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miércoles, 14 de enero de 2015

CON MIS GAFAS DE MELÓN

Colaboración de Paco Pérez
Capítulo III
La “libertad de expresión” es un derecho de la persona cuando ésta vive en un país donde el sistema político es una democracia y deja de serlo, por imposición, cuando nos gobiernan personas que ejercen sobre la ciudadanía un modelo dictatorial.

Los ciudadanos que viven en países con modelos democráticos, a veces, se olvidan de que la “libertad de expresión” no da a nadie el derecho a decir siempre de los demás, o de vez en cuando, lo que les venga en gana o más les convenga, no, ese no el principio de la “libertad de expresión” y sí es el del “libertinaje”, por muchos argumentos que nos den para defender su proceder dictatorial quienes usan esa vía para opinar de ciertos hechos, de las personas, de los pensamientos o de las confesiones religiosas.
Si alguien quiere caminar por el sendero de la “libertad de expresión” a cualquier precio debe de comprender que estamos otros que nos podemos sentir ofendidos por lo que se dice sin necesidad, tenemos el ejemplo reciente de los tristes y lamentables atentados ocurridos en Francia, los que desaprobamos la inmensa mayoría de las personas.
Desaprobar los hechos ocurridos es un sentimiento sincero pero por él no me obligo a participar en la pantomima mundial que se ha generado con “Je suis Charlie Hebdo” porque los hechos ocurridos los ha provocado el “libertinaje” de una publicación satírica que no ha respetado las creencias de una confesión religiosa y de su profeta.
Digo esto porque considero que hacer ahora gestos de unión, como los que han protagonizado los dirigentes políticos que nos gobiernan, marchando en la manifestación de París todos cogidos del brazo es una muestra más de que en cada momento hacen lo que les da más votos y, al día siguiente, ya no hacen lo que realmente soluciona los problemas que azotan a los sin techo: el hambre, las epidemias y los conflictos bélicos.
Quienes marchaban cogidos del brazo son quienes originan estos dislates, en los lugares más pobres, para llevarse las pocas riquezas naturales que tienen.
Respeto las publicaciones realizadas en los medios que hemos visitado estos días sobre los hechos ocurridos en Valladolid. Ellos han hecho uso de su “libertad de expresión”, cierto, pero no comparto el tratamiento que hacen del tema porque se olvidan de que los cristianos católicos tenemos otra visión diferente de la noticia, porque también nos asiste el derecho a ser respetados en nuestra creencia y a no ser tratados como unos borregos.
Cuando alguien niega algo debe de demostrar lo que niega y, en este caso, creo que queda muy claro que no demuestran nada. El avance científico presentado es una realidad tangible para la enfermedad conocida como “Encefalitis anti receptores NMDA”. Lo que no se demuestra con esa publicación es que las personas afectadas por ella sean realmente un caso que puede ser confundido como de “posesión demoniaca”.
Tampoco demuestran que los exorcismos sean una pantomima de la Iglesia, yo considero que hay que ser respetuosos cuando no podemos demostrar con pruebas tangibles nuestra postura y por eso ni me postulo en su favor ni en contra.
Creo, sinceramente, que las personas autorizadas para aplicarlos estarán contrastados como hombres de fe, la clave, y expertos en la práctica… ¿Qué gana la Iglesia aplicando un exorcismo si es un teatro? Si lo hace es porque está amparada en los relatos de la Biblia y porque desea ayudar.
Si no surten efecto esas prácticas habrá que aceptar la posibilidad de que sea un cuadro clínico que esté encuadrado en una enfermedad de las descritas y ahí habría pasar a la fase del milagro… ¿Creemos con la fe que Jesús nos enseñó para hacerlos?
El trabajo concluye con esta serie de interrogantes:
¿En cuántos de los casos exorcizados en nuestro país desde 2007 se ha descartado este proceso inmunomediado?
¿Quién ha emitido los informes psiquiátricos y neurológicos de tales casos?
¿Cuáles son sus avales?
¿Se ha contado con los verdaderos expertos?
¿Se han considerado otras posibilidades diagnósticas, como otras tantas causas de encefalitis límbica o el trastorno de trance y posesión, personas, animales o cosas incluidos, catalogado en el DSM-5, y otros estados disociativos?
Estas interrogantes… ¿a quienes iban dirigidas?
Yo, con mis gafas de melón, creo que son unas acusaciones que van dirigidas al dirigente eclesial que autorizó tales prácticas exorcistas y quien las propone lo hace para acusarlo de incompetente y dejarlo en mal lugar.
De ir dirigidas a él considero que son un grave error porque quienes primero debieron atender a la paciente fueron los colegas de quien las propone y, consecuentemente… ¿No deberían dirigirse esas preguntas, más bien, a la profesión médica?
Digo esto porque, como padre, cuando mis hijos tenían un problema a quienes acudía era a los médicos pues, supongo, que eso harían los padres de la muchacha que ha generado la noticia cuando le detectaran sus problemas, físicos o mentales.
Entonces… ¿Por qué recurrieron a la Iglesia para que su hija recibiera el exorcismo?
Intuyo que, como la ciencia médica no supo arreglar el problema de su hija, se sentirían desesperados y entonces sería cuando los familiares derivaron a la enferma hacia “el exorcismo”, guiados por su fe cristiana se agarraran a la posibilidad de que fuera la presencia del Maligno en ella la que estuviera originando esos “trastornos de comportamiento y sufrimiento” y que el exorcismo pudiera liberarla de él. Después ya se desencadenaron los tristes sucesos que originaron la noticia que publicó el Diario de Burgos
Hacerse eco de una noticia es un derecho pero tratarla se puede hacer de diversas maneras y la más incorrecta e inadecuada es cuando se enfoca, como en este caso, para dejar mal a la Iglesia que fundó Jesús, en la cual creo y de la que formo parte.
Como estamos en un tema de CREENCIA o INCREENCIA pues a mi entender, quienes no creen, han perdido la ocasión de demostrar que su postura es verdadera y ahora me corresponde usar las pruebas que considero adecuadas y con ellas intentaré dejar claro en qué me baso para creer que pueden darse casos de “posesión demoniaca” y que Dios es un realidad, eso sí, si entendemos que la fe es necesaria y que el ejemplo de Jesús es la única prueba porque al Padre nadie lo ha visto.
Yo me voy a basar en la fuente que me alimenta la fe (reconozco que debería tener más) que profeso a Jesús de Nazaret, la Biblia (Nácar-Colunga), y para ello transcribo algunas citas que recogen los hechos históricos que hablan de las curaciones extraordinarias  de las personas endemoniadas:
Mateo 4:24 [Extendióse su fama por toda la Siria; y le traían a todos los que tenían algún mal: a los atacados de diferentes enfermedades y dolores, y a los endemoniados, lunáticos paralíticos y los sanó.]
Mateo 8:16-17 [Ya atardecido, le presentaron muchos endemoniados, y arrojaba con una palabra los espíritus, y a todos los que se sentían mal los curaba, para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, que dice: <Él tomó nuestras enfermedades y cargó con nuestras dolencias>.]
Marcos 1:21-27 [Llegaron a Cafarnaum; y luego, el día de sábado, entrando en la sinagoga, enseñaba. Se maravillaban de su doctrina; pues la enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas. Y luego, hallándose en la sinagoga, un hombre poseído de espíritu impuro, comenzó a gritar, diciendo: ¿Qué hay entre ti y nosotros Jesús Nazareno? ¿Has venido a perdernos? Te conozco; tú eres el Santo de Dios. Jesús le mandó: Cállate y sal de él. El espíritu impuro, agitándole violentamente, dio un fuerte grito y salió de él. Quedáronse todos estupefactos, diciéndose unos a otros: ¿Qué es esto? Una doctrina nueva y revestida de autoridad, que manda a los espíritus impuros y le obedecen.]
Esta es mi prueba, está impresa en nuestro libro sagrado.
Ahora voy a proponerles otro enfoque del tema que tratamos, este nuevo planteamiento lo tomo de la CIENCIA.
Siempre ha habido y habrá científicos a los que la ciencia les hizo creer en Dios con fuerza, estando apartados de él, y otros al contrario, se alejaron. En ambos posicionamientos hay cientos, sería inviable presentar los casos de ambos grupos, y por eso yo me voy a quedar con el ejemplo de ALBERT EINSTEIN, un hombre que profundizó en todos los temas, siempre de manera profunda y sin dejarse llevar por nada y nadie.
Cuando era un estudiante universitario protagonizó un hecho sonado, algunos intentan restarle valor catalogándolo de leyenda urbana, no obstante considero que es digno de ser propuesto hoy como prueba de lo que la mente humana es capaz de hacer para CAMBIAR el pensamiento de las personas inocentes o incultas mediante la manipulación de la VERDAD para así poderlas llevar hasta el campo que ellos desean, una postura denigrante pero de suma actualidad.
El relato de los hechos nos cuenta que un profesor universitario retó a sus estudiantes con esta pregunta:
- ¿Creó Dios todo lo que existe?
Uno de los estudiantes, valientemente, le respondió:
- Sí, por supuesto.
- ¿Dios creó todo cuanto existe? - preguntó el profesor.
- Sí señor - contestó el estudiante.

El profesor le contestó:

- Si Dios creó todo lo que existe entonces Dios creó la Maldad y, de acuerdo al asunto que nos concierne y en relación a quienes somos, entonces… ¡Dios es Maldad!
Los estudiantes se quedaron callados ante tal respuesta. El profesor, muy feliz consigo mismo y en una actitud arrogante, presumió ante sus estudiantes de que una vez más les había probado que la “fe cristiana” era un mito.
Uno de los estudiantes levantó su mano y dijo:
- Profesor… ¿puedo hacerle una pregunta?
- Por supuesto - le contestó el profesor.
El estudiante se puso de pie y dijo:
- Profesor… ¿existe el frío?
- ¿Qué clase de pregunta es esa?
Por supuesto que existe… ¿Alguna vez has tenido frío?
Se escucharon risas en tono de burla de los demás.
El joven estudiante dijo:
- En realidad, señor, el frío no existe. De acuerdo con las leyes de la física lo que consideramos frío es en realidad ausencia de calor. Todo cuerpo u objeto es susceptible de estudio cuando tiene o transmite energía, el calor es lo que hace que un cuerpo o cosa tenga o transmita energía. El cero absoluto (0°C) es la total ausencia de calor; todo queda inerte e incapaz de reaccionar a esa temperatura. Luego, el frío no existe. Hemos creado esa palabra para describir cómo nos sentimos si no tenemos calor.
El estudiante continuó:
- Profesor… ¿existe la oscuridad?

El profesor respondió:

- Por supuesto.

El estudiante le contestó:

- Una vez más está usted equivocado señor, la oscuridad no existe tampoco, la oscuridad es en realidad la ausencia de luz. Nosotros podemos estudiar la luz pero no la oscuridad. Podemos utilizar el “Prisma de Newton” para descomponer la luz blanca en los varios colores en que está compuesta y con sus diferentes longitudes de onda. La oscuridad no. Un simple rayo de luz rasga las tinieblas e ilumina la superficie donde termina el haz de luz… ¿cómo podemos saberse cuan oscuro está un espacio determinado?
Con base en la cantidad de luz presente en ese espacio… ¿no es así?
La oscuridad es un término utilizado por el hombre para describir qué pasa cuando no hay presencia de luz.
Finalmente el joven preguntó al profesor:
- Señor… ¿existe la maldad?
Ahora, dudosamente, el profesor respondió:
- Por supuesto, como ya les he dicho anteriormente lo vemos todos los días y es un diario ejemplo la inhumanidad del hombre para con sus semejantes. Está en la multitud de crímenes y violencia en todas las partes del mundo. Esas manifestaciones no son otra cosa más que maldad.
Ante esto el estudiante le contesta:
- La maldad no existe señor o, al menos, no existe en sí misma. La maldad es, simplemente, la ausencia de Dios. Es como la oscuridad y la luz, la maldad es una palabra que el hombre ha creado para describir la ausencia de Dios. Dios no creó la maldad. La maldad no es como la fe o el amor, los que existen al igual que la luz y el calor.
La maldad es el resultado de lo que pasa cuando el hombre no tiene presente el amor de Dios en su corazón. Es como el frío que surge cuando no hay calor o la oscuridad cuando no hay luz.

El profesor tomo asiento.
El nombre del estudiante era…




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