Colaboración de Paco Pérez
Considero
que el gran problema del cristianismo
desde que comenzó su andadura fue, y es, que los predicadores no han sabido
mostrar a las personas a Dios y el “verdadero camino” para ir hasta Él o en los receptores del
mensaje porque no supimos encontrarlo en sus testimonios y por
eso aún seguimos perdidos.
¿Por qué este estancamiento?
Los
que tuvieron la suerte de vivir en la época de Jesús no comprendieron sus
palabras cuando les hablaba y un tiempo después lo acosaron y lo mataron.
Ocurrió porque el judaísmo giraba en
torno al cumplimiento rígido de los
principios reflejados en su “Libro
sagrado”; los sacrificios que el
pueblo ofrecía en el Templo; la clase sacerdotal que oficiaba en él; el Sanedrín, el órgano encargado de poner orden, y los “fariseos”, manejando el poder.
Este
conjunto convirtió a la sociedad en
una manada de borregos que no
pensaba y así era conducida por ellos en la dirección que les interesaba:
Cumplimiento estricto de los preceptos
religiosos, reunirse en la sinagoga y presentar las ofrendas en el
templo. Con estas y otras medidas convirtieron el “judaísmo” en un “sistema”
que dejó al pueblo sin capacidad de reacción propia.
Cuando
apareció Jesús ellos temieron que
les hiciera perder la posición social privilegiada que tenían, de ahí su
interés para averiguar quién era cuando se le acercaban, entonces lo interrogaban para que dijera si era
o no el Mesías y Él les respondía con la
verdad que ya les había mostrado y
les enseñaba lo que era ser “oveja”, “rebaño” y “buen pastor”. Con ese método les mostró con claridad
que, como “pastores del pueblo”, no
habían sabido conducir a las “personas”
de manera correcta y que, por esa razón, ellos no eran para Él “ovejas” de su “rebaño”. No
lo eran porque entre las ovejas y el pastor debe haber una buena sintonía, él
siempre buscará lo mejor para ellas y éstas deberán escucharlo y obedecerlo… ¿Lo hacían ellos? ¿Lo hacemos nosotros?
Jesús denunció ante ellos sus prácticas manipuladoras y éstos se
enfrentaron a Él porque sus predicaciones y prácticas eran totalmente contrarias a lo que ellos habían
enseñado y también porque los negocios y privilegios que tenían alrededor de la
religión los perderían, por eso lo persiguieron y lo mataron.
Un
tiempo después Pablo y Bernabé fueron a evangelizar, iban de
un lugar a otro predicando la Palabra,
entraban los sábados en la sinagoga y les hablaban del Reino pero sus mensajes eran bien acogidos
por unos y rechazados por los judíos
que, además, indisponían a la población influyente contra ellos.
¿Por qué?
El
pueblo elegido seguía sin aceptar
que estos predicadores también mostraran su mensaje a los gentiles.
Ante
esta actitud Pablo y sus
acompañantes les reprocharon ese comportamiento, les comunicaron que por orden
de Dios fueron hasta ellos y que,
por su actitud, el Señor les ordenó
que se marcharan a predicar a los gentiles.
Cuando éstos escucharon las palabras que dirigieron a los judíos se llenaron de alegría, creyeron y recibieron la luz del Señor… ¡Ahí está la diferencia!
Antes
de marcharse los misioneros se
sacudieron las sandalias, después abandonaron el lugar donde habían sido
rechazados y regresaron con los gentiles.
Los
judíos no comprendieron el sencillo
mensaje del amor: Vivir a diario con
sencillez, intentar ayudar a los necesitados y no ser injustos.
En
el Apocalipsis, Juan nos muestra en la visión que tuvo la realidad de las personas:
Aquellas que cumplieron los preceptos del Señor
y lo siguieron sufrieron por su causa pero después fueron limpiados por la
gracia que se derivó del gran sacrificio de la Cruz, también recibieron los beneficios de no tener que preocuparse
más de los problemas que nos afectan a diario: Trabajo, hambre, sed, frío,
calor…
Han
pasado muchos años y, aunque no es el mismo estilo del judaísmo, me planteo… ¿Algunas
prácticas de nuestra religión católica nos hacen ser, hoy, un rebaño
encorsetado en la tradición y alejado del camino?
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