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jueves, 14 de enero de 2016

HISTORIA DEL NOMBRE DE VILLATORRES

Colaboración de Paco Pérez
Una mañana estaba en la cafetería, de ello hace ya algún tiempo, y uno de los reunidos me preguntó sobre los hechos que concurrieron en su día para que cuajara la fusión de los municipios de Villargordo, Torrequebradilla y Vados de Torralba y que de ella naciera el municipio de Villatorres. También hablamos del fundamento legal que hubo para abordar tal proceso administrativo, del nombre y del escudo que nacieron de esa fusión y del porqué de los elementos que lo configuraban.

Les comenté que D. Antonio Cañas Calles era en aquellos años director de nuestro C. P. “Francisco Badillo” y miembro de la “Corporación Municipal”, circunstancias que le hicieron participar en ello y por las que él tendría las respuestas concretas para las cuestiones que allí habíamos planteado. Me comprometí a comentarle el tema tratado y a llevarles las respuestas para sus interrogantes.
Un tiempo después, cuando lo hice, me informó de que él había trabajado para ese proceso de manera activa por encargo personal del que entonces era nuestro alcalde, D. Luciano Jiménez García.
También me comentó que había escrito dos textos con la temática de Villatorres: Un “soneto” que, con motivo de la Fiestas de Santiago de 1975, fue publicado en el diario Jaén” y en 1976 volvió a coger la pluma para escribir un “romance” que no publicó pero que sí le sirvió para descargar sobre el sufrido papel los lamentos silenciosos de su espíritu, el cual estaba en aquellas fechas dolorido por los infundados comentarios que algunos desaprensivos villargordeños derramaron con mala uva sobre el proceso fusionador y el nombre del nuevo municipio. Lo hicieron para dañarlo a él y esa intencionalidad le hizo sentirse, entonces, perseguido por quienes de manera premeditada e injusta arañaban en la fachada de su persona movidos por el picor que les ocasionó la aportación que había hecho en la redacción del “proyecto de fusión”.
Lo que él aportó a éste fue una parte del total, Villatorres, el nombre del “nuevo municipio” y el resto fue un conjunto de argumentos técnicos que tenían la finalidad de satisfacer una necesidad administrativa. Hay que aclarar, para que no haya dudas, que nada de lo que se hizo estuvo inspirado en el capricho de quienes habían participado en el desarrollo del mismo.
En el escrito que publicó, para que la mentira no creciera, sólo mezcló “los elementos inspiradores”: Los “nombres de los núcleos urbanos” intervinientes, “la historia real” que sobre cada uno había escrita por la huella de los años y la “realidad administrativa y socio-económica” que teníamos entonces y que nos obligaba a realizar la fusión. D. Antonio, una vez que metió esos elementos en el recipiente de la coctelera, los condimentó con los aliños que necesitaba el texto para que éste mostrara al lector unos hechos totalmente ajustados a la realidad del momento y de la historia y, finalmente, le puso su estilo literario propio. Cuando se mezclaron resultó un texto que desprendía un sutil tono irónico con el que sólo pretendió desmontar lo que otros, con su habitual vulgaridad, habían montado en su contra con argumentos torpes y falsos.  
En diciembre de 1976 compuso, con el mismo título, un ROMANCE inspirado también en las críticas que antes mencioné y que “algunos villargordeños”, según él sólo unos pocos, seguían dándole vueltas al tema por el pueblo. Quienes seguían con las críticas no debieron leer el “soneto” aclaratorio y por ello continuaron ignorando que, al ser una fusión, era obligatorio el cambio de nombre, aunque los municipios integrados seguirían llamándose igual.
Le propuse que me remitiera los textos, los publicaríamos en “Villargordo nos reúne” para que se conociera tal documentación histórica, se facilitara su divulgación y, posteriormente, pudiera ser consultado por quienes vivieran fuera de Villargordo y por los estudiosos de nuestras “raíces” como pueblo.
Aceptó encantado la propuesta y me prometió que buscaría en sus archivos los textos y que, además, también me remitiría el del PREGÓN que leyó en las Fiesta de Santiago de 1994. Un tiempo después recibí los tres y hoy comenzamos a sacarlos a la luz para deleite de los lectores amantes de nuestras cosillas.
Serán publicados por orden cronológico y en capítulos, así no os cansaremos y os facilitaremos el poder saborear mejor el contenido y el estilo literario de D. Antonio. También pretendemos con esta publicación que, quienes presenciaron en directo el PREGÓN, lo vuelvan a saborear y para quienes, como yo, estábamos fuera de Villargordo en esas fechas, podamos conocerlo y disfrutarlo.
Las publicaciones que les ofreceremos serán:
1º.- Presentación.
2º.- Villatorres (Soneto con estrambote), capítulo I. Publicado en 1975.
3º.- Villatorres (Romance), capítulo II. Escrito en 1976 y que no se publicó.
Se publicará fraccionado en SEIS temas, los dos primeros irán unidos en un solo capítulo:
a) Amar a Villatorres no impide amar a Villargordo.
b) Ventajas de llamarse Villatorres.
c) Razones para llamarnos villatorreños
d) Argumentos esgrimidos para oponerse al nuevo nombre.
e) Caminando unidos seremos grandes.
f) El nuevo sentimiento villatorreño. Sus pilares.
3ª.- Pregón de las Fiestas de Santiago. Leído el 24 de julio de 1994.
Se fraccionará también en SEIS capítulos.
D. Antonio hizo, durante tus muchos años de vida, bastantes cosas buenas por su pueblo y sus gentes: primero como “villargordeño” y después como “villatorreño”; unas veces como vecino y otras como “enseñante” y, con estos textos, una vez más vuelve a ser generoso y nos regala una aportación muy interesante para nuestra historia… ¡¡¡Maestro, muchas gracias!!!


Continuará

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