Colaboración de Paco Pérez
AL PRÓJIMO, LA ASIGNATURA PENDIENTE
Quiénes
orientaban en el judaísmo la
espiritualidad del pueblo se preocupaban mucho de que respetaran los 613 mandamientos que habían fijado para
agradar a Dios, de ellos 365 eran prohibiciones (una por cada
día del año) y 248 obligaciones. Con
esta rigidez agobiaban al pueblo pues nadie desea vivir a diario pendiente de
si se puede o no hacer esto o aquello.
Este
tema les hacía debatir sobre cuáles eran los más y los menos importantes para fijar
después un orden jerárquico, pero otros no opinaban igual. Estaban enzarzados
en ese debate, recordaron que unas fechas antes Jesús dejó en evidencia a quienes recibieron la respuesta que dio a
su pregunta-trampa y un entendido interpretó
ese fracaso diciéndoles que Jesús no
sabía explicar la Ley de Moisés, consideraron
aceptable esa posibilidad y acordaron ir a preguntarle de nuevo para comprobar
cuál era en este nuevo tema su opinión. Lo leemos en Mateo 22, 36-40:
[- Maestro, ¿cuál es el mandamiento
principal de la Ley?
Él le dijo:
- Amarás al Señor tu Dios, con todo
tu corazón, con toda tu alma y con todo tu ser. Este mandamiento es principal y
primero.
El segundo es semejante a él:
- Amarás a tu prójimo como a ti
mismo.
Estos dos mandamientos sostienen la
Ley entera y los profetas.].
Lo
curioso del desenlace estuvo en que mientras ellos se preocupaban de hacer una reducción Jesús les responde con rotundidad que lo esencial del cumplimiento está en esos dos.
Los
cristianos tenemos la Biblia y en
ella podemos encontrar las orientaciones que necesitamos para cumplir con Dios y por ellas opino que nuestros guías espirituales, además, también programan
actos de no obligado cumplimiento o innecesarios… ¿Por qué?
Porque
los humanos seguimos entreteniéndonos así en rizar el rizo, lo que no es
importante, y dejamos de dar prioridad a lo que es sencillo y bueno, lo que
hizo Jesús. Él era un buen judío y no
se opuso frontalmente a los planteamientos inadecuados del judaísmo, pero sí se posicionó a favor de lo necesario y en contra
de lo inútil. Sus palabras están en Mateo
5,17: [No penséis que he venido a
abrogar la Ley o los Profetas; no he venido a abrogarla sino a cumplirla.].
Con
sus palabras les abría los sentidos y les enseñaba cuál era el verdadero camino
de la vida en comunidad y los hombres, a pesar de ello, complicaban el
cumplimiento religioso y opino que seguimos en esa línea, mientras Jesús se lo proponía sencillo
diciéndoles: [El amor a Dios y el amor
al prójimo.].
Como
es lógico ahora nos corresponde a nosotros desarrollar ese mensaje de manera
práctica trazándonos un plan preciso de comportamiento con el que podamos
desenvolvernos bien al insertarnos cada día en los distintos estamentos en que
desarrollamos nuestras relaciones sociales con la familia, el trabajo, el ocio, la parroquia… Lo debemos hacer porque sabemos bien que un día se nos acabará
la etapa terrenal y tendremos que presentarnos ante el Padre con nuestra hoja de servicios. En ese momento, supongo, se
nos valorará nuestro comportamiento cristiano tomando como referencia lo que
hicimos con Dios y el prójimo, los dos pilares en los que debemos
apoyarnos al caminar cada día que nos levantamos.
Jesús les decía lo que debían hacer con las parábolas y después lo hacía con ellos de manera práctica, nuestro gran problema, cuando se le acercaban para que les ayudara y Él los acogía, se mostraba
compasivo, los perdonaba, les ayudaba en sus necesidades… El comportamiento que tenía con las
personas era de total naturalidad y le surgía como fruto del amor que sentía por ellas y de la compasión que le despertaban sus
necesidades.
Si
seguimos su ejemplo con el prójimo…
¿Tendremos problemas al presentarnos
ante el Padre?
Su
método era muy sencillo porque sus palabras eran entendibles. Ejemplo:
-
Haced a los demás lo que queréis que os
hagan a vosotros.
¿Tan difícil es entender y practicarlas?
Sí,
porque hemos sido educados mal en este campo y, a mi entender, lo que se impone
ya, de una vez por todas, es que abandonemos las prácticas que son rutinas y tradiciones. Asistimos a triduos, quinarios, novenas o
durante un mes a las Flores pero no apagamos la TV o cambiamos
de cadena cuando a diario se emiten programas basura que sólo buscan captar
audiencia divulgando las miserias de la vida íntima de las personas, así están
relativizando el comportamiento de los espectadores y éstos ya no saben valorar
lo que ven y escuchan en el marco del “amor
al prójimo” y, consiguientemente, le fallamos
a Dios.
En
el texto del Éxodo queda probado,
una vez más, que Dios siempre orientaba
a su pueblo sobre cómo debía comportarse con los demás miembros de la comunidad
y en el texto de hoy se nos muestra que la postura de Dios con el prójimo siempre fue y es la misma, ayudar a quienes lo necesitan y no agobiarlos con presiones.
Hoy
nos propone el ejemplo de la viuda y
los huérfanos para hacernos ver en
qué situación de desamparo quedaban y qué se debía hacer en esos casos, ayudarles. La palabra de Dios no tiene
fecha de caducidad, sigue vigente, y por ella debemos tomar conciencia de que,
en nuestros tiempos, tenemos que ampliar estos ejemplos con los casos de otras
personas que están también en situación de vulnerabilidad manifiesta: Familias rotas, personas sin trabajo y vivienda, inmigrantes no regulados…
El
texto que Pablo envía a los
habitantes de Tesalónica puede ser
interpretado como un ejemplo claro de lo que debe ser la “evangelización”: Viajar a lugares que no conocen a Jesús, que los tesalonicenses no fueran hostiles al recibirlo sino hospitalarios
con él, que recibieran su mensaje muy bien y supieran valorar lo que hizo Jesús, que abandonaran la idolatría y
se bautizaran, que pusieran en práctica su ejemplo de vida y que después se
convirtieran ellos en los misioneros que evangelizaron a los otros pueblos pues
les transmitían el ejemplo a seguir cuando comprobaban cómo se comportaban los
unos con los otros.
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