viernes, 27 de septiembre de 2024

JESÚS AMA Y UNE

 Colaboración de Paco Pérez

LAS CREENCIAS HUMANAS SEPARAN

Las influencias familiares, sociales y culturales determinan nuestro comportamiento en todos los momentos de la historia ante los hechos que se nos presentan.

Moisés se reunió con los ancianos y Dios, tomando una parte de su espíritu, lo repartió entre ellos. Quienes lo recibieron no respondieron igual, unos persistieron profetizando y otros no. Los que no asistieron sí interpretaron bien el regalo de Dios y los otros no.

Josué propuso prohibir su labor profética pero Moisés le confirmó que hacían lo correcto.

El judaísmo imponía cumplir unas normas que restringían la libertad de las personas pero Jesús racionalizó esos planteamientos aclarándoles que la pureza no estaba en el cuerpo sino en los sentimientos y cómo cuidamos a las personas. Les propuso que defendieran con libertad la verdad, que no cedieran ante las presiones que ejercen los poderes religiosos o políticos y les les enseñó el camino curándolos en sábado, mezclándose con las personas acusadas de impuras… También les aconsejó que actuaran con libertad y radicalismo para defender los planteamientos que buscan el bien de las personas y la paz.

A pesar de ello los apóstoles no veían el camino con claridad pues seguían anclados a la tradición, por eso le sorprendió a Juan que una persona desconocida curara en su nombre y Él le enseñó que quienes hacen cosas buenas en su nombre no están contra Él sino a favor.

Santiago denunció el mal comportamiento de algunos con los asalariados y coincide con esta realidad de nuestros días: La injusticia sigue permitiendo que los ricos cada vez son más ricos y los pobres cada vez más pobres… ¿Por qué?

Porque la corrupción está tan generalizada que muy pocos pueden tirar la primera piedra pues las tóxicas y camaleónicas prácticas administrativas sólo buscan la progresión ascendente de los ingresos mediante el control de las novedades legales que les permitan descubrir las rendijas de las leyes por las que colar las cosillas raras.

También nos recuerda que mientras unos no pueden cubrir las necesidades mínimas familiares otros viven en la abundancia.

Actuar así es no pensar que aquí estamos de paso, que un día no muy lejano tendremos que presentarnos a Dios con nuestros libros contables y que entonces, ante su Ley sin agujeros, nuestras mentiras no colarán.

 

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