Colaboración del "Gran Serafín"
Robé
un beso de sus labios como quien roba una flor y me clavé las espinas que
guardan su corazón, la herida que me produjo no me causó dolor, saqué el
pañuelo que un día, en mi santo, ella me dio y nos limpiamos la sangre de aquel
beso de pasión.
Amedrentaba
mi cuerpo por robarle el amor y envolvía con sus patas el mío que se movía, desnudaba
mis pechos para poderlos morder, no lo pude aguantar, le mordí en la mejilla,
apreté con todas mis fuerzas para poderme librar pero mientras más lo intentaba
menos logros conseguía y su amor más me oprimía.
Miraba
para todas partes y mis ojos no la veían, la intentaba buscar pero encontrarla
no podía y todo lo que veía ensombrecía nuestro amor que era lo que yo no
quería.
Me moriría de dolor si no
me das el amor para que siempre te quiera, porque vivo para ti y no puedo
resistir que anochezca y amanezca, toqué por todas partes y tú nunca estás ahí.
Porque, como perro en celo y con el rabo empinado, corro de esquina en esquina
y huelo tratando de encontrarte para echarte un nudo perruno del que no escapes
nunca más, aunque los zagales del pueblo nos tengan que apedrear si nos quieren
despegar.
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