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jueves, 24 de mayo de 2018

D. PABLO IGLESIAS


Colaboración de José Martínez Ramírez
No me cabe la menor duda de las buenas intenciones con las que usted habla y después actúa. Por ello le ruego que me permita informarle de que pienso así desde el preciso instante en que rescató a los miles de sus feligreses del hastío, del hartazgo y de la indiferencia que sufrían y desde que en las plazas públicas se protestaba con un porcentaje de raciocinio importante  por las malas prácticas de la clase política española, o sea, el trinque.

Es una realidad que usted ilusionó con sus homilías porque de casta le venía al galgo -lo digo por su apellido- y por eso, como buen republicano –ahí sí que tengo algunas dudas- me imagino que ahora le estará llevando a sufrir alguna indigestión que otra.
Siempre defendí esta idea: La condición humana no tiene indulto y me refiero a sus anhelos, sus sueños, sus metas.
¿Por qué la defiendo?
Porque creo que la inmensa mayoría somos muy parecidos, aunque puedo estar errado, cuando soñamos con un trabajo muy bien remunerado y que nos sintamos a gusto en él. También cuando soñamos que acabe el terrorismo en todas sus formas, que no haya paro, que todos nos llevemos muy bien y que el amor sea nuestra bandera, me refiero al amor que nos lleva a dar ayuda a otras personas y a recibirla, porque la bandera arco iris es sólo una esquina de la gran ciudad.
Lo del chalet que tanta pandereta está dando en los medios es una consecuencia de esa condición humana, a la que usted también pertenece. Y digo yo, si ustedes compraron con su dinero esa vivienda… ¿Por qué coño proponen consultar a sus bases, sólo a los inscritos y a las inscritas, aceptar o no su compra para continuar o no al frente de la Secretaria General de “Podemos”?
Todos sabemos que el dinero es un demonio que nos tienta pues ustedes sabrán si les tentó o no y por eso, para ayudarles, les aconsejo que en vez de preguntar a los inscritos y a las inscritas se sometan sólo al dictamen de su conciencia, ella sirve para esas consultas mejor que nadie, lo aconsejan siempre en las iglesias… ¿No lo sabía?
Si lo hace comprobará que ella le dará la respuesta verdadera. Si le responde que toda persona libre debe comprar lo que le apetezca según el dinero que tenga como fruto de su trabajo pues ya está su tema resuelto.
Pero, si le dice:
- Pablo, recuerda las cosas que has dicho desde que empezaste a sembrar tus ideas en las cadenas de TV como tertuliano y en las plazas públicas… ¿Ya no recuerdas que en su día dijiste que sólo compraban ese tipo de viviendas los que deseaban especular y que no se podía entregar la política económica del país a Luís de Guindos por haber gastado 600 000 € en un ático?
Ahora le pregunto yo:
- ¿Se puede decir una cosa y después hacer otra?
Ahora justifica usted su compra, superior a la de él, diciendo que es para vivir en ella y esa respuesta yo, sin ser un experto en los temas que guardan relación con las iglesias, les doy el consejo de que escuchen ustedes a sus conciencias, que dimitan después y que se refugien en la humilde casa que se han comprado.


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