Colaboración de José Martínez Ramírez
Te
recuerdo ahora
dormido,
susurrándote
abrazado
a tu almohada
y,
escuchando una guitarra
que
suena lenta en la noche,
me
lleva a ti cuando callas.
No
reconoce el hombre
que
lejos en la distancia
tu
cuerpo no tiene nombre.
Te
recuerdo, ahora,
cuando
alegre bailabas
porque
sabías de sobra
que
enamorado te miraba
entre
celos y zozobra.
Una
sonrisa te enviaba,
para
que nadie la escoja,
y,
sobre alas de mariposas,
veo
ahora tu cara de loza
tendida
en aquella cebada.
Te
recuerdo ahora
tu
ropa plegada en milhojas,
después,
inquieta derramabas
tus
besos por mi cuerpo,
el
mismo que ahora se enoja.
Tus
pechos imberbes arrastrabas,
limoneros,
por la luna roja
de
mis labios, granadas
encendidas,
perlas que ahora
bajo
las estrellas lechadas,
recuerdo.
Tan lejos a esta hora
tardía,
cada vez más lejana,
Sólo
queda grave la sombra
que
beso cuando tu pasas.
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