Colaboración de Paco Pérez
Capítulo III
EL MAESTRO Y UN ALUMNO
Un
día, en clase de Matemáticas, el
maestro enseñaba a sus alumnos una técnica de cálculo mental para aplicarla en
las sumas. Mientras lo hacía observó que un alumno no estaba atendiendo y
cuando acabó le dijo:
-
Manolito, sal a la pizarra y coge la
tiza que vamos a practicar lo que he explicado, harás una cuenta de sumar.
El
niño hizo lo que le pidió el maestro y esperó a ver qué le decía. El maestro le
habló de nuevo para informarle de lo que iban a hacer:
-
Vamos a trabajar sólo con números de tres dígitos, será muy sencillo. Escribe
el número 236, ahora el 140 y, por último, el 320.
El
maestro espero a que el alumno acabara la colocación de los números y entonces
le ordenó:
-
Ahora… ¡¡¡Ajúúúústala!!!
El
alumno emitió, de inmediato, un grito:
-
¡¡¡Uuuuuuu!!!
LOS LADRONES DE CORTIJOS
Un
padre y su hijo salen con el burro al campo para trabajar en lo ajeno, trasladaban
a su domicilio lo que encontraban a su paso.
Un
día llegan a un cortijo y, como sus dueños no estaban, comienzan a trabajar. Cada uno llevaba como
herramienta un saco e iban por lados diferentes pero cerca el uno del otro. El
muchacho encontró dos gallinas en los alrededores y fue con ellas hasta su
padre para enseñárselas y le gritó:
-
¡¡¡Paaaapa, miiiiira, dos gallinas!!!
Su
padre lo miró y le ordenó con energía:
-
¡¡¡Aaal saco!!!
Siguieron
trabajando y un rato después regresa el hijo muy contento con su nuevo hallazgo:
-
¡¡¡Paaaaapa, una espiocha nueviiiiica!!!
El
padre, muy cabreado, le dice:
-
¡¡¡Sinvergüenza, no te tengo dicho que nunca cojas lo que no es tuyo!!!
LOS TURISTAS JUERGUISTAS
Una
noche, dos amigos que estaban de vacaciones en Nerja, deciden irse de fiesta al pueblo vecino, vuelven de
madrugada al hotel en un taxis y lo hacen con una tajada tremenda. Cuando se
acercan a recoger las llaves de sus habitaciones les dice la “recepcionista”:
- Muy
buenas.
Uno de
ellos se ofende y le contesta:
-¡¡¡Muy
buena tú, Amelia!!!
Ella
comprende la confusión que sufre el cliente con su nombre y le aclara:
- Mi
nombre no es Amelia, la empresa se
llama Meliá y mi nombre está en la
chapa de la otra solapa.
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