Colaboración de José Martínez Ramírez
No
me cabe la menor duda de las buenas intenciones con las que usted habla y
después actúa. Por ello le ruego que me permita informarle de que pienso así
desde el preciso instante en que rescató a los miles de sus feligreses del
hastío, del hartazgo y de la indiferencia que sufrían y desde que en las plazas
públicas se protestaba con un porcentaje de raciocinio importante por las malas prácticas de la clase política
española, o sea, el trinque.
Es
una realidad que usted ilusionó con sus homilías porque de casta le venía al
galgo -lo digo por su apellido- y por eso, como buen republicano –ahí sí que tengo
algunas dudas- me imagino que ahora le estará llevando a sufrir alguna
indigestión que otra.
Siempre
defendí esta idea: La condición humana
no tiene indulto y me refiero a sus anhelos, sus sueños, sus metas.
¿Por
qué la defiendo?
Porque
creo que la inmensa mayoría somos muy parecidos, aunque puedo estar errado,
cuando soñamos con un trabajo muy bien remunerado y que nos sintamos a gusto en
él. También cuando soñamos que acabe el terrorismo en todas sus formas, que no
haya paro, que todos nos llevemos muy bien y que el amor sea nuestra bandera, me
refiero al amor que nos lleva a dar ayuda a otras personas y a recibirla, porque
la bandera arco iris es sólo una esquina de la gran ciudad.
Lo
del chalet que tanta pandereta está dando en los medios es una consecuencia de
esa condición humana, a la que usted también pertenece. Y digo yo, si ustedes
compraron con su dinero esa vivienda… ¿Por
qué coño proponen consultar a sus bases, sólo a los inscritos y a las
inscritas, aceptar o no su compra para continuar o no al frente de la
Secretaria General de “Podemos”?
Todos
sabemos que el dinero es un demonio que nos tienta pues ustedes sabrán si les
tentó o no y por eso, para ayudarles, les aconsejo que en vez de preguntar a los inscritos y a las inscritas se sometan
sólo al dictamen de su conciencia, ella sirve para esas consultas mejor que
nadie, lo aconsejan siempre en las iglesias… ¿No lo sabía?
Si
lo hace comprobará que ella le dará la respuesta verdadera. Si le responde que
toda persona libre debe comprar lo que le apetezca según el dinero que tenga
como fruto de su trabajo pues ya está su tema resuelto.
Pero,
si le dice:
-
Pablo, recuerda las cosas que has dicho desde que empezaste a sembrar tus ideas
en las cadenas de TV como tertuliano y en las plazas públicas… ¿Ya no recuerdas
que en su día dijiste que sólo compraban ese tipo de viviendas los que deseaban
especular y que no se podía entregar la política económica del país a Luís de
Guindos por haber gastado 600 000 € en un ático?
Ahora
le pregunto yo:
-
¿Se puede decir una cosa y después hacer otra?
Ahora
justifica usted su compra, superior a la de él, diciendo que es para vivir en
ella y esa respuesta yo, sin ser un experto en los temas que guardan relación
con las iglesias, les doy el consejo
de que escuchen ustedes a sus conciencias, que dimitan después y que se refugien
en la humilde casa que se han
comprado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario