CACHIRULO
Capítulo I
Colaboración de Paco Pérez
En
Nerja, como en todos los pueblos,
los mayores viajan al pasado de vez en cuando durante las tertulias cafeteras entre
amigos y conocidos y, cuando lo hacen, aún recuerdan a los personajes que
dejaron huella entre ellos por los hechos que protagonizaron.
Hace
unas fechas surgió durante la conversación una anécdota, por ella unos mayores
dieron un salto sin red al pasado y entonces fue cuando nos hablaron de un
señor que fue muy popular para ellos en su tiempo pero desconocido para los
otros, era conocido por los habitantes del pueblo con el apodo de “Cachirulo”.
Este
señor era originario de Cómpeta, un
tiempo después fijó con su familia la residencia en Frigiliana y por último, al final de sus días, se bajó a Nerja y ya no se movió de ella, aquí
murió.
Los
hechos recordados tenían una antigüedad de más de 200 años y guarda relación
con el mundo laboral, profesiones honradas que entonces había para ganarse la
vida y que ahora nos sorprendemos cuando escuchamos estos relatos, hasta el
punto de que yo no sabía si creérmelo, pero al haber allí varios lugareños que
la conocían me llevó a no plantearme ninguna duda.
Parece
ser que entonces viajaban hasta los pueblos de la Axarquía malagueña
mencionados, y a otros, ciertas personas con la finalidad de encontrar árboles
con madera de calidad y cuyo tronco fuera bastante grueso. Éstas dominaban el arte de la escultura y su
finalidad era hacer con los troncos figuras de “santos”. Cuando el señor “Cachirulo”
tuvo noticias de su presencia en Frigiliana
y de lo que buscaban se fue hasta ellos para conocer de primera mano las condiciones
que proponían y que los había llevado hasta allí. Quedó satisfecho con la información recibida, las aceptó y
les habló de su propuesta:
-
Yo tengo un algarrobo de más de 100
años, el muy tacaño no ha dado en su vida ni una algarroba para los cerdos y ya
le ha llegado la hora de pasar a mejor vida.
Los
llevó al lugar, lo cortaron, lo trocearon y, un tiempo después acabaron el
trabajo… ¡¡¡Hicieron una virgen!!!
Durante
un tiempo transportaron la peana por los pueblos de la comarca y fueron
vendiendo papeletas para rifarla. Cuando se hizo el sorteo tocó en el pueblo de
Frigiliana y la gente le tenía por
eso mucho cariño.
Parece
ser que todos los años sacaban a la imagen en procesión durante la Semana Santa y, como ésta caló hondo entre
los vecinos del pueblo, a su paso lloraban porque le tenían mucha fe y también le
pedían cosas.
Estaba
la virgen en su recorrido, lo hacía en medio de un gran silencio y entonces se
escuchó una voz que brotó con fuerza y muy dolorida. Quien así habló fue el
señor “Cachirulo”:
En mi huerto
te criaste,
de tu fruto
nunca comí
y los milagros
que tú hagas
me los paso…
¡¡¡Tararí!!!
Según
contó el más anciano del lugar los “cachirulos”
eran gentes de poca responsabilidad profesional, más o menos, como los que en
Villargordo son catalogados de más perros que la “quijá” de arriba. Con esas cualidades y desvelos uno de los hijos
de nuestro personaje se casó con la “Ramirica”
y él, de inmediato, se fue a vivir a una casa que tenía la familia en Calaceite. El lugar elegido está a
unos 5 kms de Nerja y como en
aquellos tiempos las comunicaciones eran más complicadas que ahora pues nadie
lo entendía. No obstante, como siempre hay alguien que le da en la tecla a las
cosas, pasado un tiempo se supo la razón por la que tomó esa decisión: Que no lo buscaran para ir cada día a dar
el jornal.
Allí
sobrevivieron con cuatro “morcillones”
y los cuantos “peces” que pescaba.
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