Colaboración de Paco Pérez
AMA, PROTEGE, ALIMENTA,
GUÍA…
En
la antigüedad había rituales regulados por la tradición, el pastoreo lo tenía:
Mataban un cordero la noche anterior de irse con el rebaño en busca de buenos
pastos, se lo ofrecían al Señor por la buena fecundidad y salud de los animales,
lo comían y se marchaban.
Era un acto religioso para ellos porque los habían educado así pero tenía un parecido grande con el trapicheo del comercio: Ellos pagaban a Dios, con el sacrificio del animal, para recibir su protección ante los peligros y las enfermedades.