Colaboración de Paco Pérez
Y SE
ENCARNÓ EN JESÚS
Pasan
los años y los hombres cambian el comportamiento hacía Dios o las personas,
unas veces se acercan y otras se alejan pero la actuación de Dios
siempre va en la misma dirección… ¿Por qué?
Porque
es inmutable y nos ama de verdad.
En la Biblia leemos hoy un texto escrito por Ben Sirá en el año 180 a.C., está en el libro del Eclesiástico. En él se nos muestra a Dios como la Sabiduría que ya existía desde el comienzo de los tiempos, en ella estaba Dios porque era Dios y, más adelante, se manifestó en Jesús como la Palabra hecha hombre.
En
este texto se comentan las inquietudes de los hombres de todos los tiempos y de
todas las culturas, él autor muestra las de su tiempo y nosotros conocemos las
del nuestro, pero la realidad es que entre ambas hay una coincidencia, dejamos
en manos del Señor la solución de nuestros problemas porque sabemos que Él
siempre está a nuestro lado pero los hombres no.
En
Juan 1,1 podemos leer: [En el principio
ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.].
A
Jesús se le conoce también como la “Palabra de Dios encarnada”, una
forma de nombrarlo y de reconocerle que estaba junto al Padre
desde el comienzo de los tiempos y, también, que es Dios.
Al
Padre nadie lo ha visto pero sabemos que con la “Palabra” creó
el universo y con Jesús, la “Palabra” hecha hombre, salvó
a su pueblo.
Partiendo
de estas realidades un cristiano puede afirmar que todo lo creado está realizado
por la “sabiduría” infinita de Dios aunque haya personas que
redoblen sus esfuerzos para buscar explicaciones contrarias para desacreditar
esa realidad. La prueba innegable de lo que hizo y hace está en las huellas de
las diferentes manifestaciones que nos ofrece la naturaleza que Él creó.
Si no somos capaces de encontrarlo ahí debemos explorar la Biblia y en
ella nos encontraremos a Jesús. Él vino para mostrar a las
personas el camino del Reino, lo enseñó con palabras y con obras
pero ni los suyos lo reconocieron y le dieron la espalda a pesar de que practicaba
con quienes se le acercaban agobiados el darles de comer, acogerlos, curarlos,
defenderlos, amarlos, perdonarlos... Quienes lo rechazaron fueron aquellos que
prefirieron alinearse con el MAL, las tinieblas, y esa realidad sigue
sucediendo en nuestros días y lo hacen oponiéndose a la verdad que emana de su
obra.
Pablo, nos muestra la
realidad de Dios cuando nos habla de su labor evangelizadora y de los
logros obtenidos en la comunidad de Éfeso. Un tiempo después de
marcharse recibió muy buenas noticias sobre su funcionamiento y él para
animarlos a seguir creciendo en la fe les recordó que Dios, antes de
crear el mundo, ya nos había elegido para que fuéramos santos e hijos
suyos. También les comentaba que él seguiría pidiendo en sus oraciones por
ellos para que siguieran teniendo fe en Jesús y amando a los hombres
para que el Padre les diera espíritu de sabiduría y revelación
pues así podrían conocer y comprender cuál es la esperanza que nos propone
y la gloria que da en herencia a los santos.
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