Colaboración de José Carlos Castellano
¿Qué
tendrá este lugar,
que lo da todo, sin nada dar?
Todo el que se ausentó,
por
cualquier razón;
bien
que lo comprobó
y lo notó de corazón.
Al
poco de la emigración
la
nostalgia que sintió
le
embarga la imaginación.
Y
su pecho no le mintió,
pues
le acongoja el corazón.
¿Qué
tendrá este lugar,
que
lo da todo, sin nada dar?
Si
fue la vida a buscarse,
deseando
está de volver.
A
veces piensa escaparse
y
por el camino retroceder.
Si
salió para cambiar la rutina,
o
de felices vacaciones,
quizá
algo más afina.
Pero
en todas las ocasiones
sonríe,
cuando a su casa atina.
¿Qué
tendrá este lugar,
que
lo da todo, sin nada dar?
Así,
de esta manera o guisa,
el
sicológico tiempo tardón.
Parece
correr sin prisa,
los
días sufren un parón.
Sea
cual fuere la causa,
que
originó la emigración,
a
la añoranza, no da pausa.
Ni
a la tranquilidad ocasión,
para
del lugar hacer evasión.
¿Qué
tendrá este lugar,
que
lo da todo, sin nada dar?
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