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viernes, 8 de mayo de 2015

CHISTOLOGÍA NERJEÑA EN LA CAFETERÍA

Colaboración de Paco Pérez
Capítulo III
EL MAESTRO Y UN ALUMNO
Un día, en clase de Matemáticas, el maestro enseñaba a sus alumnos una técnica de cálculo mental para aplicarla en las sumas. Mientras lo hacía observó que un alumno no estaba atendiendo y cuando acabó le dijo:

- Manolito, sal a la pizarra y coge la tiza que vamos a practicar lo que he explicado, harás una cuenta de sumar.
El niño hizo lo que le pidió el maestro y esperó a ver qué le decía. El maestro le habló de nuevo para informarle de lo que iban a hacer:
- Vamos a trabajar sólo con números de tres dígitos, será muy sencillo. Escribe el número 236, ahora el 140 y, por último, el 320.
El maestro espero a que el alumno acabara la colocación de los números y entonces le ordenó:
- Ahora… ¡¡¡Ajúúúústala!!!
El alumno emitió, de inmediato, un grito:
- ¡¡¡Uuuuuuu!!!
LOS LADRONES DE CORTIJOS
Un padre y su hijo salen con el burro al campo para trabajar en lo ajeno, trasladaban a su domicilio lo que encontraban a su paso.
Un día llegan a un cortijo y, como sus dueños no estaban,  comienzan a trabajar. Cada uno llevaba como herramienta un saco e iban por lados diferentes pero cerca el uno del otro. El muchacho encontró dos gallinas en los alrededores y fue con ellas hasta su padre para enseñárselas y le gritó:
- ¡¡¡Paaaapa, miiiiira, dos gallinas!!!
Su padre lo miró y le ordenó con energía:
- ¡¡¡Aaal saco!!!
Siguieron trabajando y un rato después regresa el hijo muy contento con su nuevo hallazgo:
- ¡¡¡Paaaaapa, una espiocha nueviiiiica!!!
El padre, muy cabreado, le dice:
- ¡¡¡Sinvergüenza, no te tengo dicho que nunca cojas lo que no es tuyo!!!
LOS TURISTAS JUERGUISTAS
Una noche, dos amigos que estaban de vacaciones en Nerja, deciden irse de fiesta al pueblo vecino, vuelven de madrugada al hotel en un taxis y lo hacen con una tajada tremenda. Cuando se acercan a recoger las llaves de sus habitaciones les dice la “recepcionista”:
- Muy buenas.
Uno de ellos se ofende y le contesta:
-¡¡¡Muy buena tú, Amelia!!!
Ella comprende la confusión que sufre el cliente con su nombre y le aclara:
- Mi nombre no es Amelia, la empresa se llama Meliá y mi nombre está en la chapa de la otra solapa.


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