sábado, 24 de octubre de 2020

AMAR A DIOS ES LO PRIMERO

Colaboración de Paco Pérez

AL PRÓJIMO, LA ASIGNATURA PENDIENTE

Quiénes orientaban en el judaísmo la espiritualidad del pueblo se preocupaban mucho de que respetaran los 613 mandamientos que habían fijado para agradar a Dios, de ellos 365 eran prohibiciones (una por cada día del año) y 248 obligaciones. Con esta rigidez agobiaban al pueblo pues nadie desea vivir a diario pendiente de si se puede o no hacer esto o aquello.
Este tema les hacía debatir sobre cuáles eran los más y los menos importantes para fijar después un orden jerárquico, pero otros no opinaban igual. Estaban enzarzados en ese debate, recordaron que unas fechas antes Jesús dejó en evidencia a quienes recibieron la respuesta que dio a su pregunta-trampa y un entendido interpretó ese fracaso diciéndoles que Jesús no sabía explicar la Ley de Moisés, consideraron aceptable esa posibilidad y acordaron ir a preguntarle de nuevo para comprobar cuál era en este nuevo tema su opinión. Lo leemos en Mateo 22, 36-40:
[- Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?
Él le dijo:
- Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu ser. Este mandamiento es principal y primero.
El segundo es semejante a él:
- Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas.].
Lo curioso del desenlace estuvo en que mientras ellos se preocupaban de hacer una reducción Jesús les responde con rotundidad que lo esencial del cumplimiento está en esos dos.
Los cristianos tenemos la Biblia y en ella podemos encontrar las orientaciones que necesitamos para cumplir con Dios y por ellas opino que nuestros guías espirituales, además, también programan actos de no obligado cumplimiento o innecesarios… ¿Por qué?
Porque los humanos seguimos entreteniéndonos así en rizar el rizo, lo que no es importante, y dejamos de dar prioridad a lo que es sencillo y bueno, lo que hizo Jesús. Él era un buen judío y no se opuso frontalmente a los planteamientos inadecuados del judaísmo, pero sí se posicionó a favor de lo necesario y en contra de lo inútil. Sus palabras están en Mateo 5,17: [No penséis que he venido a abrogar la Ley o los Profetas; no he venido a abrogarla sino a cumplirla.].
Con sus palabras les abría los sentidos y les enseñaba cuál era el verdadero camino de la vida en comunidad y los hombres, a pesar de ello, complicaban el cumplimiento religioso y opino que seguimos en esa línea, mientras Jesús se lo proponía sencillo diciéndoles: [El amor a Dios y el amor al prójimo.].
Como es lógico ahora nos corresponde a nosotros desarrollar ese mensaje de manera práctica trazándonos un plan preciso de comportamiento con el que podamos desenvolvernos bien al insertarnos cada día en los distintos estamentos en que desarrollamos nuestras relaciones sociales con la familia, el trabajo, el ocio, la parroquia… Lo debemos hacer porque sabemos bien que un día se nos acabará la etapa terrenal y tendremos que presentarnos ante el Padre con nuestra hoja de servicios. En ese momento, supongo, se nos valorará nuestro comportamiento cristiano tomando como referencia lo que hicimos con Dios y el prójimo, los dos pilares en los que debemos apoyarnos al caminar cada día que nos levantamos.
Jesús les decía lo que debían hacer con las parábolas y después lo hacía con ellos de manera práctica, nuestro gran problema, cuando se le acercaban para que les ayudara y Él los acogía, se mostraba compasivo, los perdonaba, les ayudaba en sus necesidades… El comportamiento que tenía con las personas era de total naturalidad y le surgía como fruto del amor que sentía por ellas y de la compasión que le despertaban sus necesidades.
Si seguimos su ejemplo con el prójimo… ¿Tendremos problemas al presentarnos ante el Padre?
Su método era muy sencillo porque sus palabras eran entendibles. Ejemplo:
- Haced a los demás lo que queréis que os hagan a vosotros.
¿Tan difícil es entender y practicarlas?
Sí, porque hemos sido educados mal en este campo y, a mi entender, lo que se impone ya, de una vez por todas, es que abandonemos las prácticas que son rutinas y tradiciones. Asistimos a triduos, quinarios, novenas o durante un mes a las Flores pero no apagamos la TV o cambiamos de cadena cuando a diario se emiten programas basura que sólo buscan captar audiencia divulgando las miserias de la vida íntima de las personas, así están relativizando el comportamiento de los espectadores y éstos ya no saben valorar lo que ven y escuchan en el marco del “amor al prójimo” y, consiguientemente, le fallamos a Dios.
En el texto del Éxodo queda probado, una vez más, que Dios siempre orientaba a su pueblo sobre cómo debía comportarse con los demás miembros de la comunidad y en el texto de hoy se nos muestra que la postura de Dios con el prójimo siempre fue y es la misma, ayudar a quienes lo necesitan y no agobiarlos con presiones.
Hoy nos propone el ejemplo de la viuda y los huérfanos para hacernos ver en qué situación de desamparo quedaban y qué se debía hacer en esos casos, ayudarles. La palabra de Dios no tiene fecha de caducidad, sigue vigente, y por ella debemos tomar conciencia de que, en nuestros tiempos, tenemos que ampliar estos ejemplos con los casos de otras personas que están también en situación de vulnerabilidad manifiesta: Familias rotas, personas sin trabajo y vivienda, inmigrantes no regulados
El texto que Pablo envía a los habitantes de Tesalónica puede ser interpretado como un ejemplo claro de lo que debe ser la “evangelización”: Viajar a lugares que no conocen a Jesús, que los tesalonicenses no fueran hostiles al recibirlo sino hospitalarios con él, que recibieran su mensaje muy bien y supieran valorar lo que hizo Jesús, que abandonaran la idolatría y se bautizaran, que pusieran en práctica su ejemplo de vida y que después se convirtieran ellos en los misioneros que evangelizaron a los otros pueblos pues les transmitían el ejemplo a seguir cuando comprobaban cómo se comportaban los unos con los otros.


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