Colaboración de Paco Pérez
Una
mañana estaba en la cafetería, de ello hace ya algún tiempo, y uno de los reunidos
me preguntó sobre los hechos que concurrieron en su día para que cuajara la fusión de los municipios de Villargordo, Torrequebradilla y Vados de
Torralba y que de ella naciera el municipio de Villatorres. También hablamos del fundamento legal que hubo para abordar tal proceso administrativo, del
nombre y del escudo que nacieron de esa fusión y del porqué de los elementos que lo configuraban.
Les
comenté que D. Antonio Cañas Calles era en
aquellos años director de nuestro C. P.
“Francisco Badillo” y miembro de la “Corporación
Municipal”, circunstancias que le hicieron participar en ello y por las que
él tendría las respuestas concretas para las cuestiones que allí habíamos
planteado. Me comprometí a comentarle el tema tratado y a llevarles las
respuestas para sus interrogantes.
Un
tiempo después, cuando lo hice, me informó de que él había trabajado para ese
proceso de manera activa por encargo personal del que entonces era nuestro
alcalde, D. Luciano Jiménez García.
También
me comentó que había escrito dos textos con la temática de Villatorres: Un “soneto”
que, con motivo de la Fiestas de Santiago
de 1975, fue publicado en el diario “Jaén” y en 1976 volvió a coger la pluma
para escribir un “romance” que no publicó
pero que sí le sirvió para descargar sobre el sufrido papel los lamentos
silenciosos de su espíritu, el cual estaba en aquellas fechas dolorido por los
infundados comentarios que algunos desaprensivos villargordeños derramaron con
mala uva sobre el proceso fusionador y el nombre del nuevo municipio. Lo
hicieron para dañarlo a él y esa intencionalidad le hizo sentirse, entonces,
perseguido por quienes de manera premeditada e injusta arañaban en la fachada
de su persona movidos por el picor que les ocasionó la aportación que había hecho
en la redacción del “proyecto de fusión”.
Lo
que él aportó a éste fue una parte del total, Villatorres, el nombre
del “nuevo municipio” y el resto fue
un conjunto de argumentos técnicos que tenían la finalidad de satisfacer una
necesidad administrativa. Hay que aclarar, para que no haya dudas, que nada de
lo que se hizo estuvo inspirado en el capricho de quienes habían participado en
el desarrollo del mismo.
En
el escrito que publicó, para que la mentira no creciera, sólo mezcló “los elementos inspiradores”: Los “nombres de los núcleos urbanos”
intervinientes, “la historia real”
que sobre cada uno había escrita por la huella de los años y la “realidad administrativa y socio-económica” que
teníamos entonces y que nos obligaba a realizar la fusión. D. Antonio, una vez que metió esos elementos en el recipiente de la
coctelera, los condimentó con los aliños que necesitaba el texto para que éste
mostrara al lector unos hechos totalmente ajustados a la realidad del momento y
de la historia y, finalmente, le puso su estilo literario propio. Cuando se
mezclaron resultó un texto que desprendía un sutil tono irónico con el que sólo
pretendió desmontar lo que otros, con su habitual vulgaridad, habían montado en
su contra con argumentos torpes y falsos.
En
diciembre de 1976 compuso, con el
mismo título, un ROMANCE inspirado también
en las críticas que antes mencioné y que “algunos
villargordeños”, según él sólo unos pocos, seguían dándole vueltas al tema por
el pueblo. Quienes seguían con las críticas no debieron leer el “soneto” aclaratorio y por ello continuaron
ignorando que, al ser una fusión, era obligatorio
el cambio de nombre, aunque los municipios integrados seguirían llamándose
igual.
Le
propuse que me remitiera los textos, los publicaríamos en “Villargordo nos reúne” para que se conociera tal documentación histórica, se facilitara su divulgación y, posteriormente, pudiera ser consultado por quienes
vivieran fuera de Villargordo y por
los estudiosos de nuestras “raíces”
como pueblo.
Aceptó
encantado la propuesta y me prometió que buscaría en sus archivos los textos y
que, además, también me remitiría el del PREGÓN
que leyó en las Fiesta de Santiago
de 1994. Un tiempo después recibí los tres y hoy comenzamos a sacarlos a la luz
para deleite de los lectores amantes de nuestras cosillas.
Serán
publicados por orden cronológico y en capítulos, así no os cansaremos y os
facilitaremos el poder saborear mejor el contenido y el estilo literario de D. Antonio. También pretendemos con
esta publicación que, quienes presenciaron en directo el PREGÓN, lo vuelvan a saborear y para quienes, como yo, estábamos
fuera de Villargordo en esas fechas,
podamos conocerlo y disfrutarlo.
Las
publicaciones que les ofreceremos serán:
1º.-
Presentación.
2º.-
Villatorres (Soneto con estrambote),
capítulo I. Publicado en 1975.
3º.-
Villatorres (Romance), capítulo II.
Escrito en 1976 y que no se publicó.
Se publicará
fraccionado en SEIS temas, los dos primeros irán unidos en un solo capítulo:
a) Amar a
Villatorres no impide amar a Villargordo.
b) Ventajas de
llamarse Villatorres.
c) Razones para
llamarnos villatorreños.
d) Argumentos esgrimidos
para oponerse al nuevo nombre.
e) Caminando unidos
seremos grandes.
f) El nuevo
sentimiento villatorreño. Sus
pilares.
3ª.-
Pregón de las Fiestas de Santiago. Leído
el 24 de julio de 1994.
Se
fraccionará también en SEIS
capítulos.
D. Antonio hizo, durante
tus muchos años de vida, bastantes cosas buenas por su pueblo y sus gentes: primero como “villargordeño” y después como “villatorreño”; unas veces como vecino y
otras como “enseñante” y, con estos
textos, una vez más vuelve a ser generoso y nos regala una aportación muy
interesante para nuestra historia… ¡¡¡Maestro,
muchas gracias!!!
Continuará
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