Colaboración de José Carlos Castellano Calles
Siempre
atento a tus hijos y esposa.
Mariana con gran cariño cuidaría,
y
hacia un feliz futuro os conducía.
¡Ay, ay¡ vida terrenal engañosa.
De modo que el destino traicionaría,
y con una desgracia cruel acosa,
llevándose a tú amantísima esposa.
Ahora algo de felicidad tenía.
Pero la felicidad, rara cosa,
rauda se aleja y en veloz huida,
otro doloroso pesar sorprende.
La muerte de Juan Pedro: dolorosa,
cruel, de forma inesperada, es sufrida.
La Morta, de dolor, jamás comprende.
Pero lo que no entiende,
es que en el cielo juntos estarán,
y por siempre felices vivirán.
¡Que así sea por siempre jamás!
Mariana con gran cariño cuidaría,
¡Ay, ay¡ vida terrenal engañosa.
De modo que el destino traicionaría,
y con una desgracia cruel acosa,
llevándose a tú amantísima esposa.
Ahora algo de felicidad tenía.
Pero la felicidad, rara cosa,
rauda se aleja y en veloz huida,
otro doloroso pesar sorprende.
La muerte de Juan Pedro: dolorosa,
cruel, de forma inesperada, es sufrida.
La Morta, de dolor, jamás comprende.
Pero lo que no entiende,
es que en el cielo juntos estarán,
y por siempre felices vivirán.
¡Que así sea por siempre jamás!
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