Colaboración de José Martínez Ramírez
Como
no te voy a querer
si,
aunque sin conocerte,
ya
me gustaría retener
el
poder de adormecerte.
Y
poder abrazarte y tener
el
miedo, como la voz, fuerte.
Dormidos
se desdibujan, al nacer,
los
sonidos que convierten
el
lado oscuro del ujier.
Si
abre las puertas que acierten,
a
explicar el silencio cada atardecer.
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