Colaboración de José Martínez Ramírez
¡Hay
que ver la que se nos ha liado!
Desde
que Sabina se cayó del escenario,
todos
creímos que estaba adormilado,
y
seguimos viendo a China en el
telediario.
Los
autónomos muy desconsolados,
los
niños en casa, sin el abuelo,
los
padres que miran fijos al suelo
y
aprietan los puños desamparados.
Aunque
sé que ningún gobierno
estaba
para esto bien preparado:
Andalucía,
los “eres” del tormento,
Valencia
y Madrid, también vaciado.
En
Cataluña, también en el País Vasco,
todos
robaron a diestro y siniestro,
se
lo gastaron, no les quedó ni el casco
y
nos mandaron a Sanidad un ministro.
Seguía
el Gobierno, con la Ley de Igualdad,
celebrando
jolgorios y eventos,
y,
alegando que no veían la maldad,
les
permitió ir a la calle o a los conventos.
Antes,
le regalaba al Rey emérito
unas
cuantas espadas en los labios,
desenterraba
sólo a un muerto
y
ahora no tiene dónde enterrarlos.
En
primera línea de fuego,
las
Fuerzas Armadas de nuestro Estado,
trabajan
sin pensar en el sueldo
y
ayudan a quienes están a su lado.
Les
lanzaban adoquines envenenados
para
sembrar el odio acumulado,
miles
de contenedores ardiendo
y
millones de españoles acorralados.
Con
la otra mejilla mirando al cielo,
la
paz se escapaba de sus manos
y,
los que llegaron nuevos al Congreso,
han
conseguido a todos enfrentarnos.
Quienes
sufrieron una guerra, son ancianos,
ya
no ven la vida como un juego
pues
“Covid 19” los tiene encerrados
y
ahora a ellos les ayudan nuestros sanitarios…
¡Por éstos nos
quitamos el sombrero
y todos nos
fundimos en un aplauso!
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