Colaboración de Paco Pérez
GUARDAR SUS MANDAMIENTOS
El hombre, en su relación
con Dios, debe valorar el concepto que tiene de Él y la práctica
de su religiosidad… ¿Por qué?
Como todo cambia con el
paso de los años pues el cristiano también necesita revisar su práctica para
adecuarla a los tiempos, lo hará analizando el antes y el después de
Jesús.
Antes de Él, las personas habían sido educadas partiendo de un planteamiento equivocado, “señor” y “siervo”. Esa visión de la realidad sólo proponía un camino válido, cumplir escrupulosamente la Ley y presentarse a Él cargados de méritos para recibir su perdón porque sólo se ofrecían dos opciones válidas: Dios, la perfección, o las personas y la naturaleza, la imperfección. Si las personas y la naturaleza son obra de Dios éstas no pueden ser imperfectas luego algo fallaba en la relación de la persona con Dios y ese algo pudo estar en el erróneo esquema religioso-tradicional que enseñaron. Jesús cambió esas relaciones con Dios al hablarles del Espíritu, del Hijo y del Padre. Anulada la práctica errónea “siervo-señor” el hombre y la creación fueron elevados a la categoría con que fueron creados.
Ahora debemos
olvidarnos de lo caduco y relacionarnos con Dios, como “Padre-hijo”, siguiendo al Jesús bondadoso y
misericordioso que fue detenido y crucificado por defender la verdad, la
justicia y ayudar a los más débiles o con ese otro que cada persona se inventa
para que la conciencia no le moleste.
¿Nuestras relaciones con Dios son de “Padre-hijo” o siguen ancladas en “siervo-señor”?
En Juan 14,15 se nos ayuda a caminar
bien: [Si me amáis, guardaréis mis
mandamientos.].
Dios entregó a Moisés, en el Sinaí, los mandamientos para que las personas se guiaran con ellos y Jesús, años después, nos enseñó de manera práctica “la remodelación de ese camino” … ¿Por qué?
Porque debemos mejorarlo compartiendo el sufrimiento ajeno, ayudando a las personas para que el hambre se mitigue o desaparezca, defendiendo siempre la
verdad, denunciando la injusticia, amando a los demás como a nosotros… Los “caminos
humanos” que se nos proponen tienen contenido religioso y
otra parte que es turismo, gastronomía o folklore. Si no pasamos estas
realidades por el tamiz, ayudados por el evangelio, y después reflexionamos
con la intención de comprender la verdad o la mentira que hay es posible que el
cristianismo vaya a peor o que Dios intervenga con su poder infinito para que
retornemos a verdadero CAMINO.
Un ejemplo de práctica
del nuevo concepto de relaciones con el Padre lo enseñaron Felipe y Esteban evangelizando y fueron
perseguidos. Felipe huyó de Jerusalén
tras la muerte de Esteban para evitar que el Sanedrín acabara con él. En Samaría
continuó predicando con fe y realizando acciones sanadoras, fue muy bien
recibido por la población, se convirtieron y le pedían el bautismo.
En Jerusalén
tuvieron noticias de su trabajo evangelizador, Pedro y Juan lo
visitaron, comprobaron los avances que había logrado y salvaron la unidad de la Iglesia que estaba en peligro por las diferencias surgidas entre
los “hebreos” y los “helenistas”, oraron por los fieles y éstos recibieron
el Espíritu Santo.
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