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sábado, 27 de diciembre de 2014

OCURRIÓ DE VERDAD Y OCURRE EN NUESTROS DÍAS

Colaboración de Paco Pérez
El pasado 24 de diciembre me encaminé hasta el Museo “Cerezo Moreno” y lo hice atraído por el deseo de ver el “BELÉN” que se exponía durante estos días en una de sus salas. Unas fechas antes me informó Juan Moreno Moreno de que le habían propuesto, desde el Ayuntamiento, montar un belén con los elementos decorativos que él había ido creando y guardando durante unos años. Toda esta silenciosa labor la realiza como fruto de su afición por la construcción artesanal de miniaturas.

Cuando llegué al entorno del Museo la noche ya cubría con su manto negro nuestras calles, caminaba bien por el alumbrado público porque hasta la Luna se me mostró con su regalo luminoso tacaña y no me ofreció el luminoso rostro de queso manchego, sólo se atrevió a presentarse con una imagen raquítica, la de rodaja de sandía.
Me cabreé con ella al verla así y le dije de todo: tacaña, entelerida, enclenque… Mientras la piropeaba así iba caminando solo y en silencio por la calle José Antonio del Moral Garrido en dirección al Museo, pero unos minutos después reflexioné y reaccioné pues comprendí que había sido totalmente injusto con doña Luna porque la imagen que nos ofrecía a los hombres en ese momento era de humildad ya que nos estaba enseñando en silencio que esa noche no le tocaba a ella acaparar el protagonismo, le correspondía a un niño que iba a nacer en Belén. Lo haría en el seno de una familia humilde y en un establo, por eso los elementos y seres del Universo debían mostrarse, esa noche, humildes ante la inminente venida del Mesías.
El entorno del lugar al que me dirigía sí ofrecía una preciosa iluminación, el mensaje de la Luna no había calado en el costumbrismo local y las autoridades, a pesar de la crisis, tienen que cumplir con la tradición pues, aunque estamos en NAVIDAD, si no nos iluminan en estos días así las críticas les lloverían y como estamos en año de elecciones pues no se pueden correr riesgos innecesarios.
Quedé maravillado con el ambiente del entorno y, antes de entrar en el edificio, tomé unas fotos de él:


Una vez que estuve dentro del Museo comprobé que ya estaban allí los dos amigos con los que acordé visitar el Belén, Ramón Jiménez y Pedro Berrio. Los tres fuimos puntuales con la hora acordada, las 19:00, la prueba del algodón de lo que digo está la foto donde se contempla el reloj. Para Pedro, lo supongo, debió ser una experiencia agradable porque está iniciándose en el maravilloso mundo de la fotografía y era su primera salida nocturna.
Antes de comenzar a tomar las fotos hice una exploración ocular del conjunto expuesto y la mente, mientras lo hacía, me empujó de manera brusca hacia el pasado. Así, de manera inesperada, viajé en el tiempo hasta Belén de Judá ayudado por los relatos bíblicos que había leído y por las miniaturas que el amigo Juan nos mostraba allí. Mientras preparaba la cámara aplicándole los ajustes manuales que consideré oportunos para iniciar la grabación decidí relataros la historia real que allí ocurrió hace 2014 años en esa aldea tan pequeña.
Muchos años antes de que sucedieran los acontecimientos históricos de Belén, Dios ya había anunciado a las gentes de Israel que ocurrirían ciertos hechos, no dijo cuándo, pero la verdad es que sí sucedió muchos años después; ese anuncio lo hizo por mediación de unos hombres muy creyentes y fieles a Él, los profetas. A uno de ellos, llamado Miqueas, le correspondió ese honor y, como ocurrió otras muchas veces, las palabras que pronunció no fueron tomadas en consideración en el momento de comunicarlas pero unos siglos después se cumplieron de manera precisa en el lugar y en los sucesos anunciados.
En aquellos tiempos Belén era una aldea pequeña y sus habitantes vivían de las labores propias de la agricultura, la artesanía y el comercio:






Si queremos confirmar la veracidad de los hechos proféticos tenemos que husmear en la Biblia y leer a Miqueas en 5,1: [Pero tú, Belén de Efratá, pequeña de entre los clanes de Judá, de ti me saldrá quien señoreará en Israel, cuyos orígenes serán de antiguo, de días de muy remota antigüedad. Por eso los entregará hasta el tiempo en el que, la que ha de parir, parirá…].
Pasaron los años y el emperador Augusto, mediante un decreto, ordenó que todos los habitantes del imperio tenían que ir a las ciudades y pueblos donde nacieron a empadronarse, así cumplirían lo mandado pues tenía que redactarse el censo de población de cada lugar con la finalidad de facilitar a los funcionarios del imperio la recaudación de los impuestos.
En aquellos días José vivía en Nazaret con su esposa María, la que ya estaba embarazada y muy avanzada en su gestación pero como él había nacido en Belén de Judá pues hasta allí se encaminaron en su burro para cumplir con las leyes que Roma les imponía.
Cuando llegaron a Belén intentaron buscar alojamiento pero la posada del lugar ya estaba ocupada.
Como la noche se aproximaba y María estaba muy cansada del viaje pues tuvieron que acomodarse en un establo de los alrededores del lugar para no dormir a la intemperie y sufrir la crudeza de ella en sus cuerpos.
Una vez instalados allí María comenzó a sentir los dolores previos al nacimiento de un hijo y, rodeada de animales y ayudada por José, lo trajo al mundo, le pusieron por nombre Enmanuel que significa, Dios con nosotros.
¡¡¡Así se cumplieron las palabras del profeta Miqueas!!!




Cuenta la Biblia que unos pastores que estaban cuidando sus rebaños cerca del establo acudieron hasta él y lo adoraron. También que unos Magos que vivían en Oriente fueron informados de manera extraordinaria de lo que acababa de ocurrir en Belén pues, como en aquellos tiempos se hablaba mucho del nacimiento del Mesías, ellos confiaron en el mensaje recibido y se encaminaron hasta el lugar donde había ocurrido para adorar al niño que acababa de nacer.
Los magos eran unas personas muy cultas en aquellos tiempos, se dedicaban al estudio de los astros mediante la observación y no a practicar la magia. De ahí que ellos recibieran por los astros, de manera extraordinaria, el anuncio del nacimiento del rey de los judíos y, guiados por una estrella, vinieron en sus camellos a visitarlo.
Empujados por una fuerza extraordinaria llegaron hasta Jerusalén, la estrella se perdió y entonces preguntaron por Él.
Este hecho lo encontramos en Mateo 2,2:
[¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer?].
Nació Jesús, en Belén de Judá, bajo el reinado de Herodes el Grande y, cuando éste se enteró de que unos Magos habían llegado de Oriente preguntando por el rey de los judíos los mandó llamar para averiguar cosas sobre Él, pues temía que le arrebatara su trono.
Mandó llamar a los expertos y éstos le comunicaron que estaba anunciado que nacería en Belén. Herodes se lo comunicó a los Magos y les pidió que cuando lo encontraran le informaran dónde se alojaba porque él también iría a visitarlo.
Cuando abandonaron el palacio de Herodes la estrella apareció de nuevo y volvió a mostrarles el camino. Al llegar a Belén se quedó quieta encima del lugar donde se encontraba la Sagrada Familia. Entraron donde estaban alojados, encontraron al niño con José y María, se postraron, lo adoraron y le ofrecieron sus regalos.

Esta noche he disfrutado con la muestra expuesta debido a la belleza de sus figuras, porque creo que está bien montada y, sobre todo, porque el amigo Juan se lo ha currado muy bien.
A la salida continué disparando, acompañado de Ramón y Pedro.



Al llegar a casa medité sobre el tema y comprobé que 2014 años después la esencia de la vida sigue siendo la misma, cuando entran en juego los humanos, pues seguimos comportándonos exactamente igual. Veamos el paralelismo que hay:
1.- Unos gobernantes que nos llevan el país al descalabro financiero y a las familias a la miseria con su mala gestión por guerras, despilfarros, apropiación indebida de caudales públicos…
Roma lo hizo con el pueblo de Israel y la mayoría de nuestros políticos regionales y nacionales con nuestra amada ESPAÑA.
2.- Roma mandó censar a la población para que no se escapara nadie, ni los gatos, de pagar los impuestos que ellos necesitaban recaudar para mantener su política dictatorial e imperialista.
No les importaba, para nada, el sufrimiento de la población para poder alimentarse y para conseguirlo recurrían, si era necesario, a la fuerza de las armas. Lo importante es que no les faltara a ellos.
Nosotros estamos padeciendo los efectos de su mala gestión y también nos aumentan los recortes y los impuestos para salir adelante. No usan armas físicas para matarnos pero sí nos aniquilan la estabilidad emocional con los embargos y los desahucios.
Los nuestros, igual que Roma, nos estrujan pero ellos no quitan: diputaciones, senado y autonomías. Tampoco reducen el número de los diputados nacionales y no se rebajan los sueldos.
Con ellos se cumple el refrán: [Estando los gallos bien comidos que expurguen las gallinas y los polluelos en los desperdicios de ellos.].
3.- A Herodes el Grande le importaba un comino cumplir con el Mesías, el rey de los judíos. Lo que sí le importaba de verdad era que éste nuevo personaje de Israel lo desplazara de su sillón. Se preocupó del tema para acabar con Él en el futuro, no quería verse sorprendido.
Eso sigue ocurriendo en nuestros días pues sólo se preocupan nuestros políticos de no caerse del sillón, los que están ya en él, y, los que aspiran a ocuparlo, montan todas las patrañas habidas y por haber para auparse a él en las próximas.
Lo que no les preocupa es cómo arreglar de verdad la Economía y la Justicia.

Que el Mesías que acaba de nacer en Belén se apiade de nosotros y dé por suficiente el sufrimiento que padecen algunas personas, que la crisis retroceda ya, que no prosperen los discursos demagógicos porque no PODEMOS en pleno siglo XXI aguantar más mentiras de las que ya nos han colocado y que no quede en libertad ni un político español que esté acusado y sentenciado como ladrón.  




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