domingo, 12 de enero de 2014

¿EXISTE DIOS?

Colaboración de Paco Pérez
Desde siempre, y en nuestros días también, el hombre manifiesta su opinión crítica sobre los temas no tangibles de la vida, la existencia de Dios es el más manoseado, entonces comunica afirmaciones rotundas y definitivas y lo hace con la osadía de elevarlas a la categoría de verdades irrefutables, las suyas. Tomemos como ejemplo la afirmación de los ateos: [Dios no existe y es imposible su existencia.]
Otro ejemplo que también puede valer es cuando un cristiano afirma en dirección contraria: [Dios sí existe.]

Entre ambas posiciones extremas encontramos a otro grupo bien conocido, los agnósticos: [No niegan, de manera explícita, la existencia de Dios y sí niegan el conocimiento de su existencia.]
Los ateos y los agnósticos guardan las formas al cuestionar el hecho religioso y lo hacen de una manera sutil cuando engloban el problema en la palabra deidades.
Yo, cristiano-católico, opino que éstos sólo se acuerdan de manifestar sus críticas cuando hay que cuestionar a mi Dios… ¿Por qué esa forma de proceder?
Porque sus fundamentos espirituales generan una práctica que, teniendo que mejorar algunos aspectos, pone como centro de interés para su acción al prójimo y le atiende en la medida que puede: educación, sanidad, comedores, misiones, proyectos… Los críticos ateos tendrán también una preocupación por el hombre pero sin un compromiso de dedicación y sin espiritualidad reconfortante, cuando se hagan mayores y se cansen de dar voces se acomodarán en el sillón y ya a seguir cantando… ¡¡¡Por aquí pasó Martín vendiendo batatas…!!! 
Yo no he fumado jamás pero me mezclaba con los fumadores en el bar, lo seguiría haciendo si la ley actual fuera derogada y no daría voces para impedir que la quitaran, en el supuesto de que lo intentaran los fumadores… ¿Por qué pienso así?
Porque soy feliz sin fumar y no tengo que imponer mi opción libre a los demás o cuestionar la suya. Lo correcto, en este caso, sería que yo dejara de ir al bar pero no que intentara imponer mi opción a los fumadores. En este caso, además, mi postura se vería favorecida por los argumentos tangenciales de que su consumo es pernicioso para la salud y el bolsillo.
¿Por qué no proceden ustedes en el tema de Dios con esta filosofía y permisividad que acabo de exponer?
Cuando un grupo humano tiene como faro que le ilumina el camino a Dios y, además, cumple las enseñanzas que se derivan de la Biblia entonces sí se puede hablar de religión pero si tiene como guía un planteamiento filosófico de vida, unas hipótesis no demostradas o a las supuestas revelaciones del líder del grupo entonces, para mí, estaremos hablando de una secta… ¡¡¡Hay tantas dedicadas a engañar y a explotar a las personas!!!
Por culpa de éstas los cristianos-católicos no tienen que ser metidos en el mismo saco y cuestionados, y Dios menos. Errores los cometen también los ateos y los agnósticos en el desempeño de sus trabajos o ideales pero no son atacados nunca como integrantes de un grupo y, tal vez, sí pueden serlo por sus actuaciones individuales. En cambio, cuando se equivoca un clérigo, la noticia es tratada con agresividad por la prensa mundial y da la vuelta al mundo, siendo su acción deleznable como la de ellos, fruto también de una individualidad pero ya no es igual el tratamiento que se le da… ¿Por qué esa discriminación hacia nosotros?
Centrados en la existencia o no de Dios, cuando las personas hacen afirmaciones gratuitas y dicen que no existe y que todo es fruto de un planteamiento meditado para adoctrinar a las personas desde la infancia para cuadrarlas mentalmente en unos planteamientos falsos es porque sus defensores son extremistas y llevan a la parte contraria a tener que demostrarles lo contrario de lo que ellos afirman, es el caso de los ateos.
¿Por qué tengo yo que demostrar la existencia de Dios si ustedes no pueden demostrarme a mí que no existe?
Un luchador infatigable contra Dios es Richard Dawkins, biólogo de Oxford.
Este señor publicó un libro, “El espejismo de Dios”, en el que critica a la religión, argumentando que la probabilidad del ateísmo es casi absoluta y, para sostener su planteamiento, se ampara en la objetividad y en la evidencia científica.
Para él, la posibilidad de que Dios exista tiene muy pocas probabilidades de ser cierta. Dawkins, con esta afirmación se convierte así en tribunal y juez, sentenciando a favor del ateísmo sin haber escuchado a Dios y haberle dado la posibilidad de defenderse.
Pues bien, he viajado al mundo científico y he encontrado algunos argumentos interesantes que proponen planteamientos y opiniones que nos muestran algunos argumentos encontrados en otra dirección y que son muy sólidos, yo diría que mucho más que los de este biólogo inglés. Los que les voy a mostrar son testigos acreditados para defender con solvencia la grandiosidad de nuestro CREADOR, le guste o no a Dawkins, en el juicio que él le hizo con su libro.
Yo, como cristiano, voy a arrimar el ascua a mi sardina pero lo haré desde la objetividad y para ello presentaré unas opiniones muy acreditadas:
1.- Francisco Ayala es uno de los científicos españoles con mayor prestigio internacional. Actualmente es profesor del Departamento de Ecología y Biología Evolutiva en la Universidad de Irvine (EEUU), miembro de la Academia Nacional de las Ciencias de Norteamérica y también ha recibido la Medalla Nacional de las Ciencias de Estados Unidos. Es autor de varios libros.
En Darwin y el diseño inteligente nos regala con nitidez un mensaje: [No hay contradicción necesaria entre la ciencia y las creencias religiosas.]
Hay creyentes que ven a la ciencia con recelo porque piensan que, es materialista y, por lo tanto, se convierte en un instrumento, muy prestigioso al servicio del ateísmo. Él opina que quienes ven así la ciencia se equivocan, puesto que su materialismo metodológico no significa, ni mucho menos, que la ciencia haya demostrado que todo lo que existe sea material y que, por tanto, no existan realidades espirituales como Dios o el alma humana. Una negación de este tipo no es fruto de ninguna ciencia, sino una proposición filosófica.
Por otra parte están los que ven con malos ojos a la religión por considerar que ésta supone un freno para el desarrollo de la ciencia. Pero también ellos se equivocan al valorar así a la religión. El cristianismo, como tal, no sólo no se ha opuesto a la ciencia, sino que durante siglos la ha fomentado: George Mendel, padre de la genética, era un monje cristiano y Georges Lemaître, primer científico en proponer el modelo cosmológico actualmente imperante y conocido, posteriormente, como teoría del big bang, era un sacerdote católico.
A lo largo de la historia ha habido muchos religiosos que han cultivado la ciencia, del mismo modo que también ha habido muchos científicos de renombre que han profesado una fe sincera sin problema alguno de compatibilidad entre sus creencias religiosas y sus investigaciones científicas.
Ayala aborda también el creacionismo. Según él, cuando los creacionistas y los partidarios del diseño inteligente insisten en que la teoría de la evolución solamente es una teoría y no el reflejo conceptual de un hecho, pues nadie ha podido observar la evolución directamente, lo hacen a partir de “una concepción errónea acerca de la naturaleza de la ciencia y cómo se prueban y validan las teorías científicas”.
¿Cómo compatibilizar que la ciencia es una forma de conocimiento basada en la observación y la experimentación con el hecho de que nadie ha observado, y mucho menos experimentado, la evolución?
La postura de Ayala es muy clara, afirma que algunas conclusiones de esta teoría están bien establecidas, muchos asuntos son menos ciertos, otros poco más que conjeturas, y otros siguen siendo en gran parte desconocidos. La incertidumbre sobre estas cuestiones no arroja dudas acerca del hecho de la evolución, del mismo modo que el hecho de no conocer todos los detalles acerca del universo no nos hace dudar de la existencia de las galaxias.
Pero incluso suponiendo que la teoría de la evolución no describiera, más o menos acertadamente, un hecho esto no significaría que la propuesta del creacionismo o del diseño inteligente fuera correcta. Hay que tener en cuenta aquí lo que Ayala llama la falacia de las explicaciones alternativas. En efecto, si una hipótesis no es correcta eso no hace que su antagónica se convierta en cierta automáticamente. A cada hipótesis le corresponde buscar, independientemente de las otras, sus pruebas a favor.
¿Las ha presentado Richard Dawkins o las presentó en el pasado Bertrand Arthur William Russell con “La tetera de Russell”?
2.- LOUIS PASTEUR (1822 – 1895)
Fue uno de los tres fundadores de la microbiología. Produjo la primera vacuna contra la rabia y el proceso llamado pasteurizar. Fue un católico practicante y nos dejó este legado: [Cuanto más conozco, más se asemeja mi fe a la de un campesino bretón.] Pasteur murió con el rosario en la mano, después de escuchar la vida de San Vicente de Paul, la cual había pedido que le leyeran, porque pensó que su trabajo, como el de San Vicente, ayudaría mucho a salvar a los niños que sufren. 
3.- ALBERT EINSTEIN (1879 – 1955)
Fue premio Nobel de Física en 1921.
Nos regaló algunas frases interesantes sobre su pensamiento religioso:
a) La ciencia sin religión es renga, la religión sin ciencia es ciega
b) Apenas si calco las líneas que fluyen de Dios.
c) Es posible que todo pueda ser descrito científicamente, pero no tendría sentido, es como si describieran a una sinfonía de Beethoven como una variación en las presiones de onda… ¿Cómo describirían la sensación de un beso o el te quiero de un niño?
d) Ante Dios somos todos igualmente sabios, igualmente tontos.  

e) Lo más hermoso que podemos experimentar es lo misterioso. Es la fuente de todo arte verdadero y la ciencia.
f) Es más fácil destruir un átomo que un prejuicio.
4.- El Dr. FRANCIS COLLINS hizo estas afirmaciones en su libro más reciente: "El Lenguaje de Dios".
Soy científico y creyente. No encuentro conflicto entre estas dos visiones del mundo.
Como director del Proyecto Genoma Humano (Human Genome Project), he dirigido un consorcio de científicos en la lectura de 3.1 billones de cartas del genoma humano, nuestro libro de instrucciones del ADN. Como creyente, yo veo el ADN, la molécula de información de todas las cosas vivas, como el lenguaje de Dios y la elegancia y complejidad de nuestros propios cuerpos y del resto de la naturaleza, como una reflexión sobre el plan de Dios.
Yo, no siempre acogí estas perspectivas. Como estudiante graduado de química física en la década de los 70, yo era un ateo, no encontrando razón para postular la existencia de ninguna verdad fuera de las matemáticas, la física y la química. Pero entonces fui a la escuela de medicina y junto al lecho de mis pacientes encontraba casos de vida o muerte. En una ocasión, retado por uno de esos pacientes que me preguntó:
- ¿Qué cree usted doctor?
Entonces comencé a buscar respuestas y tuve que admitir que la ciencia que yo tanto amaba era incapaz de contestar preguntas tales como:
- ¿Cuál es el sentido de la vida? o ¿Por qué estoy aquí? o ¿Por qué funciona la matemática?
De ahí pasé a:
- Si el universo tuvo un comienzo… ¿Quién lo creó?, ¿Por qué las constantes físicas en el universo están tan finamente ajustadas para permitir la posibilidad de formas de vida complejas?, ¿Por qué los humanos tienen sentido moral?, ¿Qué ocurre cuando morimos?
Siempre había asumido que la fe estaba basada en argumentos puramente emocionales e irracionales y quedé asombrado al descubrir, al principio en los escritos del profesor de Oxford C.S. Lewis y después en otras fuentes, que uno podía edificar un caso muy sólido a favor de la posibilidad de la existencia de Dios en fundamentos puramente racionales. Mi anterior afirmación atea, “Yo sé que no existe Dios”, surgió como la menos defendible. Como dice el escritor inglés G.K. Chesterton en su famosa frase: [El ateísmo es el más atrevido de los dogmas, porque es la afirmación de un negativo universal.].
Pero la sola razón no puede probar la existencia de Dios. La fe es razón y revelación. El componente revelación requiere que uno piense con el espíritu y también con la mente. Tienes que escuchar música, no solo leer notas en un papel. Al final hace falta un salto de fe.
Para mi ese salto ocurrió cuando tenía 27 años. Después de una búsqueda para aprender más sobre el carácter de Dios me llevó a la persona de Jesucristo. He aquí una persona sobre cuya vida existe evidencia histórica extraordinaria, que hizo declaraciones asombrosas sobre el amor al prójimo y cuyas afirmaciones de ser hijo de Dios parecían exigir una decisión sobre si estaba loco o era la verdad. Después de resistir por casi dos años, encontré que me era imposible vivir en tal estado de incertidumbre y me hice seguidor de Jesús.
Así que algunos me han preguntado:
- ¿No explota tu mente? ¿Puedes buscar entendimiento sobre cómo funciona la vida utilizando las herramientas de genética y biología molecular y también dar culto a Dios creador? ¿No son la evolución y la fe en Dios creador incompatibles? ¿Puede un científico creer en milagros como la resurrección
En realidad no encuentro conflicto en esto y aparentemente tampoco lo encuentran el 40% de los científicos que trabajan y declaran ser creyentes.
Sí, la evolución por descendencia de un ancestro común es claramente cierta. Si quedaba alguna duda sobre la evidencia de los fósiles, el estudio del ADN provee la prueba más fuerte posible de nuestra relación a todos los otros seres vivientes pero… ¿Por qué no puede este ser el plan de Dios para la creación cierto, esto es incompatible con la interpretación ultra-literal del Génesis? Mucho antes de Darwin habían muchos intérpretes pensadores, como San Agustín, que encontraban imposible estar exactamente seguros sobre el significado de esa asombrosa historia de la creación. De modo que atarse a una interpretación literal frente a la convincente evidencia científica que indica la vejez de la Tierra y la relación entre los seres vivos por medio de la evolución no perece ser sabio ni necesario para el creyente.
Yo he encontrado que hay una maravillosa armonía en las verdades complementarias de la ciencia y la fe. El Dios de la Biblia es también el Dios del genoma. A Dios se le puede encontrar en la catedral o en el laboratorio. Investigando la majestuosa y asombrosa creación de Dios, la ciencia puede en efecto ser un medio para adorar a Dios.
5.- Como despedida les propongo una prueba de la existencia de Dios, sé que es subjetiva y no científica,  lean este texto, está tomado de Jeremías I, 5-10:
Antes que te formaras en el vientre te conocí, antes de que tú salieses del seno materno te consagré y te designé para profeta de pueblos. Y dije:
- ¡Ah Señor, Yavé!
He aquí que no sé hablar, pues soy un niño.
Y me dijo Yavé:
- No digas: Soy un niño, pues irás a donde te envíe yo y dirás lo que yo te mande. No tengas temor ante ellos, que yo estaré contigo para salvarte, dice Yavé.
Tendió Yavé su mano, y, tocando mi boca, me dijo:
- He aquí que pongo en tu boca mis palabras. Mira que te constituyo hoy sobre naciones y reinos para arrancar y destruir, para arruinar y asolar, para edificar y plantar.
CONTEXTUALIZACIÓN HISTÓRICA de esa cita bíblica:
Jeremías tuvo que anunciar al pueblo y a los reyes de Israel y Judá que serían destruidas sus ciudades, incluida Jerusalén, y unos de sus habitantes serían matados y los otros deportados.
Los hechos anunciados se cumplieron y sucedieron con Nabucodonosor. Éste los asedió, los derrotó, mató a muchos de ellos, esclavizó a otros y los deportó a Babilonia por un periodo de setenta años.
¿Es un hecho histórico o una invención mía?
La lectura reflexiva de la Biblia me llevó dos años y medio pero mereció la pena porque me ha ayudado a conocer a Dios un poco mejor. Cuando vuelvo a ella me deja un sabor más dulce.
Con el Antiguo Testamento pude tener una visión amplia de la actuación de Dios a lo largo de los siglos, una oportunidad única para los humanos, pues raramente llegamos a los cien años de vida. Ahí es donde podemos ver como la actuación de Dios se realiza sin prisa y sin pausa y como se cumplen siempre sus promesas, ajustadas al diseño que hizo para el hombre.
En el Nuevo Testamento encontré el ejemplo de vida que Jesús nos muestra y lo hace conviviendo a diario con las gentes sencillas.
Desde entonces lucho por modificar mi conducta, tarea nada fácil, para intentar responderle cada día más y en la línea que nos marcó con su ejemplo.
¡¡¡Que cada cual haga lo que buenamente pueda y a esperar el día en el que tengamos que palmarla, entonces comprobaremos si hay Dios o no!!!
Yo digo que sí y aconsejo que debemos estar prevenidos porque no sabemos ni el día ni la hora en que vendrá a pedirnos cuentas como lo hizo con el pueblo de Israel, compremos a tiempo el aceite para las lámparas pues pudiera venir de pronto, entonces nos pillaría con ellas apagadas porque se nos acabó el aceite, por ello pasaría de largo, no nos vería y no podríamos acompañarle en el viaje.
Señor ateo, menudo chasco se llevaría si estuviera usted equivocado después de hacer tantos esfuerzos para convencer a las personas de que no encontrarán allí arriba a nadie.


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