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sábado, 23 de noviembre de 2019

CRISTO REY


Colaboración de Paco Pérez
SU REINO… ¿CÓMO LO ENTENDEMOS?
Considero que el mensaje del Reino puede ser entendido de dos formas distintas y ambas dependen del enfoque que se dé a su enseñanza. Se puede hacer mediante un formato irreal que sólo se preocupa de mirar hacia arriba, de ser así estaremos hablando del después, es decir, cuando viajemos a la otra vida después de la muerte o también puede hacerse siguiendo al ejemplo que Jesús nos enseñó mientras vivió entre los hombres. Esta segunda opción la seguirán quienes han aprendido que el Reino está esperando, en medio de nosotros, que nos decidamos a trabajar para que sea una realidad tangible que convenza a los que no logran ver esa realidad.
El camino a seguir lo trazó Jesús cuando puso en práctica las acciones humanas que convirtieron en realidad su mensaje, que las personas vivieran con dignidad, y para ello había que liberarlas de sus sufrimientos y de la muerte… ¿Cómo lo hizo?

Curando a los enfermos, expulsando los demonios de las personas poseídas, consolando a los tristes y dando de comer a quienes tenían hambre.
Para que estas acciones que Él realizó sean una realidad en nuestros días se necesita creer, tener fe, dar continuidad a nuestros actos y que el esfuerzo que conlleva su práctica sea compartido por todos, si actuáramos así podrían cumplirse los planes de Dios. El problema está en que tenemos un déficit de fe y, como somos cómodos y egoístas, pues sabemos que no es un camino fácil y entonces nos conformamos con realizar acciones buenas pero la realidad es que no sirven.
¿Por qué hago esta afirmación?
Porque han pasado muchos años desde que Jesús ascendió al Reino de Dios y los cristianos, como después hemos avanzado poco en la comprensión del Reino terrenal, a pesar de todos sus ejemplos y generosidad, pues nos hemos acostumbrado a justificarnos con acciones que no nos comprometen a nada y que son parches porque no sirven para arreglar a diario los problemas reales de quienes están a nuestro lado pasando necesidades o sufrimientos.
¿Puede servir de algo el ir de costaleros bajo el trono de una imagen y después olvidarnos de la realidad del crucificado hasta el año próximo?
¿Qué hubiera dicho Jesús de estas celebraciones si habiendo tanto sufrimiento social no somos capaces de ayudar en las necesidades pero sí lo somos de gastarnos un dineral en vestimentas, cohetería, música…?
Los escribas, fariseos, sacerdotes, cambistas, políticos y la mayor parte del pueblo no entendieron la enseñanza sencilla que Jesús les estuvo regalando cada día de su vida pública, por eso no lo aceptaron y lo mataron.
Lo que sucedió a Jesús demuestra que defender la verdad no allana los caminos a quienes toman esa bandera sino todo lo contrario pues los poderes que siempre dominan los destinos de la sociedad se ponen en contra de quienes la defienden poniéndoles obstáculos y dificultades para que no puedan caminar con naturalidad, se aburran y abandonen. Estos poderes económicos, religiosos o políticos son los primeros que dan la espalda a quienes tienen la osadía de proponer soluciones diferentes a las que ellos tienen instauradas como irrefutables.
Jesús rechazaba el sistema religioso que habían establecido en el Templo y las normativas administrativas de los políticos en el ámbito social porque consideraba que debían cambiar sus actuaciones en su Reino.
Los dirigentes religiosos no comprendieron sus palabras y, como veían perjudicado su negocio, lo detuvieron con acusaciones falsas y lo llevaron al representante de Roma para que lo juzgara. Éste no encontró delito en Él pero no optó por hacer justicia sino que prefirió quedar bien con el poder religioso del pueblo judío, lo condenó y lo entregó para que lo mataran.
Jesús intentó que el modelo religioso de los judíos cambiara, les predicó el camino de la rectificación y no consiguió nada. Dos milenios después, ellos y nosotros, todavía no lo hemos comprendido y por eso practicamos una religión que se sustenta en las rutinas de la tradición… ¿Por qué?
Porque para cambiar hay que comenzar por reconocer los errores cometidos y después trazar un plan de rectificación que esté inspirado en las enseñanzas de la Biblia.
Un ejemplo claro de cambio lo encontramos hoy en la primera lectura. Las tribus del pueblo de Israel estaban divididas, las del Norte y las del Sur, tenían enfrentamientos militares con otros pueblos y sus reyes habían fallecido. Ante la situación planteada los ancianos de las doce tribus fueron hasta Hebrón, como muestra de unión, para ofrecerle a David su lealtad y ungirle como rey de Israel, ambas partes le prometieron fidelidad y le reconocieron como tal porque él había sido elegido por Dios.
Aquí tenemos un ejemplo de cómo deben actuar quienes dirigen los destinos de los pueblos pues ellos no pueden anteponer sus intereses personales a los generales. En nuestros días España es un ejemplo de cómo no se debe actuar cuando se está al frente de un pueblo mientras que los ancianos sí supieron estar en la posición correcta.
Según Pablo, el hombre estaba en las tinieblas pero fue rescatado por Dios para que conociera la luz, se instalara en el reino de su Hijo y Él derramaría su sangre después para la redención y el perdón de nuestros pecados.
También nos recuerda todos los atributos que corresponden a Jesús por ser Dios y por la misión con que vino al mundo: Reconciliar a todos los seres haciendo la paz con la sangre de la cruz.



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