Con Juan
Antonio Martos Moreno
Capítulo II
A MI GRAN AMIGO Y,
MÁS QUE AMIGO, HERMANO
Unas
fechas después de que quedara nominada la calle el “Diario Jaén” se hizo eco de dicho acto y, la verdad, no quedé satisfecho
con el tratamiento dado en el escrito publicado y que llevaba la firma de Ignacio Frías Abarca.
Esa
noche, en las palabras que pronuncié por el micro, traté de evitar dolores de
cabeza en el futuro y por ello hice una exposición clara del motivo que nos reunía y lo que no era, me previne con tiempo porque estábamos en periodo de campaña
electoral pero no me sirvió de nada.
Para
clarificar mis palabras de aquella noche envié al medio un escrito con su
contenido, se publicó y aquí lo expongo:
JUANITO, hoy me
apetece recordar la amistad que mantuvimos durante muchos años, la nuestra fue
de una clase especial, de la que en muchas ocasiones une más que los propios
lazos sanguíneos y por eso alguien dijo hace tiempo: [Un buen amigo debe ser como el dinero, que antes de necesitarlo ya se
sabe el valor que tiene.].
Tú
pertenecías a ese club selecto de personas, esas que siempre saben estar en el
sitio justo para responder bien a quienes lo buscan, y por eso fuiste un
referente, no sólo en el pueblo sino también en la provincia, te marchaste y
nos dejaste con una gran HUELLA.
Desde
muy joven tomaste las riendas del negocio, travesía nada fácil, y a lo largo de
tu vida fueron muchos los obstáculos que tuviste que superar pero tu constancia, esfuerzo y trabajo
fueron vitales para salir de todos ellos. Tú fuiste un hombre honrado, honesto y trabajador que
careciendo de una base de estudios donde apoyarte sí tuviste la fuerza mental
que te permitió atrapar esos conocimientos especiales que nos regala la vida para
aplicarlos en el negocio y en tu familia.
Pasamos
muchos ratos juntos y en ellos tuvimos de todo, incluso nuestras riñas, pero
éstas se borraban al momento. Recuerdo que nuestras charlas casi siempre
estaban relacionadas con los temas del negocio
(bodas, comuniones, reuniones de empresa, etc), del fútbol, de los toros, de
la música (pero de la buena) y… También hablábamos, con antelación siempre, cuando
se aproximaba el “Día de los Inocentes” y teníamos que ir preparando las
múltiples bromas para los clientes y amigos. Tu aspecto de hombre serio no te
impedía ser un gran bromista y tener
un gran sentido del humor, por eso cuajaban tan perfectamente tus bromas.
A
todos los que tuvimos la gran suerte de conocerte nos dejaste una gran huella
de cariño y, sobre todo, recuerdo muy bien la humildad con que tratabas a todos
los camareros, antes de mandarles hacer una cosa preferías hacerla tú. Esas
formas eran semillas de confianza y amistad que sembrabas en tus trabajadores y en todos tus clientes,
hasta el punto de que fuiste, al menos durante los fines de semana, el cajero
automático al que acudían algunos de ellos para repostar y continuar la marcha
cuando se quedaban sin gasolina.
Cómo
no destacar la gran paternidad que,
sin estar casado ni tener hijos, ejercías
con todos tus sobrinos Paco, Manolo, Juan Luis, Chari, Mari Rosi, Manolillo, María
del Carmen y tu Juan; también con tus resobrinos Alonso y Manuel y, como no, con
Brigi y, con la más querida para ti, tu ANA y también con todos los hijos de
tus amigos (Juana Mari, Mari Loli, María
Vicenta, Luisi y María Valeria… ¡Todos
te recuerdan, te quieren y te echan de menos!
Hay
una frase que se repite con frecuencia: “Cuando
un amigo se va ya sólo nos quedan sus recuerdos”. Basándome en ella, y en
todo lo anterior, desde el momento que vi comenzar las obras de reforma de la
calle en la que tú tantas veces nos amenizabas las noches desenfadadas de la Caseta Municipal, cuando en ella todo
el pueblo se divertía durante las ferias y fiestas en honor a Nuestro Santísimo Cristo de la Salud,
entonces decidí promover la recogida de firmas que avalaran mi petición de
nominación para ti. Pues bien, fue a ÉL al que me dirigí pidiéndole fuerza y
valor para hacer al Sr. Alcalde la
petición de que se le pusiera, a esta calle, tu nombre: JUAN MARTINEZ RAMIREZ. He de decir, en honor a la verdad: [D. SEBASTIAN LOPEZ MATEOS no dudó en ningún
momento y me prometió que llevaría la petición al Pleno del Ayuntamiento.].
Una
vez realizados todos los trámites necesarios así lo hizo y mi propuesta fue
aprobada por unanimidad de todos los grupos políticos.
Querido
Juan, todos los que te conocimos
quisimos que de esta manera tu persona tuviera un recuerdo permanente y que así,
con el paso de los años, alguien que te conoció pudiera comentar a las
generaciones futuras tu perfil profesional y humano. Hace unos meses este deseo
era una ilusión pero hoy ya es una realidad porque el sueño se cumplió
felizmente, como en los cuentos, el pasado día 18 a las 21 horas. No fue un
acto multitudinario pero sí entrañable porque estuvieron presentes los que
nunca te daban la espalda y algunos más que también te apreciaban: Toda tu
familia, tus primos hermanos, amigos, vecinos y, como no, Aníbal, José Ramírez
y el Niño Cecilio (quien todos los días te visita). Todos acudieron a tu calle para
presenciar el acto, fue muy sencillo: Unas palabras para recordar cómo eras y la
bendición fue oficiada por nuestro nuevo cura párroco, D. JOSE MARIA ROMERO GARCIA. Quienes llevaron la “Placa con tu nombre” fueron tus dos
resobrinos, ALONSO y MANUEL.
Sé
que faltaron algunos de aquellos buenos amigos que tuvimos en común pero mi
satisfacción fue, y es, que estaban todos junto a ti allí arriba y que lo
estabais celebrando: De una manera muy especial tus padres Manolo y Rosario, la
abuela Isabel y tu cuñada Capilla; D. Luis, Avelino, Paco Cañas, José Calles,
Juan Manuel y nuestros íntimos amigos Frasco y D. Andrés.
Hasta
tal punto sé que lo celebrasteis con gran cariño y alegría que, cuando se
terminó el acto de bendición, cayeron sobre el pavimento de tu calle durante
unos minutos unas gruesas gotas de agua… ¿Fueron
las lágrimas de alegría y agradecimiento que se os escaparon a todos juntos después
de presenciar lo que aquí se estaba celebrando?
Esa
noche, todos los que acudimos, lo hicimos para recordarte y para darte una vez
más nuestro cariño, lo que viene a confirmar algo que ya sabíamos todos: [Que eras un gran hermano, tío, primo y
amigo de todos, es decir, una GRAN PERSONA.].
Por
eso, amigo JUANITO, permíteme que te
diga una cosa: [Esa noche me sentí como
una persona que estaba muy orgullosa de haber pasado tantos años junto a ti y de
haber sido el promotor de este gran evento que pasará a la historia de nuestro
pueblo.]
TE QUISE, TE QUIERO
y TE QUERRÉ siempre, te lo dice Juan A. Martos Moreno (JUANTO), como tú mismo
me pusiste en la escuela de nuestro gran maestro y amigo, D. LUÍS PÉREZ NAVARRO.
Nota Aclaratoria: No hubo acto político y tampoco fue inauguración, sólo hubo un acto de
bendición de la calle por el cura del pueblo D. JOSÉ MARÍA ROMERO GARCÍA. En ningún
momento hubo intervención de los cargos políticos y públicos, lo hicieron como
vecinos del pueblo.
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