Colaboración de José Martínez Ramírez
Dedicado a los verdaderos profesionales de la restauración y a
los aficionados.
Para
limar asperezas,
para cerrar un negocio,
templos para las fiestas
lugar donde cogen todos.
Para gente muy entera
o que está hecha trozos,
una romántica cena
vacíos ambos de despojos.
Con lindo sabor a fresa
aunque ese matiz a dos locos,
poco importa en la mesa,
estando los labios rojos.
Cava que en copa burbujea,
y en la mano dura poco,
sabores que en boca sueñan
y enamoran a los ojos.
El camarero que juega
con su arte y su arrojo,
de años en duermevela,
de sacrificios y enojos.
Lo mejor de su existencia
regala a su prójimo.
Los hay con querencia
sin importarles todo.
Los hay torpes que profesan
su habilidad en corros,
hábiles callados de feria,
héroes; me muero a chorros.
Pulcros en sus maneras,
impolutos de ropa y coro.
Bares, antros, y tabernas
chiringuitos pa fiestorros.
Una profesión siquiera,
valorada a menos poco.
para cerrar un negocio,
templos para las fiestas
lugar donde cogen todos.
Para gente muy entera
o que está hecha trozos,
una romántica cena
vacíos ambos de despojos.
Con lindo sabor a fresa
aunque ese matiz a dos locos,
poco importa en la mesa,
estando los labios rojos.
Cava que en copa burbujea,
y en la mano dura poco,
sabores que en boca sueñan
y enamoran a los ojos.
El camarero que juega
con su arte y su arrojo,
de años en duermevela,
de sacrificios y enojos.
Lo mejor de su existencia
regala a su prójimo.
Los hay con querencia
sin importarles todo.
Los hay torpes que profesan
su habilidad en corros,
hábiles callados de feria,
héroes; me muero a chorros.
Pulcros en sus maneras,
impolutos de ropa y coro.
Bares, antros, y tabernas
chiringuitos pa fiestorros.
Una profesión siquiera,
valorada a menos poco.
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