Colaboración de Paco Pérez
En
todos los pueblos hay un paisaje que está adornado por unos elementos
característicos que lo hacen singular, la vegetación propia es uno de ellos, en
Villargordo el olivar y en Palestina el olivo, la higuera y la vid.
Los
relatos bíblicos nos muestran la enseñanza de Jesús, el uso que hacía de los bienes de la tierra mientras les
hablaba, hoy es la vid, y la utilizó
para que el pueblo comprendiera el significado de sus palabras.
Oseas describió a
Israel como una “viña floreciente, que
produce frutos en abundancia”.
Pablo, fruto bueno de
la viña, fue llamado a la evangelización de manera extraordinaria, comprendió la
grandeza del mensaje de Jesús y entonces, la misma fuerza que ponía
persiguiendo a los cristianos, la aplicó después predicando el Reino.
En
este caso la viña dio buenos frutos porque Pablo creyó de verdad y no todos
tenemos la suerte que tuvo él, ser escogido.
¿Nos
aplicamos nosotros en nuestras responsabilidades como lo hacía él?
Juan
nos alecciona magistralmente cuando habla de cómo tenemos que actuar al entrar
en contacto con la sociedad, lo haremos con VERDAD y buenas OBRAS. Si
actuamos guiados por estos dos principios ellos serán quienes tranquilicen
nuestra conciencia. Si no lo hacemos así entonces será Dios, que nos conoce
como nadie, quien se encargará de ponernos en nuestro sitio.
Por
desgracia, la sociedad se desenvuelve en un terreno fangoso y las personas suelen
tener un comportamiento sustentado en mucha palabrería y apariencias, con este
bagaje las conciencias quedan saciadas y justificadas… ¿Ante quién?
Si
quienes nos rodean, personas como nosotros, saben perfectamente que somos
sepulcros blanqueados… ¿Vamos a engañar
a Dios?
Creo
que no y por ello lo mejor será que cambiemos el paso o seremos sarmientos
inútiles que, en su momento, serán cortados y quemados.
Jesús
dio la cara por la VERDAD, el
episodio del Templo fue un ejemplo, pero
no iba contra quienes allí hacían negocio solamente sino contra todo el sistema (sacerdotes, doctores, poder
político…) que era corrupto, igual que ocurre en nuestros días con quienes
ocupan parcelas de poder o de responsabilidad.
Pasan
los años pero las formas de pensar y de actuar del hombre siguen siendo las
mismas de entonces: apariencias, negocio y enriquecimiento.
Estas
actuaciones son contrarias a la VERDAD,
la JUSTICIA y al “AMOR AL PRÓJIMO”.
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