sábado, 3 de febrero de 2024

LA ENFERMEDAD

 Colaboración de Paco Pérez

JESÚS SANABA

La enfermedad no fue, ni es, dominada ni comprendida y tampoco fue, ni es, bien recibida cuando nos visita.

Tenemos el ejemplo de Job, un hombre paciente y justo, que fue puesto a prueba por el Señor con ella.

Al enfermar, sus amigos lo visitaban y le daban consejos para levantarle el ánimo pero él no se tranquilizaba y, al despedirse, les pedía que no le dieran más sermones moralistas porque lo que deseaba era morir para no sufrir. También increpaba a Dios pues creía que lo había castigado y abandonado.

Quienes se comportan como Job se alejan de la posición correcta, confiar en Dios y pedirle su ayuda.

Pasaron los años, las personas continuaron padeciendo las enfermedades, Jesús se compadecía de ellos y los CURABA.

Un día entró en la sinagoga y, después de leer y comentar los textos sagrados, se marchó a casa de Simón y Andrés. Al entrar encontró a la suegra de Simón encamada, estaba con fiebre, se acercó a ella y la curó, se levantó y los atendió.

Estas buenas acciones eran frecuentes en Él y los enemigos lo sabían valorar pero también le reprochaban que curara en SABADO porque lo prohibía la Ley de Moisés. Otro aspecto que los distanciaba de él era el trato contrario que daban a la enfermedad, ellos habían sido educados en una creencia equivocada sobre el origen de ella y por eso se alejaban de las personas afectadas. Tenemos como ejemplo el trato que daban a los leprosos, ellos los alejaban de las poblaciones y Jesús los abrazaba y atendía.

Estos hechos se difundieron por la ciudad, vinieron a Él enfermos de todas clases y los sanaba. Un día, muy temprano, se marchó solo a orar y los discípulos fueron a buscarlo para comunicarle que estaba la multitud allí y querían verlo pero Él les propuso irse a otras poblaciones para seguir evangelizando.

Jesús, con su ejemplo, mostró el camino a las personas de todos los tiempos pero nosotros le respondemos con cumplimientos que son diseñados por otras personas, ocurrió en su tiempo y ahora también, que nos hacen alejarnos de su verdad.

Pablo les comunicó el sentido que, para él, tenía predicar el Evangelio: Mostrar el mensaje de Jesús en un acto voluntario, con libertad y sin sueldo aunque la paga está en la satisfacción de ayudar a los débiles.

Jesús vivió esta experiencia ayudando a la suegra enferma… ¿Hemos tenido esta vivencia alguna vez?

Jesús, en este texto, también nos enseña a ORAR: Se levantaba muy temprano y se retiraba a un lugar solitario para hablar con el Padre… ¿Cuándo, dónde y cómo lo hacemos nosotros?

 


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