Colaboración de José Carlos Castellano
El matón del oeste
En
el salón, entra un vaquero y pide un güisqui. Cuando sale se encuentra el
caballo pintado de azul. Entra y pregunta, todo cabreado, con gana de bronca:
-¿Quién
ha pintado mi caballo de azul?
Nadie
le contesta. Lo repite otra vez, sacando el revólver.
Entonces
se levanta un grandullón y le dice:
-He
sido yo, ¿Qué pasa?
El
otro se acojona y responde:
-No
pasa nada, sólo quiero saber cuándo le vas a dar la segunda mano de pintura.
El niño del P.P.
Susana
está embarazada, va al ginecólogo y le dice éste:
-Todo
va bien, hasta que no rompas aguas no vengas más.
Susana
se queda pensando y responde:
-Quiero
que el bebé nazca por cesárea.
-Eso
no es bueno, si el parto viene bien –le contestó el doctor.
Le
replicó Susana:
-Venga
el parto bien o mal, quiero que nazca haciéndome la
cesárea,
no deseo que el bebé me salga del P.P.
El médico del odio
Un
paciente estaba en la consulta del otorrino:
-Doctor,
odio a toda la gente, incluido usted, y no puedo evitarlo.
El
galeno le contesta:
-Debe
de ir al psiquiatra.
-Al
psiquiatra, ¿por qué?, ¿no es usted el médico del odio? inquirió el paciente.
-No,
hombre, no. Yo soy el médico del oído. Cerró el doctor.
El turista en París
Un
turista pasea por París. Ve una mujer bien plantá y la líbido se le pone por
las nubes. No se lo piensa, se acerca a ella y le dice:
-¿Hacemos
el amor?
-¿Sin
hablar nada? - contesta ella.
Replicándole
él:
-Bueeeeno…
¿Has estado en Madrid?
-Ella.
Yo no, ¿Y tú?
-
Yo tampoco. Entonces, ¿Qué pasa, nos acostamos?
El exceso de peso y la Constitución
Dos
amigas se encuentran después de mucho tiempo. Una ha engordado mucho y la otra
está muy delgada. Van a comer y resulta que comen igual la una que la otra.
Le
dice la gruesa a la delgada:
-Mira,
comes tanto como yo y no engordas.
-Eso
es por la constitución. Le contesta la delgada.
Replicándole
la gruesa:
-Me
quieres explicar en qué artículo de la Constitución viene escrito que yo tengo
que engordar y tú no.
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