sábado, 5 de octubre de 2024

EL MATRIMONIO…

 Colaboración de Paco Pérez

LO QUE FUE Y LO QUE DEBE SER

El relato sobre los seres que poblaron la Tierra, todos necesarios e importantes, nos muestra al hombre como el más relevante pero, después de nombrarlos, se sintió sólo porque no encontró ninguno que pudiera ayudarle y Dios le dio a la mujer como compañera. Con esa decisión el matrimonio inició su andadura y se nos enseñó que los esposos eran iguales y vivirían unidos, amándose, ayudándose y respetándose. Pasaron los años y no se cumplió el plan de Dios al surgir diferencias entre ambos, el hombre tenía demasiados derechos y la mujer pocos y muchas obligaciones.

Más adelante, para solucionar las crisis matrimoniales que se presentaban, el pueblo le planteó a Moisés, una petición muy egoísta: Permitirles romper el vínculo contraído separándose de la esposa y él cedió.

Preguntado Jesús sobre el tema afirmó que la decisión de Moisés fue una equivocación porque las leyes de Dios no se pueden modificar y, quienes se casan de nuevo, cometen adulterio contra las personas de las que se separan.

Como los niños tampoco eran respetados por aquella sociedad, incluso por los apóstoles, Jesús les dijo que para entrar en el Reino de Dios debían tratar al prójimo con la inocencia, sencillez y humildad de ellos y abandonar el egoísmo que empuja a las personas a poseer cada vez más.

Las enseñanzas de Jesús y sus apóstoles hicieron que las personas acogieran su mensaje, dieran un cambio positivo a sus vidas y se formaran comunidades cristianas en diferentes lugares pero, cuando ocurrieron los acontecimientos que desembocaron en el doloroso final de Jesús sus miembros sufrieron y quedaron muy afectados.

Con la Carta, el autor intentó levantarles el ánimo mostrándoles la realidad de lo ocurrido para que no se confundieran prestando demasiada atención a lo tangible de los hechos, la muerte de Jesús, y evitarles que ofuscados no vieran lo más importante… ¡El gran sacrificio que hizo Él para regalarnos la salvación!

En nuestros días, por la ley del péndulo, la mujer ha pasado de una posición sin derechos a tenerlos todos y el hombre detenido. Ocurre pero no debería serlo hasta que no se investiguen los hechos pues todos los casos no son iguales y somos inocentes mientras no se demuestre lo contrario, por eso opino que ni aquello ni esto. Lo deseable es que sólo haya… ¡Igualdad, siempre igualdad, y mucho respeto! ¡Verdad en los argumentos y no mentiras inculpatorias de diseño!

¿Qué diría Jesús, hoy, de lo legislado en España? ¿La Iglesia interpreta las separaciones igual que Jesús o ha aflojado la cuerda?

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario