viernes, 12 de agosto de 2022

JESÚS AMABA LA PAZ PERO…

 Colaboración de Paco Pérez

RECIBIÓ EL RECHAZO

Jeremías estuvo muchos años intentando guiar por el buen camino al pueblo y a los dirigentes, les comunicaba lo que el Señor le pedía que hicieran y si cambiaban de comportamiento no pasaba nada pero si no obedecían entonces eran castigados. Al rey Sedecías se le planteó un problema, seguir gobernando bajo la protección de Babilonia o sublevarse contra ellos con la ayuda del faraón.

El profeta les aconsejó que no dieran la espalda a Nabucodonosor porque los derrotaría, destruiría Jerusalén y deportaría al rey. Los deseos de Dios no fueron bien recibidos porque la verdad siempre duele, reaccionaron mal, intentaron matarlo y el rey lo salvo.

No escucharon a Jeremías y sus anuncios se cumplieron.

Pasaron los años, Jesús relevó a los profetas en la labor de guiar al pueblo y un día les dijo:

Leemos Lucas 12, 49: [He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo!].

Cuando decimos… ¡Se ha metió fuego!

Lo que pretendemos es comunicar a otros que ha ocurrido una “acción devastadora”, intencionada o fortuita, y que ha terminado con unas consecuencias lamentables pero

Jesús no le dio ese sentido a sus palabras. Él deseaba que su labor evangelizadora calara hondo en las personas para que pudieran distinguir entre el bien y el mal y actuaran empujados con la fuerza vital que transmitía pero no quería ofrecernos la imagen final de un juicio con castigos.

También Lucas 12, 50: [Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla!].

La palabra Bautismo nos recuerda el acto de “recibir el agua” pero Jesús, en esta ocasión, se refería a su muerte y eso le hacía sufrir aunque sabía que ese final era necesario para que la venida del Espíritu Santo tuviera lugar.

La misión del camino era enseñar a los discípulos que debían asimilar lo que era seguirlo, es decir, compartirlo todo con Él: El sufrimiento, el poder de curar enfermos, expulsar demonios, el estilo de vida, ideales, practicar la oración con insistencia, comprometerse de manera total con el Reino, rechazar al dios riqueza y ayudar al cambio de las personas para que éste arranque en el corazón y así lo haga hacia afuera y no al revés.

Finalmente les anticipó que su venida en vez de instaurar la PAZ entre las personas lo que haría sería establecer entre ellas la ruptura, se cumplieron sus palabras cuando después hubo persecuciones y a Él lo mataron.

Pablo les aconsejaba romper con todo lo que ata, liberar el espíritu, competir con fuerza en la carrera de la vida y no olvidarnos nunca de Jesús, el que nos mostró el verdadero camino de la fe y nos ayuda a luchar contra el pecado para vencerlo.

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