Colaboración de Paco Pérez
RECIBIÓ EL
RECHAZO
Jeremías estuvo muchos años intentando guiar por el buen camino al pueblo y a los dirigentes, les
comunicaba lo que el Señor le pedía que hicieran y si cambiaban de comportamiento no pasaba nada
pero si no obedecían entonces eran castigados. Al rey Sedecías se le planteó
un problema, seguir gobernando bajo la protección de Babilonia o sublevarse
contra ellos con la ayuda del faraón.
El profeta les aconsejó que no dieran la espalda a Nabucodonosor porque los
derrotaría, destruiría Jerusalén y deportaría al rey. Los deseos de Dios no fueron bien recibidos porque la verdad siempre duele,
reaccionaron mal, intentaron matarlo y el rey lo salvo.
No escucharon a Jeremías y sus anuncios se cumplieron.
Pasaron
los años, Jesús relevó a los profetas en la labor de guiar al pueblo y
un día les dijo:
Leemos Lucas 12,
49:
[He venido a prender
fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo!].
Cuando
decimos… ¡Se ha metió fuego!
Lo
que pretendemos es comunicar a otros que ha ocurrido una “acción devastadora”,
intencionada o fortuita, y que ha terminado con unas consecuencias lamentables
pero
Jesús
no
le dio ese sentido a sus palabras. Él deseaba que su labor evangelizadora
calara hondo en las personas para que pudieran distinguir entre el bien y el
mal y actuaran empujados con la fuerza vital que transmitía pero no quería ofrecernos
la imagen final de un juicio con castigos.
También
Lucas 12, 50: [Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta
que se cumpla!].
La palabra Bautismo nos recuerda el acto de “recibir el agua” pero Jesús, en esta ocasión, se refería a su muerte y eso le hacía sufrir aunque sabía que ese final era necesario para que
la venida del Espíritu Santo tuviera lugar.
La misión del camino era enseñar a los discípulos
que debían asimilar lo que era seguirlo, es decir, compartirlo todo con Él: El
sufrimiento, el poder de curar enfermos, expulsar demonios, el estilo de vida,
ideales, practicar la oración con insistencia, comprometerse de manera total
con el Reino, rechazar al dios riqueza y ayudar al cambio de las personas para que
éste arranque en el corazón y así lo haga hacia afuera y no al revés.
Finalmente les anticipó que su venida en vez de instaurar la PAZ entre
las personas lo que haría sería establecer entre ellas la ruptura, se
cumplieron sus palabras cuando después hubo persecuciones y a Él lo mataron.
Pablo les aconsejaba romper con todo lo que ata, liberar el espíritu, competir con fuerza en la carrera de la vida y no
olvidarnos nunca de Jesús, el que nos mostró el verdadero camino de la fe y nos ayuda a luchar
contra el pecado para vencerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario