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jueves, 23 de julio de 2020

FEMINAZI


Colaboración de José Martínez Ramírez

Él le regaló con perlas del mar
un corona de espigas sureñas.
Todas las lunas del espacio sideral
la mar y más besos que estrellas.

Era más rojizo de lo normal
aquel atardecer de primavera,
el aire dormido en crema de azahar,
la luz unos ojos que sueñan
cabriolas de golondrinas sin par,
en círculo vuelan las cigüeñas.

Dibujan en el cielo sobre el mar
corazones, y ardientes velas,
besos desmayados al compás
de aquella guitarra eléctrica,
olas de espuma del mar
que alejan los peores problemas.

Una hoguera para la oscuridad
de las noches que se hacen eternas.
Un traje vacío para cubrir su felicidad,
nieve como párpados de tormentas.
Un páramo sembrado de humildad
ceniza de agujas pasajeras.

Ella le dio un beso y nada más.

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