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domingo, 3 de diciembre de 2023

ADVIENTO I

 Colaboración de Paco Pérez

ESPERAR A JESÚS VIGILANTES

Jesús nos aconseja cómo debemos responder ante los retos que la vida nos propone a diario y lo hace presentando a un señor que se marchó de viaje. En este ejemplo nos enseña a confiar en los demás cuando nos tenemos que ausentar, un encargado lo sustituyó en las responsabilidades que él tenía como propietario. Éste transmitió a los trabajadores el encargo recibido, les pidió que fueran responsables y que no se confiaran pues el Señor no le comunicó qué día regresaría pero sí le dijo que al hacerlo valoraría el esfuerzo de cada uno. Así los animó a estar vigilantes en el trabajo y a no perder la esperanza de ser premiados.

A nosotros también se nos aconseja estar vigilantes y tener esperanza pero si nos limitamos a esperar que ÉL actúe y, mientras llega ese momento, no empujamos para que el mundo arregle sus rotos pues creo que será difícil cambiar lo que no funciona en el modelo actual.

¿Qué debemos hacer?

Informarnos de manera permanente sobre el funcionamiento de nuestro entorno social, político y religioso para conseguir que sus influencias en la familia, el pueblo y la patria las mejoren y no las empobrezcan o arruinen. Así podremos corregir a tiempo, en la medida de nuestras posibilidades, los deterioros que intenten hacernos.

¿Cómo?

Mostrándonos justos e inconformistas al desarrollar nuestra acción permanente de revisión sobre lo personal, lo ajeno y lo público para poder descubrir y denunciar lo irregular, de hacerlo así se podría modificar la actuación general, incluida la nuestra.

¿Por qué hago esta propuesta?

Porque me enseñan las lecturas que mirando al pasado se comprueba que el entorno social, con las variantes que nos regala el paso de los años, siempre estuvo afectado por las mismas problemáticas: Malos dirigentes –políticos y religiosos-, poco o nulo respeto de las normas que les dio el Señor, rechazo de sus advertencias, poca o nula ayuda a los pobres y marginados sociales…

Pablo nos recuerda que el Señor nos regaló unos dones para que pudiéramos seguir desarrollando la propuesta de Jesús y así, el día de su regreso, podremos presentar los deberes bien hechos.

 

 

 

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