Capítulo II
Colaboración de Paco Pérez
La
sociedad cree que vive en libertad y que toma las decisiones por sí misma pero
creo que está algo confundida por no decirle de pronto que bastante, de hacerlo
así resultaría demasiado atrevido por mi parte.
Cuando
decidimos comprar algo nos guiamos por la publicidad que recibimos por diversos
conductos o por lo que hablamos con los conocidos y, cuando ya hemos pagado el
producto, salimos por la puerta del establecimiento convencidos de que hemos gestionado
muy bien nuestra compra. Un tiempo después meditamos sobre lo que hicimos y
entonces comprendemos que la realidad es bien distinta porque al hacerlo ya
estábamos alienados, es decir, porque
lo que habíamos escuchado de los demás fueron bondades del producto y la
realidad era que, en aquel momento, esa información decidió por nosotros.
Cuando procedemos así es porque hemos entrado en un proceso irreversible de
alienación en el cual a la persona o la colectividad se le han modificado sus
capacidades de decisión, hasta el punto de hacerlas
actuar de manera contradictoria con lo que debía esperarse de ellas por su
condición de seres racionales.
Cuando
la sociedad responde así, si analizamos los hechos desde el punto de vista de
la psicología, podemos decir que ha entrado en un estado mental que se
caracteriza por una pérdida del
sentimiento de la propia identidad al
haberlo sustituido por el que nos
han colocado otros desde el exterior con unas técnicas de persuasión muy
estudiadas.
Marx desarrolló lo
que es la alienación partiendo del hombre total y para ello consideró que
había que comenzar la comprensión del
proceso alienador desde la
relación que se origina entre el empleador
(capitalismo) y el empleado (trabajador).
Según
él, el capitalismo compra con dinero el trabajo de los obreros y éstos cambian la fuerza de su trabajo, su mercancía,
por la mercancía del capitalista, la paga
o salario.
Por esa
argumentación el trabajador, aunque es libre para trabajar o no, no puede dejar
de hacerlo porque lo necesita para subsistir, es decir, por este razonamiento tan
simple considera que así es como queda esclavizado y atado, sin necesidad de cadenas,
al capitalismo explotador.
Para él, esto
ocurre porque cuando el trabajador ignora lo que es la plusvalía del trabajo
que damos al capitalismo entonces ya se puede decir que ha sido alienado por el
capital.
¿Planteamiento objetivo o subjetivo?
Marx consideró, a
mi entender, de manera subjetiva
dicho concepto, por esa manera particular que tuvo de ver ese tema de las
relaciones socio-laborales. Por eso afirmó que el trabajador siente que su
trabajo no le pertenece y que este sentimiento le ocasiona la alienación económica que, a su vez, le
genera alienación política y que esa
es la causa de su alienación religiosa,
su reflexión final no podía ser de otra manera por su forma de entender el
hecho religioso: [La religión es el suspiro de la criatura
oprimida, el corazón de un mundo sin corazón, el espíritu de una
situación carente de espíritu. Es el opio del pueblo.]. Lo del opio
no fue idea suya pues se la tomó prestada a Bruno Bauer, su gran amigo.
Marx estaba
convencido de que la religión desaparecería sin necesidad de ejercer violencia
contra ella, es decir, debió pensar que su
pensamiento sería tan fabuloso y convincente que terminaría por reemplazar al sentimiento religioso. Para que ese planteamiento ocurriera debería
de darse un cambio total en la alienación
de la humanidad pasando ésta, gracias a la bondad de su pensamiento, de un
polo a otro… ¡¡¡Abandonando la
“religión” que tiene su origen en Dios y abrazando la que tenía su origen en un
hombre bueno y utópico!!!
Se
olvidó de que él no podía mejorar la doctrina de Jesús sobre el amor al hombre,
el prójimo.
Hemos
vivido durante los años de bonanza económica la experiencia de ver a nuestros
jóvenes felices cuando encontraban su primer trabajo pues les reportaba
ingresos y éstos poder económico para comprarse un coche, viajar, divertirse,
consumir… Puedo estar equivocado, tal vez, pero si Marx hubiera vivido en estos tiempos tal vez no hubiera
desarrollado su filosofía para dar forma a las relaciones entre los hombres en
el marco de un país.
No
tengo ni una duda, a este señor lo movía el buen sentimiento de ayudar al débil, el prójimo de Jesús, con la diferencia de que sus
seguidores intentan ayudar al necesitado en los comedores sociales. Los que se inspiran en su filosofía y la
aplican como modelo de gestión, ya ha ocurrido y ocurre en algunos países,
nunca han demostrado que el diseño de Marx fuera la solución para el hombre
trabajador y, desgraciadamente, siempre se demostró y demuestra que generó un
montón de dolor, hambre y opresión porque gobernaron de manera dictatorial
y no con democracia, situación
que aún dura en aquellas naciones donde el comunismo
los inspira desde hace bastantes años: Cuba, China, Corea del Norte… y, más
recientemente, Venezuela. Todo esto sin recordar lo que ocurrió durante décadas
en la URRSS, donde todavía no están los trabajadores para tirar cohetes.
¿Nos gustaría que el modelo de gobernanza que
hay en esos países sustituyera al que tenemos actualmente en España?
Pues
con los planteamientos de la “filosofía comunista
dictatorial” pretenden los políticos
de “Podemos” liberar al ciudadano
español de la opresión económica que le viene de nuestros políticos actuales y del CAPITALISMO… ¿Por qué cuando
aplicaron en esos países que he señalado los planteamientos marxistas el hombre
perdió su libertad y el “estado del bienestar” ni existió ni existe?
Lo
votarán los españoles alienados con
su magnífica verborrea, la han estudiado muy bien y por eso ahora les toca
decir lo que interesa escuchar al ciudadano empobrecido y cabreado. Si algún
día logran el objetivo de instalarse en el poder nos impondrán por la fuerza el
modelo bolivariano que ya hay en algunos países de América del Sur.
Cada
persona debe reflexionar, libremente, sobre esta realidad y no debe consentir
que intenten alienarlo con discursos subjetivos e intencionados, los que cada día se nos
ofrecen en la caja tonta desde todos los colores, ellos y los otros.
Cuando
España votó libremente su Constitución y después se celebraron, bajo su amparo,
las elecciones fue de manera democrática; se empezó a caminar con un espíritu
nuevo y por él, quienes formábamos el pueblo pobre y confiado que labora a
diario, nos fuimos convirtiendo en esponjas sedientas que empapaban todo lo que
los primeros prestidigitares de la política nos fueron transmitiendo con
cuentagotas y de manera escalonada y progresiva hasta alienarnos, justamente lo contrario de lo que predicaban.
Una
cosa es predicar y otra dar trigo, ese es el fundamento de discurso de los
políticos. Nos venden lo blanco por negro y creo que ya ha llegado la hora de
que los dos grandes partidos hagan un PACTO para modificar la Constitución y
retocarla con los arreglos que nos permitan acabar con los partidos
minoritarios, o izquierda o derecha… Que cada cual se vaya con quien más le
guste ¿Por qué opino así?
Porque
los partidos pequeños saben que nunca gobernarán y sólo aspiran a mantenerse
para ser partidos bisagra, lo anterior, y por desgracia no han sido una
experiencia enriquecedora y sí nefasta para España. El cómputo de votos de los
partidos, para ir al Parlamento Nacional, tiene que salir de los obtenidos en
toda España y no con unas condiciones adaptadas a ellos desde unas Comunidades
Autónomas.
Os
haré un poquito de historia. Aprendí, hace ya bastantes años de nuestros
políticos, que los españoles éramos unos incultos por culpa del “Sistema Educativo” que el régimen
dictatorial del franquismo nos había regalado durante tantos años. Cuando ellos
obtienen el poder nos venden, como un producto de alta gama, que teníamos que
luchar para cambiar el modelo que habíamos heredado, la Ley de EGB aprobada en
1970, pues había sido diseñado –según ellos- en una noche de insomnio por D. José Luís Villar Palasí, el ministro franquista de Educación, y en un
despacho.
Para
convertir en realidad esa afirmación se puso en marcha la Ley Orgánica General del Sistema Educativo (LOGSE), BOE de 4 de
octubre de 1990, para sustituir a la anterior.
Se
argumentó que al ser los españoles tan incultos, en ese tiempo, habíamos sido alienados por el régimen franquista.
Exponían que ahora teníamos que cambiar el modelo que habíamos heredado del
pasado y sustituirlo por otro mejor a fin de que con él se pudiera incrementara
la cultura de la ciudadanía, que con ésta se adquiriera un buen espíritu
crítico y que, con lo adquirido, nadie pudiera manejar nuestras voluntades.
Planteamiento perfecto desde la teoría, ahora había que demostrar que lo
propuesto se haría con facilidad.
Como
Villar Palasí la diseñó en un
despacho ahora se haría bien y los maestros pilotarían el proceso experimental
que nos llevaría al cambio, éstos elevarían después unas conclusiones con los
resultados obtenidos de la experiencia y de ahí saldría el diseño final. La
idea, como teoría, era magnífica pero se les olvidó que nadie estaba preparado
para tal experimento.
Para
orientarnos nombraron a un equipo de asesores, maestros licenciados y próximos
al partido que gobernaba, los que reconocían cuando nos visitaban que ellos
sabían del proceso lo mismo que nosotros, es decir, nada.
Al
final todo se hizo de manera precipitada y, más o menos, como el modelo que
criticaron a Villar Palasí.
Veinticuatro
años después, los españoles, con ese modelo son bastante más analfabetos que los
que se educaron con la anterior ley. No es una pataleta subjetiva de este
maestro jubilado y sí un planteamiento objetivo que está avalado por el popular
informe PISA sobre los resultados
escolares de los alumnos españoles, puede ser contrastado por cualquiera.
Lo
que digo se puede interpretar con rigor o subjetivamente pero 39 años
trabajando en las aulas y después de haber participado en esa reforma que le propuso
el PSOE a los maestros, la que no fue aceptada por todos, y que yo sí acepté
porque modificar las conductas de trabajo, o de la vida que llevamos, siempre
es bueno cuando se trata de mejorar lo que se hace… ¿Es mi opinión objetiva o subjetiva?
Los
países nórdicos son los más avanzados porque vienen invirtiendo mucho más que
nosotros en educación, por eso la de ellos es muy buena, la cultura de sus gentes
es grande y ésta les permite no ser alienados
por sus gobernantes, lo contrario de España. Aquí, si nos roba las sardinas
el gato del vecino, le pasamos la mano por el lomo, lo acostamos en nuestro
sofá para que eche la siesta y le ponemos el aire acondicionado para que no
pase calor.
Con
ese proceder sus gentes han marcado los tiempos ante la crisis y no se han
dejado alienar. Lo mejor será comprobar lo que digo haciendo un clic en FINLANDIA-1 y en FINLANDIA-2.
No hay comentarios:
Publicar un comentario