domingo, 16 de diciembre de 2012

DOMINGO 3º
DE 
ADVIENTO

Colaboración de Paco Pérez

La semana pasada se nos presenta a un Juan "El Bautista" que rompe los moldes del costumbrismo religioso del lugar y así se coloca la primera piedra para que los "Hijos de Dios" procedan de manera correcta, ajustados a lo que el PADRE nos pide
Juan ROMPE con lo anterior porque comprende que ese no es el verdadero camino y, como el ejemplo de vida es la mejor enseñanza, quienes tuvieron la suerte de vivir cerca de él pudieron comprender con facilidad, a pesar de su escasa cultura, la ruta que él predicaba para llegar al PADRE:
1.- Reconocimiento de los errores que hemos cometido como humanos.
2.- Deseo de cambio.
3.- Abandono de las viejas costumbres. 
4.- Purificación interior hasta alcanzar la renovación del espíritu, como meta previa.
5.- Bautismo para el perdón de los pecados, como elemento impulsor de nuestro caminar futuro.
6.- Actuación humana, impulsada por lo anterior y según lo que Dios nos pide.
En este domingo se nos presenta la cosecha que recogió Juan después de sembrar y que está plasmada en LUCAS III,10-18:

[La gente preguntaba a Juan:
- Entonces, ¿Qué hacemos?
Él les contestó: El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo.
Vinieron también a bautizarse unos publicanos, y le preguntaron:
- Maestro, ¿Qué hacemos nosotros?
Él les contestó:
- No exijáis más de lo establecido.
Unos militares le preguntaron:
- Y nosotros, ¿Qué hacemos nosotros?
Él les contestó: No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie, sino contentaos con la paga. 
El pueblo estaba en expectación y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías. Él tomó la palabra y dijo a todos:
- Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
En su mano tiene el bieldo para limpiar su era y recoger el trigo en su granero; pero la paja la quemará con fuego que no se acaba.
Y, con otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo la Buena Nueva.]

Hace unos años no todo el mundo sabía leer y, si lo hacían, su comprensión lectora estaba en un nivel bajo. A pesar de ello considero que todos somos responsables de nuestra conversión, o no, a Dios y de nuestro actuar pero eludimos siempre nuestras responsabilidades personales y para ello nos justificamos echándole las culpas a otros. Con este proceder podemos engañar al vecino un cierto tiempo pero a Dios no.
Los hombres de aquel tiempo, a pesar de sus limitaciones culturales, comprendieron bien el mensaje de Juan y se bautizaban, lo hacían impulsados por un fuerte espíritu de cambio.
En nuestros tiempos ya hay un mejor nivel cultural, por él, podemos entender bien las mismas palabras que recibieron de Juan sus coetáneos y, consecuentemente, cambiar también nuestro comportamiento individual y ayudar a que el mundo enderece su rumbo.
El problema que afecta actualmente a la humanidad no es de comprensión de la VERDAD y lo es de falta de GENEROSIDAD porque nos hemos instalado, provisionalmente y como invitados, en la mansión placentera del matrimonio formado por doña AMBICIÓN y don EGOÍSMO.
Jesús, después, y Juan "El Bautista", antes, nos enseñaron que siempre hay que decir la verdad. Los humanos, cuando se encuentran con alguien que procede así, lo tildan de RADICAL.  
Recordando con cariño a mi padre, reconozco que él sembró en mí las semillas de la radicalidad. Cuando leo la Biblia y entro en contacto, de una manera más profunda, con   Juan "El Bautista" y con Jesús, me reafirmo en esa línea y reconozco que estoy enamorado del RADICALISMO en la religión y en la vida. Defiendo el radicalismo que está impregnado de la VERDAD y no el que está manchado con el SECTARISMO. Este es el fundamento de lo que digo. Os dejo, como despedida y soporte de mi afirmación, para vuestra reflexión este párrafo del evangelio de hoy: [En su mano tiene el bieldo para limpiar su era y recoger el trigo en su granero; pero la paja la quemará con fuego que no se acaba.]
Ahora el que sepa leer que lea e interprete; el que quiera mirar para otro lado que lo haga y el que crea en Dios que REFLEXIONE sin engañarse.
Juan fue el último profeta y la prueba de lo digo está en que en este texto ya se anticipó a lo que Jesús dio forma y consolidó después:
1.- Amarás a Dios sobre todas las cosas.
2.- Amarás al prójimo como a ti mismo.
¿Hago yo lo que Dios me pide
¿Lo hacen los mercados
¿Lo hacen los políticos

¡¡¡Feliz domingo!!!

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