Colaboración de José Carlos Castellano
EL ALCALDE SIN COCHERA
En
un pequeño pueblo, el alcalde se compró un coche nuevo.
Una
tarde, charlando con sus amigos, le comenta uno de ellos:
-Enhorabuena
hombre por el coche que te has comprado, que
lo
disfrutes.
A
lo cual contestó el alcalde:
-Gracias.
Ahora
tengo un problema, no encuentro cochera.
Otro
amigo toma la palabra y le dice:
-Mételo
en el Ayuntamiento.
Y
el alcalde le contesta:
-
¡Cómo lo voy a meter en el Ayuntamiento si no entra por la puerta! Y otro
contertulio muy serio le espetó. - ¡Cómo no va a entrar en el Ayuntamiento, si
ha salido de él! ¡Liiiisto!
EL CONDENADO A LA CÁMARA DE GAS
En
un país con pocos recursos económicos condenan a un pre-
so
a morir en la cámara de gas. El día señalado para ejecutar
la
sentencia lo sacan de la prisión a un cercado a cielo abierto.
Cuando
están dentro le dice el verdugo:
-Prepárate
para morir en la cámara de gas.
El
condenado mira al cielo y contesta:
-
¡Qué cámara de gas ni qué niño muerto, si aquí el gas se
escapa
al espacio, so ignorantes! ¡ja, ja, ja, ja!
A
lo que le respondió el verdugo:
-
¿Ignorantes, eh?
Espera
a que llegue el helicóptero y te suelte todas las bombonas del gas butano… ¡Cipoooote!
LOS GALGOS Y EL TAXIS
Dos
galgos salieron a cazar al campo y no les salió presa pero, cuando iban a cruzar
una carretera, pasó un taxi a toda velocidad. Los galgos ni cortos ni perezosos
se embalaron tras el coche.
Al cabo del rato los perros, ya cansados, estaban a
la altura del taxi y le dice uno al otro:
- ¡Menuda carrera llevas, qué bien
lees!
Ya
te dije que el luminoso ponía libre y no liebre… ¡Cipooote!
EL APRENDIZ DE IMAGINERO
Un
carpintero corriente y moliente se acerca a un taller de
imaginería
a pedir trabajo.
Se
acerca al jefe del taller y le dice:
-
¡Buenos días! Necesitan ustedes algún oficial para trabajar.
-
Pues sí que necesitamos uno –le contestó el jefe.
-
Usted verá, veinte años llevo trabajando de carpintero.
-
Bien, vas a hacer una prueba sencilla y si la resuelves,
cuenta
con el trabajo.
Le
dieron un bloque de madera y le dijeron:
-
Saca de éste bloque un San José.
El
obrero tomó las herramientas y comenzó a carcomer el
bloque.
Cuando lo tenía de fino como un mondadientes se
acercó
el jefe y le preguntó:
-
¿Cómo vas a sacar el San José de ese palillo tan fino?
A
lo cual contestó el aprendiz:
-
No se preocupe usted que como aquí esté el San José,
No
tiene escapatoria, tiene que salir.
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