VILLARGORDO, HOY, ESTÁ DE LUTO

 Colaboración de Juan A. Martos Moreno

HEMOS PERDIDO A UNA GRAN PERSONA… ¡JUAN PEDRO CASTELLANO CALLES

"JUANITO PANCHO"!

Hoy no quiero llorar tu muerte. Hoy quiero honrar tu vida. Mi querido amigo, tu vida estuvo llena de alegrías, risas y emociones. Y con ese espíritu llenaste la vida de muchos villargordeños. Fuiste, músico, camarero, pintor y autónomo pero sobre todo fuiste el primero en cantarle a los poetas, a los Beatles, a los Creedence Clearwater Revival, a los Rolling Stones, a Elvis Presley, a Frank Sinatra, a Simon y Garfunkel, a los Brincos, a los Mustang, a los Pekeniques, a los Relámpagos a los Mitos, a Formula V, al Duo Dinámico, a Juan y Junior, y a otros muchos más, junto a aquel gran guitarra que fue tu primo Tomás “Calderas”, en aquel maravilloso y conocido grupo de " LOS INDOMITOS ", aunque después pasaras por los “Nublos” y “Nuevos Nublos”.

Aunque es grande el dolor de tu partida, te recordaremos siempre por tus mejores características y tus mejores momentos. Amigos como tú, son pocos en la vida… ¡Qué maravilla fue conocerte!

Los amigos son la familia que elegimos para nosotros mismos. Sin duda, puedo decir que fue y es un honor haber ocupado ese lugar en tu vida. Querida familia, tener la certeza que está gozando de Gloria porque, hoy, está con su querida MARIANA, aunque nunca estuvo separado de ella.La muerte de alguien que forma parte de nuestro entorno, cercano, de nuestra familia etc, inevitablemente nos causa tristeza, dolor y consternación. Hoy toda la familia estáis de luto y junto a vosotros todos vuestros allegados y amigos, en los que me incluyo. Todos habéis sentido el dolor de la muerte de VUESTRO QUERIDO PADRE Y HERMANO " JUANITO ".

Todos os daremos muestras de apoyo, cariño y solidaridad.Las personas solamente mueren cuando sus seres queridos las dejan de recordar. Él fue, estoy seguro, una persona excepcional que siempre estará en vuestros recuerdos.

Querida familia sé que, en estos momentos, os sentir solos por la pérdida de vuestro familiar. Ahora os toca aceptar el hecho de que se fue para ser eterno en vuestros corazones porque su recuerdo siempre vivirá en vosotros y en los que lo quisimos.

Querida familia, CRISTO está con vosotros. Y vuestro Padre y Hermano "JUANITO", desde el cielo, junto a vuestra querida madre y hermana "MARIANA". En palabras de San Agustín os dicen y os animan: "LA MUERTE NO ES EL FINAL".

La muerte no es nada, sólo hemos pasado a la habitación de al lado.

Nosotros somos nosotros, vosotros sois vosotros. Lo que somos unos para los otros seguimos siéndolo, dadnos el nombre que siempre nos habíais dado. Hablad de nosotros como siempre lo habéis hecho. No uséis un tono diferente.

No toméis un aire solemne y triste. Seguid riendo de lo que nos hacía reír juntos. Rezad, sonreíd, pensad en nosotros.

Que nuestro nombre sea pronunciado como siempre lo ha sido, sin énfasis de ninguna clase, sin señal de sombra.

La vida es lo que siempre ha sido. El hilo no se ha cortado.

¿Por qué estaríamos fuera de vuestra mente? ¿Simplemente porque estamos fuera de vuestra vista?

Os esperamos; No estamos lejos, sólo al otro lado del camino.

¿Veis? Todo está bien.

No lloréis si nos amabais. ¡Si conocierais el Don de Dios y lo que es el Cielo! ¡Si pudierais oír el cántico de los Ángeles y vernos en medio de ellos¡ Si pudierais ver con vuestros ojos los horizontes, los campos eternos y los nuevos senderos que atravesamos! ¡Si por un instante pudierais contemplar como nosotros la belleza ante la cual todas las bellezas palidecen!

Creednos: Cuando la muerte venga a romper vuestras ligaduras como ha roto las que a nosotros nos encadenaban y, cuando un día que Dios ha fijado y conoce, vuestra alma venga a este Cielo en el que os ha precedido la nuestra, ese día volveréis a ver a aquellos que os amaban y que siempre os amarán, y encontraréis su corazón con todas sus ternuras purificadas.

Volveréis a vernos, pero transfigurados y felices, no ya esperando la muerte, sino avanzando con vosotros por los senderos nuevos de la Luz y de la Vida, bebiendo con embriaguez a los pies de Dios un néctar del cual nadie se saciará jamás.

Querida FAMILIA, recibid mi más sentido pésame.