Colaboración de Paco Pérez
Desde
siempre, y en nuestros días también, el hombre manifiesta su opinión crítica sobre los temas no tangibles de la vida, la existencia de Dios es el más manoseado, entonces comunica afirmaciones rotundas y
definitivas y lo hace con la osadía de elevarlas a la categoría de verdades irrefutables, las suyas.
Tomemos como ejemplo la afirmación de los ateos:
[Dios no existe y es imposible su
existencia.]
Otro
ejemplo que también puede valer es cuando un cristiano afirma en dirección contraria: [Dios sí existe.]
Entre
ambas posiciones extremas encontramos a otro grupo bien conocido, los agnósticos: [No niegan, de manera
explícita, la existencia de Dios y sí niegan el conocimiento de su existencia.]
Los
ateos y los agnósticos guardan las formas al cuestionar el hecho religioso y lo hacen de una manera sutil cuando engloban el
problema en la palabra deidades.
Yo,
cristiano-católico, opino que éstos sólo
se acuerdan de manifestar sus críticas cuando hay que cuestionar a mi Dios… ¿Por qué esa forma de proceder?
Porque
sus fundamentos espirituales generan
una práctica que, teniendo que
mejorar algunos aspectos, pone como centro de interés para su acción al prójimo
y le atiende en la medida que puede: educación, sanidad, comedores, misiones,
proyectos… Los críticos ateos tendrán también una preocupación
por el hombre pero sin un compromiso de
dedicación y sin espiritualidad
reconfortante, cuando se hagan mayores y se cansen de dar voces se acomodarán
en el sillón y ya a seguir cantando… ¡¡¡Por
aquí pasó Martín vendiendo batatas…!!!
Yo
no he fumado jamás pero me mezclaba con los fumadores en el bar, lo seguiría
haciendo si la ley actual fuera derogada y no daría voces para impedir que la quitaran,
en el supuesto de que lo intentaran los fumadores… ¿Por qué pienso así?
Porque
soy feliz sin fumar y no tengo que imponer mi opción libre a los demás o
cuestionar la suya. Lo correcto, en este caso, sería que yo dejara de ir al bar
pero no que intentara imponer mi opción a los fumadores. En este caso, además, mi
postura se vería favorecida por los argumentos tangenciales de que su consumo
es pernicioso para la salud y el bolsillo.
¿Por qué no proceden ustedes en el tema de
Dios con esta filosofía y permisividad que acabo de exponer?
Cuando
un grupo humano tiene como faro que le ilumina el camino a Dios y, además, cumple las enseñanzas que se derivan de la Biblia entonces sí se puede hablar de religión pero si tiene como guía un planteamiento filosófico de vida, unas hipótesis no demostradas o a las
supuestas revelaciones del líder del
grupo entonces, para mí, estaremos hablando de una secta… ¡¡¡Hay tantas
dedicadas a engañar y a explotar a las personas!!!
Por
culpa de éstas los cristianos-católicos
no tienen que ser metidos en el mismo saco y cuestionados, y Dios menos. Errores los cometen también los ateos y los agnósticos
en el desempeño de sus trabajos o ideales pero no son atacados nunca como
integrantes de un grupo y, tal vez, sí pueden serlo por sus actuaciones
individuales. En cambio, cuando se equivoca un clérigo, la noticia es tratada con agresividad por la prensa
mundial y da la vuelta al mundo, siendo su
acción deleznable como la de ellos, fruto también de una individualidad
pero ya no es igual el tratamiento que se le da… ¿Por qué esa discriminación hacia nosotros?
Centrados
en la existencia o no de Dios, cuando las personas hacen afirmaciones gratuitas y dicen que
no existe y que todo es fruto de un planteamiento meditado para adoctrinar a las personas desde la infancia
para cuadrarlas mentalmente en unos planteamientos falsos es porque sus
defensores son extremistas y llevan a
la parte contraria a tener que demostrarles
lo contrario de lo que ellos afirman, es el caso de los ateos.
¿Por qué tengo yo que demostrar la
existencia de Dios si ustedes no pueden demostrarme a mí que no existe?
Un luchador infatigable
contra Dios es Richard Dawkins, biólogo de Oxford.
Este
señor publicó un libro, “El espejismo de
Dios”, en el que critica a la religión, argumentando que la probabilidad del ateísmo es casi absoluta y, para sostener su planteamiento, se ampara en la objetividad y en la evidencia científica.
Para
él, la posibilidad de que Dios exista
tiene muy pocas probabilidades de ser cierta. Dawkins, con esta afirmación se convierte así en tribunal y juez, sentenciando a
favor del ateísmo sin haber escuchado
a Dios y haberle dado la posibilidad de defenderse.
Pues
bien, he viajado al mundo científico y he encontrado algunos argumentos
interesantes que proponen planteamientos y opiniones que nos muestran algunos argumentos
encontrados en otra dirección y que son muy sólidos, yo diría que mucho más que
los de este biólogo inglés. Los que les voy a mostrar son testigos acreditados
para defender con solvencia la grandiosidad de nuestro CREADOR, le guste o no a Dawkins,
en el juicio que él le hizo con su libro.
Yo,
como cristiano, voy a arrimar el
ascua a mi sardina pero lo haré desde la objetividad y para ello presentaré
unas opiniones muy acreditadas:
1.- Francisco
Ayala
es uno de los científicos españoles con mayor prestigio internacional.
Actualmente es profesor del Departamento
de Ecología y Biología Evolutiva en la Universidad
de Irvine (EEUU), miembro de la Academia
Nacional de las Ciencias de Norteamérica y también ha recibido la Medalla Nacional de las Ciencias de Estados Unidos. Es autor de varios
libros.
En Darwin y el diseño inteligente nos
regala con nitidez un mensaje: [No hay contradicción
necesaria entre la ciencia y las creencias religiosas.]
Hay
creyentes que ven a la ciencia con recelo porque piensan
que, es materialista y, por lo
tanto, se convierte en un instrumento, muy prestigioso al servicio del ateísmo. Él opina que quienes ven así
la ciencia se equivocan, puesto que su materialismo metodológico no significa,
ni mucho menos, que la ciencia haya
demostrado que todo lo que existe sea material y que, por tanto, no existan realidades espirituales como
Dios o el alma humana. Una negación
de este tipo no es fruto de ninguna
ciencia, sino una proposición filosófica.
Por
otra parte están los que ven con malos
ojos a la religión por considerar que ésta supone un freno para el
desarrollo de la ciencia. Pero también ellos
se equivocan al valorar así a la religión. El cristianismo, como tal, no sólo no se ha opuesto a la ciencia,
sino que durante siglos la ha fomentado:
George Mendel, padre de la genética, era un monje cristiano y Georges Lemaître, primer científico en proponer el modelo cosmológico actualmente imperante
y conocido, posteriormente, como teoría
del big bang, era un sacerdote
católico.
A
lo largo de la historia ha habido muchos religiosos que han cultivado la
ciencia, del mismo modo que también ha habido muchos científicos de renombre
que han profesado una fe sincera sin problema alguno de compatibilidad entre
sus creencias religiosas y sus investigaciones científicas.
Ayala aborda
también el creacionismo. Según él,
cuando los creacionistas y los
partidarios del diseño inteligente
insisten en que la teoría de la
evolución solamente es una teoría y no el reflejo conceptual de un hecho,
pues nadie ha podido observar la evolución directamente, lo hacen a partir de “una concepción errónea acerca de la
naturaleza de la ciencia y cómo se prueban y validan las teorías científicas”.
¿Cómo compatibilizar que la ciencia es una forma de conocimiento
basada en la observación y la experimentación con el hecho de que nadie ha
observado, y mucho menos experimentado, la evolución?
La
postura de Ayala es muy clara, afirma
que algunas conclusiones de esta teoría están
bien establecidas, muchos asuntos
son menos ciertos, otros poco más
que conjeturas, y otros siguen
siendo en gran parte desconocidos. La
incertidumbre sobre estas cuestiones no arroja dudas acerca del hecho de la
evolución, del mismo modo que el hecho de no conocer todos los detalles acerca
del universo no nos hace dudar de la existencia de las galaxias.
Pero
incluso suponiendo que la teoría de la
evolución no describiera, más o menos acertadamente, un hecho esto no
significaría que la propuesta del creacionismo o del diseño inteligente fuera correcta.
Hay que tener en cuenta aquí lo que Ayala
llama la falacia de las
explicaciones alternativas. En efecto, si una hipótesis no es correcta eso no hace que su antagónica se convierta en cierta automáticamente. A cada
hipótesis le corresponde buscar, independientemente de las otras, sus pruebas a
favor.
¿Las
ha presentado Richard Dawkins o las
presentó en el pasado Bertrand
Arthur William Russell con “La tetera de Russell”?
2.-
LOUIS PASTEUR (1822 – 1895)
Fue
uno de los tres fundadores de la microbiología. Produjo la primera vacuna
contra la rabia y el proceso llamado pasteurizar. Fue un católico practicante y
nos dejó este legado: [Cuanto más conozco,
más se asemeja mi fe a la de un campesino bretón.] Pasteur murió con el rosario en la
mano, después de escuchar la vida de San
Vicente de Paul, la cual había pedido que le leyeran, porque pensó que su
trabajo, como el de San Vicente,
ayudaría mucho a salvar a los niños que sufren.
3.- ALBERT
EINSTEIN (1879 – 1955)
Fue
premio Nobel de Física en 1921.
Nos
regaló algunas frases interesantes sobre su pensamiento religioso:
a) La ciencia sin religión es
renga, la religión sin ciencia es ciega.
b) Apenas si calco las líneas que fluyen
de Dios.
c) Es posible que todo pueda ser
descrito científicamente, pero no tendría sentido, es como si describieran a
una sinfonía de Beethoven como una variación en las presiones de onda… ¿Cómo
describirían la sensación de un beso o el te quiero de un niño?
d) Ante Dios somos todos
igualmente sabios, igualmente tontos.
e)
Lo más hermoso que podemos experimentar es lo misterioso. Es la
fuente de todo arte verdadero y la ciencia.
f)
Es más fácil
destruir un átomo que un prejuicio.
4.-
El Dr. FRANCIS COLLINS hizo
estas afirmaciones en su libro más reciente: "El Lenguaje de Dios".
Soy
científico y creyente. No encuentro conflicto entre estas dos visiones del
mundo.
Como
director del Proyecto Genoma Humano
(Human Genome Project), he dirigido un consorcio de científicos en la lectura
de 3.1 billones de cartas del genoma humano, nuestro libro de instrucciones del
ADN. Como creyente, yo veo el ADN, la molécula de información de todas las
cosas vivas, como el lenguaje de Dios y la elegancia y complejidad de nuestros
propios cuerpos y del resto de la naturaleza, como una reflexión sobre el plan de Dios.
Yo, no siempre
acogí estas perspectivas. Como estudiante graduado de química física en la
década de los 70, yo era un ateo, no
encontrando razón para postular la existencia de ninguna verdad fuera de las
matemáticas, la física y la química. Pero entonces fui a la escuela de medicina y junto al
lecho de mis pacientes encontraba casos de vida o muerte. En una ocasión,
retado por uno de esos pacientes que me preguntó:
-
¿Qué cree usted doctor?
Entonces
comencé a buscar respuestas y tuve que admitir que la ciencia que yo tanto
amaba era incapaz de contestar preguntas tales como:
-
¿Cuál es el sentido de la vida? o ¿Por qué estoy aquí? o ¿Por qué funciona la matemática?
De
ahí pasé a:
-
Si el universo tuvo un comienzo… ¿Quién lo creó?, ¿Por qué las constantes físicas en el universo están tan finamente
ajustadas para permitir la posibilidad de formas de vida complejas?, ¿Por qué los humanos tienen sentido moral?,
¿Qué ocurre cuando morimos?
Siempre
había asumido que la fe estaba basada en argumentos puramente emocionales
e irracionales y quedé asombrado
al descubrir, al principio en los escritos del profesor de Oxford C.S. Lewis y
después en otras fuentes, que uno podía edificar un caso muy sólido a favor de la posibilidad de la existencia de Dios en fundamentos puramente racionales. Mi
anterior afirmación atea, “Yo sé que no existe Dios”, surgió como
la menos defendible. Como dice el escritor inglés G.K. Chesterton en su famosa frase: [El ateísmo es el más atrevido de los dogmas, porque es la afirmación de
un negativo universal.].
Pero
la sola razón no puede probar la existencia de Dios. La fe es razón y revelación. El componente revelación requiere que uno piense con
el espíritu y también con la mente. Tienes que escuchar música, no solo leer
notas en un papel. Al final hace falta un salto de fe.
Para
mi ese salto ocurrió cuando tenía 27 años. Después de una búsqueda para
aprender más sobre el carácter de Dios
me llevó a la persona de Jesucristo.
He aquí una persona sobre cuya vida existe evidencia
histórica extraordinaria, que hizo declaraciones asombrosas sobre el amor al prójimo y cuyas afirmaciones
de ser hijo de Dios parecían exigir una decisión sobre si estaba loco o era la verdad. Después
de resistir por casi dos años, encontré que me era imposible vivir en tal
estado de incertidumbre y me hice seguidor de Jesús.
Así
que algunos me han preguntado:
-
¿No explota tu mente? ¿Puedes buscar
entendimiento sobre cómo funciona la vida utilizando las herramientas de
genética y biología molecular y también dar culto a Dios creador? ¿No son la
evolución y la fe en Dios creador incompatibles? ¿Puede un científico creer en milagros como la resurrección?
En
realidad no encuentro conflicto en esto y aparentemente tampoco lo encuentran
el 40% de los científicos que trabajan y declaran ser creyentes.
Sí, la evolución por
descendencia de un ancestro común es claramente cierta. Si quedaba
alguna duda sobre la evidencia de los fósiles, el estudio del ADN provee la
prueba más fuerte posible de nuestra relación a todos los otros seres vivientes
pero… ¿Por qué no puede este ser el plan de Dios para la creación cierto, esto
es incompatible con la interpretación ultra-literal del Génesis? Mucho antes de
Darwin habían muchos intérpretes pensadores, como San Agustín, que encontraban
imposible estar exactamente seguros sobre el significado de esa asombrosa
historia de la creación. De modo que atarse a una interpretación literal frente
a la convincente evidencia científica que indica la vejez de la Tierra y la
relación entre los seres vivos por medio de la evolución no perece ser sabio ni
necesario para el creyente.
Yo he encontrado que hay
una maravillosa armonía en las verdades complementarias de la ciencia y la fe.
El Dios de la Biblia es también el Dios del genoma. A Dios se le puede
encontrar en la catedral o en el laboratorio. Investigando la majestuosa y
asombrosa creación de Dios, la ciencia puede en efecto ser un medio para adorar
a Dios.
5.- Como
despedida les propongo una prueba de la existencia de Dios, sé que es subjetiva y no científica, lean este texto, está tomado de Jeremías I, 5-10:
Antes que te
formaras en el vientre te conocí, antes de que tú salieses del seno materno te
consagré y te designé para profeta de pueblos. Y dije:
- ¡Ah Señor, Yavé!
He aquí que no sé
hablar, pues soy un niño.
Y me dijo Yavé:
- No digas: Soy un
niño, pues irás a donde te envíe yo y dirás lo que yo te mande. No tengas temor
ante ellos, que yo estaré contigo para salvarte, dice Yavé.
Tendió Yavé su mano,
y, tocando mi boca, me dijo:
- He aquí que pongo
en tu boca mis palabras. Mira que te constituyo hoy sobre naciones y reinos
para arrancar y destruir, para arruinar y asolar, para edificar y plantar.
CONTEXTUALIZACIÓN
HISTÓRICA de esa cita bíblica:
Jeremías tuvo que
anunciar al pueblo y a los reyes de Israel
y Judá que serían destruidas sus
ciudades, incluida Jerusalén, y unos de sus habitantes serían matados y los otros
deportados.
Los
hechos anunciados se cumplieron y sucedieron con Nabucodonosor. Éste los asedió, los derrotó, mató a muchos de
ellos, esclavizó a otros y los deportó a Babilonia
por un periodo de setenta años.
¿Es un hecho histórico o una invención mía?
La
lectura reflexiva de la Biblia me
llevó dos años y medio pero mereció la pena porque me ha ayudado a conocer a Dios un poco mejor. Cuando vuelvo a
ella me deja un sabor más dulce.
Con
el Antiguo Testamento pude tener una
visión amplia de la actuación de Dios
a lo largo de los siglos, una oportunidad única para los humanos, pues
raramente llegamos a los cien años de vida. Ahí es donde podemos ver como la
actuación de Dios se realiza sin
prisa y sin pausa y como se cumplen siempre sus promesas, ajustadas al diseño
que hizo para el hombre.
En
el Nuevo Testamento encontré el
ejemplo de vida que Jesús nos muestra
y lo hace conviviendo a diario con las gentes sencillas.
Desde
entonces lucho por modificar mi conducta, tarea nada fácil, para intentar
responderle cada día más y en la línea que nos marcó con su ejemplo.
¡¡¡Que cada cual haga
lo que buenamente pueda y a esperar el día en el que tengamos que palmarla, entonces
comprobaremos si hay Dios o no!!!
Yo
digo que sí y aconsejo que debemos estar prevenidos porque no sabemos ni el día
ni la hora en que vendrá a pedirnos cuentas como lo hizo con el pueblo de
Israel, compremos a tiempo el aceite para las lámparas pues pudiera venir de
pronto, entonces nos pillaría con ellas apagadas porque se nos acabó el aceite,
por ello pasaría de largo, no nos vería y no podríamos acompañarle en el viaje.
Señor
ateo, menudo chasco se llevaría si
estuviera usted equivocado después de hacer tantos esfuerzos para convencer a las
personas de que no encontrarán allí arriba a nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario