Colaboración de Paco Pérez
SIN FE NO PODEMOS CAMBIAR
La
fe es fundamental para caminar con rectitud en nuestra vida pues a
diario recibimos propuestas que nos exigen respuestas inmediatas, situaciones
que nos generan inseguridad y dudas. Cuando se nos plantean, deberemos analizar
y valorar los hechos en profundidad y no responder a la ligera… ¿Por qué?
Para
evitar que lo desconocido nos lleve al error sigamos el ejemplo de María.
Ella acertó porque tenía fe y confianza total en Dios, los pastores también actuaron correctamente pero Eva no tuvo fe y sucumbió a la tentación, una decisión equivocada que también afectó a su esposo y a las personas de todos los tiempos.
María confiaba totalmente
en Dios, no dudó y aceptó colaborar, aunque el riesgo de perder
la vida era real. Ella supo discernir bien y optó por elegir el camino de la
aceptación y así los planes de Dios se cumplieron. Los pastores
se comportaron acertadamente yendo al lugar anunciado, encontraron al niño con
sus padres, comprobaron que lo dicho era cierto y, de regreso, daban
gracias a Dios por lo que habían visto y oído y comunicaban la
noticia a las personas de su entorno.
El
Mesías, anunciado con anterioridad por los profetas, vino para salvar a
todas las personas pero quienes primero recibieron el anuncio de su venida
fueron aquellos humildes pastores, profesión que no era valorada por la
sociedad de su tiempo… ¡Así nos enseñó Dios su amor a los pobres! ¿Lo
hemos aprendido?
A
los ocho días, José y María respetaron la tradición judía
y los mandatos de Dios: Lo circuncidaron, le
pusieron el nombre de Jesús= Dios salva y lo presentaron en
el Templo.
Ante
la grave situación que vive el mundo, guerras y hambre, a
causa del egoísmo crónico de los dirigentes y de la mayoría de
la ciudadanía; la adormecida conciencia de la sociedad que no
reacciona ante las injusticias hasta que éstas no les pisan a ellos; la nula
capacidad de diálogo que hay en todos los ámbitos para encontrar
soluciones; la poca preocupación que mostramos para responder a los
problemas del prójimo… Las palabras de Pablo me recuerdan que las realidades
de nuestros días nos tienen esclavizados dos mil años después que el Padre
nos mandara a Jesús para liberarnos.
Por
estas evidencias pido al Señor que el caos en que vivimos, con la
participación de todos, acabe en 2023 y lo hago leyendo las palabras de Números
6, 24-26: [El Señor te bendiga y te proteja,
ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor se fije en ti y te
conceda la paz.].
¡Salud
y paz en 2023!
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