Colaboración de Manuel Sánchez García
Querida
comunidad, querid@s amig@s:
El
hecho de que escriba estas pequeñas líneas, no es, sin duda alguna, el que
pretenda llamar la atención, pues sería una desfachatez y un craso error por
parte del que os habla.
Este
tema, del que hablaré más adelante, ha sido fruto de una cadena de vivencias a
lo largo del tiempo, con personas tan dispares como culturas tiene el mundo y,
del que tenemos que estarle bien agradecidos.
No
obstante, tras esta leve pincelada de introducción os comento mi descontento.
Ya
a finales de los 90 del siglo pasado, tras el auge de la tecnología en el campo
del ocio y tras una rápida carrera por ser los primeros en esta materia, han
caído como gotas de cal en las sociedades de todo el mundo, entrando en una
cadena de consumismo de “aparatos” creados para no ejercitar nuestro mecanismo
más importante, el cerebro y el hecho de pensar.
Este
tipo de tecnologías, están haciéndonos olvidar problemas que hemos de
solucionar... pero, sin duda alguna, y creo que la peor de todas, es el
distanciamiento cada vez mayor de la propia familia.
La
televisión está hecha intencionadamente, cada vez más, para el ignorante, el
analfabeto y el que no piensa o no quiere pensar. Programas que no dejan
huellas educativas ni culturales, programas donde, sobre todo, la juventud,
está anticipándose a la vida misma, es decir, están averiguando cosas que les
llegarán con el tiempo...
Las
personas y, en especial, los jóvenes, estamos hechos de cartón, siendo la
mayoría conformistas y cómodos a la hora de tomar decisiones, cosa que servirá
de poco para cambiar a mejor, para dejar huella como otros dejaron para
nosotros...
La
sociedad ya no quiere leer (novela, poesía...), no quiere escribir, no escucha
música (renacentista, barroca, clásica, romántica...), no quiere ver obras
teatrales, revistas musicales, comedias musicales, zarzuela, ópera, no quiere
aprender del cine propio de nuestro país (cine español, desde los años treinta
en adelante) y del que tanto se aprende en cuanto a lenguajes, forma de vida de
nuestros antepasados... En definitiva, no quieren nada que requiera un poco de
esfuerzo y que desprenda levemente a cultura.
Habitualmente,
casi toda la sociedad, llaman arcaicos y dejan en evidencia a las pocas
personas que leen, escuchan u observan todo lo mencionado anteriormente, como
si fuéramos especie de otro planeta muy lejano.
Hay
que aprender de las tecnologías útiles, de la modernidad en la que estamos
abocados pero, no sin olvidar ni menospreciar, puntos culturales y esenciales
de los que debemos de sentirnos más que orgullosos, porque si la modernidad
solo trata de erradicar todo lo anterior, yo, por mi parte, seré un obsoleto
anticuado del siglo XXI.
Comprendo
y sé que muchos de nosotros no estamos acostumbrados a algunas actividades
citadas pero, son tan importantes y esenciales que nos elevarán como personas
y, culturalmente nos abrirá nuevos caminos para entenderlo todo con más
claridad.
Es
por ello, de que se necesita un mínimo de interés por aprender nuevas
actividades que están bien lejos de nuestro confort diario. Solo así,
aprenderán a respetar, a relacionar todo en un mismo contexto y, por tanto, te
harán pensar, porque la persona que ni duda ni piensa, es un problema para los
demás.
¡HE
DICHO!
No hay comentarios:
Publicar un comentario