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jueves, 29 de diciembre de 2022

MARÍA, EJEMPLO DE FE

 Colaboración de Paco Pérez

SIN FE NO PODEMOS CAMBIAR

La fe es fundamental para caminar con rectitud en nuestra vida pues a diario recibimos propuestas que nos exigen respuestas inmediatas, situaciones que nos generan inseguridad y dudas. Cuando se nos plantean, deberemos analizar y valorar los hechos en profundidad y no responder a la ligera… ¿Por qué?

Para evitar que lo desconocido nos lleve al error sigamos el ejemplo de María.

Ella acertó porque tenía fe y confianza total en Dios, los pastores también actuaron correctamente pero Eva no tuvo fe y sucumbió a la tentación, una decisión equivocada que también afectó a su esposo y a las personas de todos los tiempos.

María confiaba totalmente en Dios, no dudó y aceptó colaborar, aunque el riesgo de perder la vida era real. Ella supo discernir bien y optó por elegir el camino de la aceptación y así los planes de Dios se cumplieron. Los pastores se comportaron acertadamente yendo al lugar anunciado, encontraron al niño con sus padres, comprobaron que lo dicho era cierto y, de regreso, daban gracias a Dios por lo que habían visto y oído y comunicaban la noticia a las personas de su entorno.

El Mesías, anunciado con anterioridad por los profetas, vino para salvar a todas las personas pero quienes primero recibieron el anuncio de su venida fueron aquellos humildes pastores, profesión que no era valorada por la sociedad de su tiempo… ¡Así nos enseñó Dios su amor a los pobres! ¿Lo hemos aprendido?

A los ocho días, José y María respetaron la tradición judía y los mandatos de Dios: Lo circuncidaron, le pusieron el nombre de Jesús= Dios salva y lo presentaron en el Templo.

Ante la grave situación que vive el mundo, guerras y hambre, a causa del egoísmo crónico de los dirigentes y de la mayoría de la ciudadanía; la adormecida conciencia de la sociedad que no reacciona ante las injusticias hasta que éstas no les pisan a ellos; la nula capacidad de diálogo que hay en todos los ámbitos para encontrar soluciones; la poca preocupación que mostramos para responder a los problemas del prójimo… Las palabras de Pablo me recuerdan que las realidades de nuestros días nos tienen esclavizados dos mil años después que el Padre nos mandara a Jesús para liberarnos.

Por estas evidencias pido al Señor que el caos en que vivimos, con la participación de todos, acabe en 2023 y lo hago leyendo las palabras de Números 6, 24-26: [El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor se fije en ti y te conceda la paz.].

 

¡Salud y paz en 2023!

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