publicidad de las películas que se proyectaban en nuestro pueblo se hacía de dos maneras diferentes. Por las mañanas un señor repartía, de mano en mano, el “AFICHE” de la que se proyectaría esa noche. Éste era un folleto informativo del tamaño de un cuarto de folio que tenía una presentación delantera de gran colorido en la que iba el título; la imagen de los actores más importantes; los nombres del director, de los artistas, del director de fotografía, el autor de la banda musical… En la parte trasera iba impreso el nombre del cine, las funciones que se proyectarían, el horario de cada una y los precios de las entradas –éstos eran diferentes para cada una de las clases de asientos que se ofertaban.

En nuestro pueblo teníamos las sillas, las entradas del precio más alto, y un graderío de albañilería que era conocido popularmente como “Gallinero”, las de precio más asequible.
Además de la publicidad anterior también se ofrecía al vecindario la “cartelera”, ésta siempre se colgaba en el mismo sitio, cuyo contenido era: Cartel, fotogramas de las escenas, precio de las localidades, funciones y horarios. 
En los desplazamientos que Tomás hacía desde Torreblascopedro a otras poblaciones es cuando recogía los “AFICHES” que se iban repartiendo por las calles a los transeúntes, él los fue guardando y así es como logró tener ese bonito recuerdo de sus años infantiles y juveniles.
Los “CARTELES” eran como los “AFICHES” pero de un tamaño mucho mayor. 
Éstos se usaban para ponerlos grapados sobre una plancha de madera ligera y ésta se colgaba junto a un esqueleto rectangular de madera sobre el que se clavaban los “FOTOGRAMAS”.


A este conjunto le llamábamos la “cartelera” y cada cine tenía su lugar fijo para colocarlas. Éstos los recibió de un señor que trabajaba de acomodador en un cine de Linares.
El primer cine de Villargordo se llamaba “Romera” y después hubo otros, éstos se llamaron “Godoy”, “Cervantes” y “Maravillas”.





No hay comentarios:

Publicar un comentario