Colaboración de D. Ramiro Aguilera Vaquero
LA
APARICIÓN DE LA VIDA EN NUESTRO PLANETA
Para
hacernos una idea de lo que representa la aparición de la vida y de nosotros,
los humanos, en la Tierra, Bill Bryson nos propone la siguiente comparación:
Si
imaginásemos los 4.500 millones de años que abarcan toda la historia de la Tierra,
reducidos a un día terrestre normal, la vida comienza muy temprano, hacia las 4
de la madrugada, unos 800 millones de años, tras los que aparecieron los
primeros organismos unicelulares.
Luego no aparece ningún avance más en las 16
horas siguientes. Hasta las 20 horas, tras 3.090 millones de años, cuando la
Tierra tenía ya 3.890 millones de años y habían transcurrido cinco sextas
partes del día, la Tierra no tiene otra cosa que enseñar al Universo que una
inquieta capa de microbios. En esa etapa aparecen las primeras plantas marinas.
A las 20 h. y 20 minutos, tras 55 millones de años (3.945 millones de la
Tierra)) aparece la primera medusa y la incipiente fauna ediacarana.
A
las 21 h. y 4 m., tras 125 millones de años (4.070 millones de la Tierra), aparecen
los primeros trilobites. A las 22 h. tras 180 millones de años (4.250 millones
de la Tierra), empiezan a brotar las plantas terrestres. A las 22 h. y 10 m.,
tras 30 millones de años (4.280 millones de la Tierra), aparecen las primeras
criaturas terrestres. A las 22 h. 24 m. 30 millones de años después (4.310
millones de la Tierra), la Tierra se cubre de los grandes bosques carboníferos,
cuyos residuos nos proporcionan todo nuestro carbón. Aparecen los primeros
insectos alados. A las 22 h. 55 m., 55 millones de años después, (4.365
millones de la Tierra), aparecen los dinosaurios. A las 23 h. y 39 m. 85
millones de años después (4.450 años de la Tierra), desaparecen los dinosaurios
y se inicia la era de los mamíferos. A las 23 h. y 58 m., tras 50 millones de
años (4.500 millones de la Tierra), surgen los humanos.
Por
tanto, de las 24 horas de ese largo día (4.500 millones de años), sólo llevamos
en la Tierra menos de dos minutos (50 millones de años), cuando aparecieron los
primeros humanoides. Toda esa evolución hemos necesitado para llegar a ser como
somos y acceder a la era de los computadores.
LOS
ÁCAROS
Casi
todos los seres vivos son pequeños y pasan inadvertidos. No podrías dormir tan
tranquilo si supieses que tu colchón es el hogar de casi dos millones de ácaros
microscópicos, que salen a altas horas de la noche a cenar tus grasas sebáceas
y a darse un banquete con todos esos crujientes copos de piel que desprendes
cuando te mueves en sueños. Sólo en tu almohada puede haber 40.000 y para ellos
tu cabeza no es más que un enorme bombón aceitoso. Y no creas que cambiar la
funda de la almohada cambiará las cosas. Si la almohada tiene seis años, una
décima parte de su peso estará compuesto de células muertas desprendidas de
nuestra piel, ácaros vivos, ácaros muertos y excrementos de ácaros. Pero al
menos son tus ácaros. Piensa en qué te acurrucas cuando te metes en la cama de
un hotel. Estos ácaros están con nosotros desde siempre pero no se descubrieron
hasta 1965.
Todo
esto, según Bill Bryson.
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