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sábado, 5 de noviembre de 2022

LA MUERTE… ¿Y DESPUÉS QUÉ?

 Colaboración de Paco Pérez

¿QUÉ NOS ENSEÑÓ JESÚS?

Las personas siempre estuvieron influenciadas por la cultura del lugar donde residían y por el momento histórico en que vivieron. Como es lógico esas realidades condicionaron el pensamiento y la práctica religiosa, por eso se preguntaban… ¿Qué hay después de la muerte?

Los saduceos también recibieron esas influencias externas y por ellas creían que después de morir las personas no resucitarían.

Uno de ellos se acercó a Jesús para defender su creencia y le propuso un ejemplo cuyo contenido era un texto de Moisés, el que Lucas nos propone en 20, 28-33. Su argumento tuvo un efecto contrario para él pues Jesús le explicó el verdadero sentido de esas palabras, lo recoge Lucas en 20, 34-38.

En este texto Jesús le confirmó que sí hay resurrección y que al morir no tendremos en esa nueva situación las mismas vivencias que aquí.

El texto, además, me ha dejado esta reflexión:

- [… los que sean juzgados dignos…].

Este párrafo propone algo importante, yo lo interpreto así, que todos no tendremos, cuando estemos arriba, el mismo estatus porque éste dependerá de los méritos que llevemos en la mochila. Por ello, quienes no merezcamos la catalogación de “DIGNOS”… ¿Hay respuesta para esta posibilidad en nuestros días?

Es posible que no haya sabido interpretar el texto bien porque soy víctima de la edad y de las enseñanzas recibidas en el pasado, las que me empujan a creer que se nos dará allí lo que merezcamos por nuestras obras de aquí. No obstante, también será bueno no olvidar que Dios siempre es JUSTO, AMOROSO y MISERICORDIOSO con sus hijos/as.

Hago este planteamiento porque con los años hemos pasado bruscamente desde aquella vieja enseñanza en la que el pecado y la condena al Infierno estaban muy presentes a la de ahora, no hay que sentirse pecadores irredentos porque la misericordia y el perdón de Dios nos harán dignos… ¿Lo hemos interpretado correctamente? ¿Habrá que poner freno, algún día, al nuevo giro?

¿Creemos en la resurrección o nos ocurre como a los saduceos? ¿Nos hacemos, cada persona, una religión a medida?

Nosotros decimos que sí creemos pero si las circunstancias nos colocaran algún día frente una decisión crucial para nuestra vida, lo que ocurrió a los siete hermanos Macabeos, y tuviéramos que tomar en unos momentos la decisión de tener que elegir entre seguir fieles al Señor y morir por Él o negarlo para transitar junto a las bondades de la vida... ¿Qué decisión tomaríamos?

Debemos tener fe y confianza en el Padre para comprender esta realidad, la muerte no es el punto final que se pone a nuestra vida sino una puerta que se cierra y otra que se abre cargada de esperanza para entrar en un “algo diferente”.

Por lo dicho, es aconsejable perseverar en la oración para que el Señor nos libre de los peligros que nos acechan y nos ayude a seguir contribuyendo a que la palabra de Dios siga divulgándose.

 

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